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El Salón de las Músicas Perdidas

Mitos antiguos, pieles actuales.

Mitos antiguos, pieles actuales. La mitología griega adoraba el número tres. Consideraba que el equilibrio, la explicación de todas las cosas, sólo podía concebirse como conjunción de tres fuerzas: la que arrastrara en un sentido, la que arrastrara en el sentido contrario y la que establecía el equilibrio.
Así nacieron las triadas, evolucionadas de las egipcias, heredadas por romanos y cristianos.

Yo también he tenido mi tríada. De las mujeres que han pasado por mi vida, tres son las que más me han influido. Al igual que la antigua triada femenina lunar (la diosa de tres aspectos, las tres Parcas, los tres aspectos que los griegos definían en la vida de una mujer) yo también puedo identificarlas en igual manera.

Primero estuvo Roma, la Doncella, el Amanecer, la Luna nueva. Ella me abrió el mundo al amor verdadero, me hizo descubrir lo que es amar y sufrir verdaderamente por primera vez. Por ella, como buen adolescente, sentí que se me hundía y alzaba el mundo sucesivamente. A ella envié un día este fragmento de la novela "La hija del caníbal" de Rosa Montero, porque este fragmento definió nuestra relación:
"Procedíamos de galaxias distintas, como dos cometas que se cruzan efimeramente en el espacio. El venía de la niñez y no había tenido nunca una pareja estable; quería vivirme hasta agotarme, que montáramos una casa juntos, que soñáramos un futuro, que nos llenáramos de compromisos de eternidad hasta las orejas. Yo provenía de la fatigosa travesía de la edad madura y sabía que la eternidad siempre se acaba, y cuanto más eterna, más temprano. Así es que le escatimé, le negué, le aparté de mí. Cuanto más me exigía él, más me asfixiaba yo; y cuanto más le cicateaba yo, más ansiosamente quería él atraparme. Ahora bien, si él se retiraba, yo avanzaba, y entonces le perseguía y le exigía: porque el amor es un juego perverso de vasos comunicantes.
Adrián empezó a tener celos, a mostrarse alternativamente violento o sentimental. Enloquecíamos los dos, si entendemos por locura el total descontrol de tus acciones, la turbulencia de tus emociones, la incomprensión de tus propias palabras, el descubrirte de pie cuando creías estar sentada, o viceversa. Llorábamos mucho, a veces el uno contra el otro, en ocasiones juntos: acabamos haciéndonos daño mutuamente, aunque creo que ninguno de los dos deseó herir. Convertimos nuestra vida en un melodrama, y en medio de ese tango sacamos a pasear nuestros fantasmas."


Un buen resumen, sí. Salvo que nunca tuvimos el contacto físico que me haya hecho recordarla como una relación plena, completa ,que empezó y que va finalizando día tras días, año tras año a pesar de las promesas que me hice de eternidad.

Charlotte fue la Madre, la Madurez, la Luna creciente y menguante, la Doncella Cazadora Artemisa. Me abrió los ojos al mundo, me hizo despojarme de los restos de mi hipócrita herencia educativa cristiana y moral cerrada. Me enseñó como es el mundo, me hizo desear vivirlo, vivirla a ella. Me dió fuerzas para empezar la evolución, me mató con su ausencia, me dañó con sus narraciones descarnadas de lo que otros tenían con ella y yo no podía tener. Me succionó en la distancia y creo que me deseó, no tanto como yo la deseé a ella. Me abrió las puertas a su Parada de los Monstruos sin Alma, sus amigas, familiares, los cuchillos con los que mi alma se desbrozó y con que hicieron jirones mi vida inocente y adolescente.

La hecho de menos cada día de mi vida.

Y finalmente La Estrella. La Anciana, la Vejez, La Luna Nueva, Atropos cortando el hilo de la vida. Quise vivirla y no me dejó. Quise amarla y no me dejó. La amé y no me correspondió. Y finalmente levantó muros hasta a la amistad, al contacto, a la contemplación. Durante año y medio fue mi amiga, mi confesora, mi sostén y mi apoyo. Me dejó hacer bailar mis dedos en su piel durante horas, pero no desperté en ella el deseo o la pasión. Como me ha pasado muy a menudo. No consigo hacerme desear por quien quiero que me desee. Así ha sido siempre y así sigue siendo. Menos con Charlotte, pero eso tampoco puedo saberlo, ya que creo que si me hubiera deseado me hubiera tenido. Y nunca hizo nada por acercarse, mientras que yo si lo intentaba. Ahora nunca lo sabré.
Con La Estrella me estoy sintiendo viejo de repente, como si el reloj corriera deprisa. Como si siempre terminara perdiendo a las amigas y posibles amantes, como si yo fuera una diversión momentanea que pierde gas al poco y hay que dejar cuando molesta. Como si mi entrega y feroz lealtad fueran repugnantes o molestas.


Yo no se ser más que como soy. Y podría cambiar, pero entonces sería algo que no quiero ni en lo que creo y por eso creo que no termino de mutar. Yo mismo, inconscientemente, estoy impidiéndomelo. Pero hace daño estar siempre solo, siempre quedar a medias, nunca llegar a nada.

Y más que dolorido, estoy cansado de recibir heridas.

9 comentarios

lasalamandra -

Cuando abra aquello busca esto en el número tres :)

y moriana -

no me añadas a tu lista de enlaces :)

Moriana -

¡Vaya me alegro de que la gente se anime a comentarte! Porque ciertamente merece la pena leerte

Un abrazo :)

Androgen a PaquiLou -

"No os diré: no lloreis; porque no todas las lágrimas son malas"
Es una frase de "El Señor de los Anillos", mi lectura favorita desde que tenía diez años.
Y en efecto, a veces llorar no sólo es bueno, sino necesario.
El peligro es que si lloras demasiado se te puede escapar en las lágrimas más de lo que debería.

No me molesto, tranquila. ¿Cómo voy a molestarme? Si abrí el blog es porque creo poder aceptar las palabras que en ellas escribais. Sean críticas o alabanzas, experiencias personales o simplemente como veis la vida. Si me abro es porque quiero que lo veais y tengais un criterio.

Atesoro el beso y te envío uno propio :)

PaquiLou -

Bueno, ya somos más, las que te leemos, es una cadena...núnca tenemos nada y todo lo tenemos...asi se van sucediendo las cosas en la vida....los sentimientos, no son comparables, si no se definen por uno mismo, desde nuestras propias carnes, que es cuándo sabemos, de qué modo, y cómo, nos afectan, con ello, mientras vivimos, lo vamos anotando en nuestro contenido a nivel humano.a veces se supera, y otras veces son cómo espinas que nos hacen llorar....y llorar es bueno...hay que ser sobre todo realistas..duela lo que duela...tienes sangre en tus letras, se te nota....te haces ver débil, pero...la que habla en total dominio es la soledad, en la vida de todo se aprende, y esto es sólo mi pequeña reflexión para contigo, espero que no te molestes conmigo....si es así, mil perdones..un fuerte beso.

Androgen a Moriana -

"siempre", "eternamente"... nosotros los mortales no deberiamos tener que recurrir a esas palabras, ¿no crees? :)

Sentir demasiado no es exclusivo de las mujeres. Yo al menos siempre he sentido las cosas muy hondas y con mucha fuerza. Sé que somos minoría, pero algunos hombres somos así.
Tal vez necesite años para ver las cosas con perspectiva y descubrir que buscaba y por qué lo buscaba. Para no detenerme en la superficie y bucear en las profundiades.

¿Parecía que te culpaba de la sinceridad? No lo hize, al menos no fue mi intención.
No te idolatro. Hubo ese peligro, y lo superé (y es raro que me reconozca un mérito).
Yo no sé si se querer. Creo que si. Y si a eso sumamos que para mi desgracia también se odiar, yo si puedo admitir que me quieran.
Cierto, no debería querer a quien no me quiere o a quien no quiere ser querido por mí.

Pero me surje de tan adentro que es lo único de lo que estoy seguro que es parte totalmente inherente a mí: Querer.

Me conformaría con evitar que me hiciera tanto daño no ser querido. Lo demás, no es tan grave.

Un abrazo y un beso.

Androgen a Su -

Hasta ahora, salvo dos excepciones, no he encontrado pelicula que haya sido bien adaptada de un libro o que supere a este.
Aconsejo leer el libro. A mi me valió la pena.

Y gracias por tu paso, pensaba que solo una persona leia este blog y empezaba a flaquear :)

Un saludo

Moriana -

No sé... en tu caso porque eres hombre pero yo hace tiempo leí una cosa que se llamaba 'las mujeres que aman demasiado' de Robin Noorwood (creo que te vendría bien porque ayuda a comprender la enfermedad del amar demasiado y eso no tiene género)... a ver y no es que solucione nada el re-conocer que uno tiene un problema pero es sintomático que siempre termine por ocurrir la misma historia y al final tu comentario de hoy es de lo que habla 'Me ocurre lo de siempre' '¿Por qué me ocurre lo de siempre?'.

Y yo que soy una experta en tener sentimientos por quién no los puede tener por uno o no puede sentir en la medida que el otro desea... te diría que hay que analizarse, hay que bajar hasta la superficie y preguntarse porque lo que no es extraordinario, lo que no es ideal, lo que podríamos encontrar no nos satisface y preferimos correr en pos de 'lo inalcanzable'. Hay algo en Proust (no es que lo haya leído) que es interesante: cuando más despreciable era su 'amada' con él más la amaba y ''ella'' sólo era vulgar.

Piénsalo... porque si algo es sintomático parece ser que nos vemos obligados a repetirlo 'eternamente' :)

Y no me culpes por mi sinceridad. Yo no quiero ser idolatrada. Nunca he querido ser eso, y conozco personas a las que les encanta pero a mí haría sentir muy mal. Yo no me dejo querer porque solo sé querer. Y de ahí la expresividad de los anteriores comentarios. Ya no quiero querer a quién no me quiere y no quiero que me quieran a quienes no puedo querer. Y el primero es el paso que a ti te falta dar y yo ya he dado...

Besos

Su -

La hija del canibal... hace tiempo que ando tras esa película pero en ningún videoclub que yo conozca la tienen.

Seguiré buscando con más ganas después de haber leido ese fragmento.