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El Salón de las Músicas Perdidas

Descubrir la belleza escondida

Descubrir la belleza escondida Nunca sabemos donde nos puede asaltar algo de tal belleza que se nos quede en el corazón. El chico de la película "American Beauty" hallaba maravillas en la vida que sentía que tenía que registrar para siempre en su cámara de video. Y decía
"A veces hay tanta belleza en el mundo que siento que no lo aguanto y que mi corazón se está derrumbando."

Los humanos nos movemos en un intento de equilibrio, temiendo ser demasiado optimistas y pensar que todo en la vida es bueno; o entre el oscuro pesimismo y ceder ante la presión del pensamiento de que todo es oscuro (y no una oscuridad bella, que las hay), que todo va a ir a peor y que el mundo es un valle de lágrimas. Nuestros propios estados de animo en el día (o incluso en el instante) nos empujan a inclinarnos en una direccion u otra. A veces a caer en ella para no volver a alzarnos.

Aun a riesgo de ser tachado de tibio, me gustaría encontrar un punto medio. Poder disfrutar de la belleza cuando se presenta sin drogarme con ella, poder capear la tristeza sin hundirme. La evolución sigue y por supuesto aún no lo he conseguido, me queda mucho por vivir para llegar al buen camino que crearé para saltarme la encrucijada.

Y mientras busco belleza en las cosas, para compensar la fealdad que a veces encuentro en mí o a veces me olbigo a pintarme dentro. La belleza es subjetiva y cada persona la encuentra en lugares distintos, aunque siendo tantos en el mundo y con tantas maneras de pensar, algunas veces alguien coincide con nosotros.

Yo encuentro belleza en lugares extraños que a muchos les parecerán ridículos. Por ejemplo tengo grabado en mi ordenador este fragmento de audio de un videojuego. Una voz femenina suave y tranquila recita estas palabras:

"Me siento en mi cubículo, aquí, en el mundo material.
Cuando muera, pondrán mi cuerpo en una caja y dispondrán de él en el frío suelo.
Y en todo el millón de edades por venir, no volveré a respirar,
ni a reir, ni a estremecerme de nuevo.
Así que, ¿quieres venir y jugar conmigo entre la tímida masa de la humanidad?
El Universo nos ha concedido este momento."


Es como lo dice, es la suavidad de la voz, es lo que late en el fondo (somos perecederos, disfrutemos de lo que tenemos mientras lo tenemos y vivamos plenamente)...
Siempre que oigo esos segundos de audio me estremezco.

Espero algún día poder decir que cumplí con esas palabras.

(El cuadro es "La mujer de la mirada triste" de Lucía Romero. Aunque no lo parezca al principio, tiene todo que ver con este artículo, porque buscando una imagen para ilustrarlo, buscando algo bello para ornarlo, encontré este cuadro y me pareció tan hermosamente triste que pensé que era perfecto para ilustrar mi pequeño monólogo sobre la belleza.)

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