Blogia
El Salón de las Músicas Perdidas

Diferencias evidentes

Diferencias evidentes

 

El anterior artículo lo escribí en cuanto mi estado físico lo permitió. Arañé tiempo de donde pude, escribiéndolo parte en el trabajo (a escondidas, claro), parte por la noche en mi portátil justo antes de acostarme y parte cuando lo publiqué.


Cada vez me da la impresión de tener menos tiempo, por eso escribo tan poco últimamente, pero ese artículo lo escribí a toda costa, porque quería escribirlo, porque necesitaba escribirlo para ordenarme el interior, porque era algo que quería compartir y me hace ilusión.

Ahora apreciemos el contraste con lo que estoy escribiendo ahora...

Porque esto pasó hace tres semanas Y aunque es parte de todo lo que llevo escribiendo todo este tiempo en el blog, hasta ahora no he querido encontrar tiempo ni ganas para escribirlo...


Hay una canción que no me gusta que suena mucho ahora que sin embargo tiene una frase que me llama la atención:

"¿Y qué veré sin tu luz?"

Pues ya encontré la respuesta a esa pregunta, y es: "Exactamente lo mismo que veía antes".


Recibí una llamada en el curro de la Estrella, que quería quedar para tomar un café y ver que tal me iba. Confieso que por unos momentos me dieron ganas de soltar un rotundo "NO" y colgar, pero sé que entonces me costaría más dejar atrás y además quería comprobar lo que pasaba por mi mente y corazón al volver a verla. Aunque ya me había acostumbrado a pensar que no iba a volve a verla ni saber de ella, tampoco me importaba verla una última vez, por mi, para saber.

Así que ahí quedamos. Eso sí, sin que yo variara ni un minuto mi horario, el ir al gimnasio, aunque eso asegurara que la reunión iba a durar una escasa horita como mucho. Tampoco sentía la necesidad de disponer de más tiempo. De hecho imaginaba que iba a ser un serial de reproches velados por mi parte e incomodidad mutua, así que cuanto menos tiempo mejor.

No fue como esperaba pero tampoco una sorpresa. Se impuso la educación y la civilización y aunque es un poco triste pensarlo a posteriori, ya no había chispa alguna que animara la posible discusión. Ya no hay motivos para el drama.

Tampoco queda mucho de la amistad compartida, de hecho es de destacar que casi no hablamos de temas personales importantes. Oh, si, me contó sobre su boda, me enseñó fotos y me habló de sus planes de ser madre en cuanto pueda, pero eso no es un tema emocional profundo, de hecho lo hablamos como quien habla del tiempo que hace. En un momento dado parece que quiso contarme algo sobre su relación con el Reencarnado, tal vez cómo había terminado o cómo iba, pero no dí pie para ello y tampoco fué muy directa sobre ello, sólo referencias veladas que yo no tenía ninguna gana de esforzarme en interpretar... y tampoco tenía ya curiosidad (sana ni malasana) por ello.

En fin, todo muy civilizado, pero muy poco emocional. A lo mejor terminamos quedando alguna otra vez para charlar, pero por mi parte sé que no lo espero con ilusión.

Bueno, debo confesar que en un momento dado si que dejé escapar un poco de la amargura que ya no quema, por ser pasado. Cuando me preguntó si estaba con alguien y le dije que había pedido salir a una chica y me dijo que no, me preguntó por qué y le dije "por lo mismo por lo que me lo DECÍS todas, porque no sé DESPERTAROS pasión".

Creo que pilló el mensaje.

 

Me siento libre. No sé si es por que ahora tengo otros ojos en los que pensar que ya no me fijo en si la Estrella brilla o no. Tal vez me estoy metiendo en otra luz que terminará en agujero negro, pero ahora, en este tema, me siento tranquilo. Está resuelto.

La Estrella es ahora estrella.

 

(y la imagen, cuando llegue a casa :) )

1 comentario

sabbat -

Sólo una estrella siempre será un Estrella. Y a esa la pintó Degas :)

Me alegro de todo lo que he leído :)

UN abrazo grande por ello, por tu liberación de un pasado doloroso. Por lo menos N. te curó :)

Yo también he dejado atrás alguno así y mola. Aunque no pase nada con el ''futuro''. Lo mismo el futuro es cualquier otro