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El Salón de las Músicas Perdidas

Despertando

Despertando Salgo de un resaca de dos días. Como cuando te barre una ola y te dejas flotar en su fuerza, sin tmer, sin ahogarte, pero formando parte de algo más grande.

Salgo del cuento de otra persona, y en parte también ya es mío, por mi papel mínimo en él.

Me siento confuso, como al despertar tras beber demasiado y las cosas parecen distintas, se van asentando poco a poco.

Mi luz, mis colores, está malita. Pronto se recuperará, pero decirme que no me preocupe es baladí. Me voy a preocupar por ella siempre, siempre que esté lejos.

La vida discurre de nuevo y sigo mi romance con mi nuevo tarot, de figuras sensuales, pelucas blancas, desnudez sublime.

Saco una carta al azar. Siete de Oros. Un hombre lame entre las piernas de una mujer con los labios entreabiertos por un gemido y sus manos aferrando las sabanas.

El sol se asoma poco estos días. Incluso ha llovido. Hay un dolor repentino en mi boca. La música de "La Dama se Esconde" con su canción "La Tierra de los Sueños" me ronronea en la mente desde hace un tiempo.

"Si yo pudiera estar esta noche contigo una hora más
Si yo pudiera soñar y decirte al oído un deseo secreto

Encuéntrame esta noche en la tierra de los sueños

Si yo pudiera estar esta noche contigo y verte al despertar
Si yo pudiera gritar y mirarte sin miedo al sentirte tan cerca"


Y tras varios días, vuelvo a tener mi espíritu presente en mí.

Ha aprendido. Y veo que eso es bueno.

3 comentarios

Androgen a Klaus -

Pensaba comentar que me sorprendía el regalo, porque no considero que en estos momentos necesite un salvavidas.
Pero tu frase "Para cuando la magia te deje la duda, para cuando la ansiedad te pueda, o, simplemente para celebrar una victoria." me ha revelado que no es sólo salvavidas sino, como dices, talismán.

Aprecio el regalo.

Gracias de corazón.

imaginate -

¿Te acuerdas de la figura del mercurio psicopompos?

(parece que klaus nunca duerme :))

klaus -

Fué en el Retiro, Androgén. Hace ya demasiado tiempo. Yo lloraba. Me quería morir. Era un dolor inmenso. implacable. Lloraba sin consuelo por que no existía salida. YO lo sabía. Estaba en un banco. se acercó una mujer. No era joven ni era vieja. Me acarició muy levemente la cabeza y la nuca. Y me dió un libro. Dijo algo que no quiero poner aquí. Y se fué. La perplejidad me llevó a leer allí mismo al viejo Bucko. Te puedo jurar que la vida del aquel libro sórdido salvo la mía. Un talismán. Pasado el tiempo apareció un tipo con un antifaz y una chaqueta de cuero acompañando, valiente mar, a Sabbat para pintar un cuadro conmigo. Y ese tipo lleno de dudas e incertidumbres decía que estaba aprendiendo a volar. Por eso le traspasé el talismán. Para cuando la magia te deje la duda, para cuando la ansiedad te pueda, o, simplemente para celebrar una victoria. Esa que te corresponde. Un talisman para un valiente.
Eso era todo. Ý quería que lo supieras, ahora que vuelves a tener tu espíritu en tí.
un beso