MOONWALK
Últimamente me da por pensar que en realidad en la vida vamos hacia atrás, como los cangrejos (que ya sé que no caminan hacia atrás, sino de lado, pero bueno, es la frase hecha
). Lo único que vemos realmente es el pasado, aunque cuando está lejano perdemos los detalles pero seguimos viéndolo, recordándolo si lo miramos
Mientras que lo que nos queda por vivir no tenemos ni idea, no lo vemos, suponemos que tenemos el camino despejado pero hasta que sucede no lo sabemos realmente, como si chocamos con un muro en medio del camino
Y con los miedos, los que ya nos han pasado nos provocan precaución, por eso miramos hacia atrás, para verlos venir, eso no evita que vengan, pero si miramos donde debemos los vemos acercarse y puede que estemos preparados. Mientras que los miedos nuevos no los conocemos, no sabemos que se están acercando. También entra aquí un poco el fenómeno de la intuición, de los presentimientos buenos o malos. El aliento que sentimos en la nuca no sabemos si es de lobo u oso hasta que nos damos la vuelta. O si es el suave contacto previo al beso de un amante en el cuello Es como tener el sol detrás y que de repente nos tape una sombra. Sabemos que vamos a llegar a algo detrás, pero no sabemos si es árbol, edificio, montaña No estamos viendo el paisaje que nos espera hasta que está a nuestra altura o lo rebasamos. Podemos oír el rumor de un río y pensar que dentro de poco nos vamos a mojar, pero hasta que pasa, no es seguro, quizás el río pasa junto al camino, no lo cruza. No sabemos de quien es la voz que oímos a lo lejos, esa persona que esperamos conocer de dulce canción y quizás las vueltas del camino nunca nos acerquen a ella, pero no lo sabemos.
La analogía es bastante evidente
Y algunos recorren el camino hacia atrás con dudas, porque saben que pueden caerse. Otros creen en la aventura de lo extraordinario y su paso es más ligero, con riesgos y todo pero sin que estos le importen. Y otro lo recorren bailando a lo Moonwalk de M.Jackson, creando luz a cada paso que dan hacia atrás
Y con los miedos, los que ya nos han pasado nos provocan precaución, por eso miramos hacia atrás, para verlos venir, eso no evita que vengan, pero si miramos donde debemos los vemos acercarse y puede que estemos preparados. Mientras que los miedos nuevos no los conocemos, no sabemos que se están acercando. También entra aquí un poco el fenómeno de la intuición, de los presentimientos buenos o malos. El aliento que sentimos en la nuca no sabemos si es de lobo u oso hasta que nos damos la vuelta. O si es el suave contacto previo al beso de un amante en el cuello Es como tener el sol detrás y que de repente nos tape una sombra. Sabemos que vamos a llegar a algo detrás, pero no sabemos si es árbol, edificio, montaña No estamos viendo el paisaje que nos espera hasta que está a nuestra altura o lo rebasamos. Podemos oír el rumor de un río y pensar que dentro de poco nos vamos a mojar, pero hasta que pasa, no es seguro, quizás el río pasa junto al camino, no lo cruza. No sabemos de quien es la voz que oímos a lo lejos, esa persona que esperamos conocer de dulce canción y quizás las vueltas del camino nunca nos acerquen a ella, pero no lo sabemos.
La analogía es bastante evidente
Y algunos recorren el camino hacia atrás con dudas, porque saben que pueden caerse. Otros creen en la aventura de lo extraordinario y su paso es más ligero, con riesgos y todo pero sin que estos le importen. Y otro lo recorren bailando a lo Moonwalk de M.Jackson, creando luz a cada paso que dan hacia atrás
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