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El Salón de las Músicas Perdidas

Las músicas perdidas

INFANCIA A LA BASURA

INFANCIA A LA BASURA

 

 El otro día hice lo más gordo del proceso de recogida.

 

 En mi casa van a aprovechar mientras estoy de viaje para pintar paredes, cambiar puertas y acuchillar el parqué. Unas reformas necesarias para una casa que tiene más años que yo y nunca se han hecho (pintar sólo una vez y hace ya como doce años, no se pintó ni cuando se cambiaron las ventanas hace un año y llevamos todo ese tiempo con una aureola de sucia santidad alrededor de los marcos que queda como bastante ruinoso…) pero tal vez excesivas para hacerlas de golpe.

 En principio me afecta porque debo dejar mi habitación lo más recogida posible de cosas en altos de armarios y estanterías y el suelo para que puedan trabajar los operarios en mi ausencia. Y claro, tengo que dejarlo recogido antes de irme, que para cuando vuelva ya habrán acabado.

 Y me afecta también porque aún tenía un montonazo de cosas en la que fue mi antigua habitación antes de trasladarme al armario horizontal que es la actual. En la cual no tengo todo el espacio de almacenaje que desearía y por eso en espera de un repaso y selección de cosas que realmente me quisiera quedar estaban temporalmente ahí. El “temporalmente” ya duraba varios años y como no había sentimiento de urgencia para hacerlo, ahí quedaba sin hacer, como si pudiera usar ese lugar de almacén perpetuo. Pero claro, mi hermano ya está cansado de habitar en una habitación concebida para dos personas (las camas son abatibles de meter verticales en la pared por ejemplo para ahorrar espacio) y se va a comprar una habitación orientada a una sola persona con más espacio para que pueda guardar sus cosas y una cama fija. Y va a aprovechar pintado y acuchillado para hacerlo. Con lo que hay que hacer la limpieza que se retrasa tantos años ya.

 

 Algo había empezado a hacer hace una semana, aprovechando cuando mi hermano queda con sus amigos y no está, porque no quería que viera algunas de las cosas que tenía almacenadas y que ya trasladé a rincones ocultos de mi habitación. Pero lo más gordo lo hice el sábado.

 

 Y por más gordo hablo de los papeles y dibujos y escritos y recuerdos que guardaba de mi infancia y adolescencia.

 

 Que han ido en su gran mayoría a la basura. No porque no me estremeciera un poco aún verlos, comprobar con añoranza como esos dibujos que yo creía que molaban eran en realidad bastante malos y me moriría de vergüenza si ahora hiciera alguno parecido. Y los escritos seguían interesándome releerlos por darme cosa comprobar lo mal que lo hacía, lo poco que sabía, las chorradas que era capaz de imaginar, pero chorradas esperanzadas a veces, frescas, sorprendentes… Y cartas de gente que ni recuerdo quien es pero que escribía que me quería, que en su momento fueron importantes aunque fuera un poco y ahora no son ni recuerdo. O de las que si me acuerdo pero preferiría que no. De mis correrías por Madrid y por la red en mi época de adicción chatera ciberespacial, llena de espejismos e ilusiones y engaños.

 Mis viejos Mortadelos que de niño me leí cien mil veces y me sabía de memoria y todavía me hacían reír pero que están demasiado destrozados como para darlos a la biblioteca.

 Las carpetas del colegio, con las notas de los trimestres con dibujitos en los bordes, las firmas de esas chicas rebeldes en las portadas que hicieron que me empezaran a gustar las chicas malas. Los recortes, las postales, la añoranza, las ilusiones perdidas, los sueños rotos. El dolor de crecer y el consuelo de pensar que las cosas mejorarían aunque fuera por inercia, aunque no supiera encontrar el camino…

 

 A la basura todo. Porque no tengo espacio donde meter las cosas. He dejado unas pocas para guardar en el poco sitio que me queda en mi “nueva” habitación, pero es literalmente imposible guardar todo lo que hubiera querido que me acompañara a la tumba, no porque fuera importante, sino porque a mí me lo parecía, para explicar quién soy, cómo soy y por qué soy. Un recordatorio de mis fallos en la esperanza de no repetirlos. Un guiño cómplice a mis aciertos esperando que sirvieran de base a futuros logros. Unos recuerdos de años de mi vida, simplemente.

 

 Me dio bajón, para qué negarlo. Fue un día bastante pesado y gris para mí. Y aún me quedan por tirar algunas cosas… y por sentir cada cosa que tiro.

 

 

 Queda semana y media para irme de viaje.

Antonio V.

Antonio V.

 ¿Donde te llevó la imaginación?

 Ojos cerrados para ver infinitos campos.

 ¿Estás allá donde te recreas al fin?

 

 

 Son demasiadas desapariciones con nombres y sentimientos para mí ultimamente...

5 4 3 2 1 ... 11

5 4 3 2 1 ... 11

Un chico mata en Alemania a gente que no conoce.

Un hombre mata en EEUU a gente que conoce y gente que no conoce.

Un hombre mata en España a gente que conoce y gente que no conoce.

 

Y en un telediario, vuelven a hablar con supervivientes del 11-M y dicen esto:

 

"Lo más duro fue no poder volver a ejercer mi profesión, a coger una camara y salir a la calle a hacer fotos."


"No podía estar sola"


"Yo no tengo vida desde aquel día que me quitaron al hombre de mi vida. Ya no soy feliz. Voy por la calle mostrando una sonrisa... pero es mentira."


"Todos los días pienso en ello y me recorre un sudor frío. Para mí, a día de hoy, todos los días siguen siendo el 11-M"

 

 

Y en las noticias vemos a perros de traje ladrándose sus miserias en las salas de gobierno. Vemos la pobreza extendiéndose. Vemos la miseria que nos rodea por dentro y por fuera.

Un día de matanzas, en el pasado y en el presente. Y un día donde no nos lo contarán pero ha habido tanta tristeza, tanta muerte, tanta desolación en el mundo...

Y tantas sonrisas también. Cosas buenas.

 

Pero a todos nos llegará un día nuestro 11-M particular. A los asesinos y a las víctimas. A los culpables y los inocentes. Y a los que no han hecho nada ni bueno ni malo. Nada de lo que hagamos nos dará un segundo más del que tenemos.

Un día no estaremos. Como no están ya tantos y tantos y la cosa seguirá así siempre...

 

Ha pasado el tiempo... y la vida sigue.

Pero no se olvida.

 

Paz de cuerpo y espíritu para todos hoy. Hoy más que nunca. Amad y haced sonreir. Porque eso, puede ser Todo.

Quiero que seas feliz... con otra.

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Hay una constante general en mi vida sentimental. Me he enamorado o enganchado o lo que sea a chicas que terminan por no sentir lo mismo por mí. Y estoy hablando de las relaciones reales, de las chicas que conocí su rostro, el sonido de su voz, el tacto de sus manos. De las cosas pasadas de internet ni hablo, porque no son referentes veraces.

No, hablo de las chicas reales que se cruzaron en mi vida.

 

Hasta donde alcanza mi recuerdo, las relaciones más relevantes que tuve, las que sentí que podían cristalizar en algo más profundo, no cuajaron. Usualmente soy yo el que siente más (muchas veces confirmado este hecho por ellas mismas) y ellas no sienten lo mismo por mí.

Y casi siempre se puede resumir todo en la frase que titula este artículo. Porque suelen reconocer quererme (no amarme), apreciarme, hacerlas sentir especiales, queridas, amigas, deseadas... Y me devuelven el cariño (ya que no el amor) y me desean lo mejor, quieren que sea feliz.

Pero que sea otra quien me haga feliz. Que sea otra con quien comparta cosas especiales. Que sea otra con la que comparta la pasión.

 

Y el problema es que después de cada dolor de saberme que no soy amado, cuando sigo adelante y me intereso por "otra" persona, esa persona tampoco quiere ser esa "otra" y me desea lo mismo: que encuentre la felicidad con "otra".

 

Y la rueda sigue y sigue y sigue...

Pensar esto me hace preguntarme qué tengo de especialmente malo para que me hagan sentir como un billete falso, que se usa para comprar algo en el momento pero siempre queremos que acabe en otras manos al final.

 

Puestos a ponerme un poco en plan pataleo, me pregunto qué tengo para que nadie quiera arriesgarse, probarme, intentarlo... para que las chicas estén tan seguras que conmigo las cosas no van a funcionar seguro. Y es más curioso (y más de mala persona por mi parte) el pensar que las que he conocido hasta ahora no encontraron la felicidad cuando estaban seguras que ese chico con el que estuvieron era perfecto para ellas, era el que las iba a hacer felices, era el que su pasión y su instinto indicaban como correcto y al final la cosa no acabó bien, la realidad era distinta, se acabó en una ruptura más o menos traumática...

Yo sé que no incito tanto interés como otros. Sé que no provoco curiosidad, que no despierto pasión ni atracción sexual. Puede ser que no despierte tanta confianza en que las cosas van a ir bien o haga pensar que vale la pena arriesgarse.

Pero soy sincero. Me desvivo por la gente que quiero si me dejan. Intento demostrar que soy de confianza. Soy paciente. Hago reir. Hago sentirse bien.

Y parece que eso no es bastante. Parece que es mejor provocar calentones que ser amigo. Parece que es mejor incitar un deseo sexual primero y que este sea satisfecho y luego ya se conocerá cómo es la persona. Porque si lo que primero uno muestra es que puede ser un buen amigo, va a ser muy difícil que la relación vaya a más. Pero si lo primero que uno demuestra es que folla de vicio, la relación es mucho más fácil que vaya a más.

 

Voy a ponerme un poco quejica: Las mujeres por lo general dicen valorar más la sinceridad que el deseo. Pero hasta donde llega mi experiencia la sinceridad en una relación es mala, muy mala. Al menos al principio, cuando empiezas a conocer a la persona. Si esta te revela todas sus virtudes y defectos, sus miedos y sueños, asusta. Con lo cual se deduce que lo que hay que hacer en una relación que empieza es no necesariamente mentir, pero si ocultar, esconder, no contar muchas cosas. Luego cuando la relación esté más o menos establecida, empezar a revelar lo que no has contado hasta ese momento.

Todo eso te lo ahorras cuando la relación empieza con buen sexo. La necesidad del cuerpo, las ganas de repetir, haran que la otra persona esté cerca tuyo, quiera estar contigo, tenga curiosidad por tí. Y de ahí a que la relación avance es ir cimentándola. Si las personas no cuajan, pues nada, que a cada uno le quiten lo bailado y a buscar a otra persona.

Parece más fácil que una relación empieze porque una mujer te acepta dentro de su cuerpo que si te acepta dentro de su corazón. Sé que no siempre es así. Pero es lo que me he encontrado en mi vida por lo general, tanto que me haya pasado a mí como he visto que pase. Hay excepciones sí, y conozco un par de ellas. Pero si me fijo en lo que me ha pasado a mí estas excepciones no se han dado.

 

No digo que sea malo. Me he quitado de encima mucha de mi restrictiva educación jesuita como para criticar ahora el sexo o el deseo. De hecho me parecen geniales, algo muy bonito si es compartido y si no es destructivo.

Pero lo que digo es que cuando un tio hace eso, quiere empezar una relación con sexo, somos unos cerdos cochinos machistas salidos. Y cuando es una chica la que quiere empezar así una relación es una historia de ardiente pasión y deseo digna de una novela de Katherine Neville o Barbara Cartland o Stephanie Meyer o Ann Rice o...

 

Semántica. Somos iguales a nivel de almas, así que dejemos de criticar lo que hace el otro sólo por su género. Todos tenemos libertad para decir que sí y de decir que no. Seamos hombres o mujeres.

Yo sé que las chicas con las que he estado tienen toda la libertad de decirme que "no", sea a nivel sentimental o sexual. Puede que el problema sea el tipo de personas con las que elijo estar. Pero es que no elijo. El corazón no elige. Siente. Si el corazón pudiera elegir no haríamos la mitad de las tonterías que todos hemos hecho en la vida ni nos arrepentiríamos de algunas decisiones tomadas. Al menos a mí me pasa. No todo lo he hecho bien, me arrepiento de cosas que he hecho por que me impulsaba el corazón o la entrepierna. Me he equivocado muchas veces.

Debe molar ser como nuestros políticos y pensar que todo lo que has hecho lo has hecho bien, sólo que la realidad se terminó torciendo. El fallo no fue de ellos, fue de como evolucionaron las cosas. Ellos tomaron siempre la mejor de las decisiones.

Debe molar sentirse tan guay y genial. Pero yo no me siento así. Lo que intento es no repetir errores (que no siempre lo consigo) y aprender de cada cosa que me pasa, sea buena o mala. Y no siempre lo consigo. Pero sigo adelante esperando hacerme mejor.

 

Resumiendo: Me han dicho muchas veces que he entrado en el corazón de chicas. Pero sigo sin haber tenido una relación seria y siendo virgen. Ni siquiera soy bueno para compartir un momento de ternura sexual.

 

Y siguen animándome a que conozco a "otra" persona.

Quemando puentes, naves y sms

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Se cuenta de tres situaciones en las que se creó el término "quemar las naves".

La primera cuando Alejandro Magno desembarcó con su ejército en Asia y tuvo que enfrentar a un ejército persa varias veces superior en número.

La segunda cuando Julio César invadió Britania.

La tercera cuando Hernan Cortés desembarcó con su pequeño ejército en Veracruz, al iniciar la conquista de Méjico.

En los tres casos el mensaje era claro: Sé que dudais. Sé que quereis volver a casa porque esto os parece una locura. Pues no hay retirada posible ya. No hay forma de volver si no es habiendo vencido antes. Vencer o morir, sólo podemos ir hacia adelante. Así que esforzaos al máximo.

 

En inglés la expresión es "burning bridges", "quemar los puentes", ya no hay marcha atrás, sólo puedo ir hacia adelante. El río es impasable y he destruido el único modod de cruzarlos para volver. Y lo he hecho voluntariamente... o impulsivamente, pero lo hice yo.

 

¿A qué vienen estas explicaciones?

 

Cambio de móvil hoy. El anterior ha llegado al final de su vida útil. No por lo de la batería, porque necesite ahora recargarlo cada día porque si tengo un rato de charla se me agota entera. No, con eso puedo vivir. Total el móvil sólo lo quiero para llamadas y mensajes. Todo lo demás me es superfluo. Pero hace tiempo que tengo la pantalla estropeada. Se ven trozos en blanco, como si se hubiera fundido algo y quedara manchada la pantalla. Cuando hace un poco de sol o de luz fuerte me cuesta un mundo leer lo que pone la pantalla, quien llama o leer los sms.

Así que lo cambio hoy.

 

Y claro, tengo muchas cosas guardadas en el móvil. La agenda no hay problema, ya está pasada a la tarjeta y conservaré todos los números. Por si acaso los apuntaré en un papel antes de dar el móvil viejo (hay descuento por entregarlo para comprar el nuevo, así que tengo que desprenderme de él) y así me aseguraré aún más de conservarlos.

Pero luego están los sms. Tengo unos cuantos guardados, que mande o que me mandaron, como si quisiera aferrarme a tiempos pasados. Pero no sé cuántos cabrán en la tarjeta. Así que tengo que seleccionar. Y estoy borrando trozos de mi pasado. Algunos malos. Otros no tantos.

 

Pero aunque sea obligado por un factor externo y aparentemente anodino… es hora de quemar algunos puentes.

 

Los tres únicos mensajes que Roma me mandó en todo el tiempo que no estuvimos juntos… borrados.

El único mensaje que “Charlotte” me envió… borrado.

El mensaje que me contó la “muerte” de Charlotte… borrado.

El único sms que guardo de ese soplo moreno y tranquilo de aire fresco en mi vida que fue Coco… borrado.

Quedan unas pocas cosillas… el sms que me informaba de cuánto tiempo tardé en hacer la carrera esa e que quedé hecho polvo una semana pero gané una camiseta… y gané a mi hermano el deportista… ese se queda : )

El sms del Principado sobre lo de la subvención del ordenador que ahora se rumorea que no van a pagar… ese se queda.

Y ahora… los sms de N… Muchos van fuera pero hay algunos que aún me resisto… Mis dos ofertas apasionadas y sinceras de noches de sensualidad… se quedan. Sus respuestas no. Las felicitaciones de cumpleaños mutuas… se quedan. Y el día que no pudo ser en que transmitió unas ganas tremendas de estar conmigo… en lo que a mí me pareció en más de un sentido… se quedan…

 

Ahora a ver si caben estos doce sms en la tarjeta…

 

No. Borro muchos más. Borro todos los que mandé. Quedan dos para probar si puedo pasarlos, pero si es necesario los borraré, el de la carrera y el su petición sensual.

 

Esta tarde veré si puedo mantenerlos, sino… arderán también esos puentes.

 

Aunque he borrado tantos recuerdos del pasado… no me siento más limpio ni más libre. Ni peor ni mejor.

Tal vez no he quemado ningún puente...

 

Renovación

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Mi primer trabajo fue una mierda.

Ni siquiera un trabajo, al menos en el sentido estricto del término, porque no cobraba por ello. Eran las prácticas de final de carrera, tortura estúpida obligada en muchas carreras para que te den el título. Y digo "tortura estúpida" porque la mayor parte de las veces lo es. Para el empresario capullo es un chollo: tienen a un pringado haciendo trabajo fácil pero pesado sin que se queje, pobre pipiolo, cómo va a quejarse con sus 18 añitos y temiendo tener que pagar otros ocho créditos (porque si, si "fallas" en esas prácticas tienes que hacerlas otra vez y eso significa pagar de nuevo) si dice que no y le "echan". Así que muchas veces el "practicante", al menos en la carrera que yo cursé, no aprende nada, hace sólo chorradas como hacer cafés o fotocopias o llevar cajas, y encima se supone que "sale aprendido" para enfrentarse al mundo laboral al terminar la carrera...

Yo pedí prácticas extendidas pensando que me podrían servir para algo. Es decir, añadí más créditos. Y me tocó por empleador a un farsante aborregado que se hacía llamar "auditor". Al principio me tuvo varios días en la oficina sin hacer nada. Y luego de golpe, ¡¡¡bumba!!! Me lleva a una empresa en Avilés y sin decirme lo que tengo que hacer me pone a "auditor ayudante" y esperaba que yo lo supiera todo... ¡sin haber acabado siquiera la carrera! Ah, y encima no podía decir que yo era un universitario en prácticas, tenía que mentir y decir que era empleado suyo. Y allí me dejó durante unas semanas, teniendo que ir sólo a Avilés, de la parada de tren al polígono donde iba había media hora andando cruzando unas vías de tren y un poblado gitano... un paseo de placer, vamos. Y a la vuelta lo mismo. Y luego por las tardes a ir a clase.

Me explicó cuatro cosas (que fué luego lo que hice) y me hacía firmar los papeles (que luego si pasa cualquier cosa el que firma es el que puede cargar con parte de la responsabilidad) y encima un día me habló de que a lo mejor tenía que ir a León a un almacén que tenía la empresa ahí para hacer un inventario... ¡¡¡Y yo seguía con clases!!! Por suerte no hubo que hacerlo, porque además de hacerme mentir, el tío mentía él, porque tenía fama de ser un lameculos que pasaba por alto muchas irregularidades de las empresas a las que auditaba para quedar bien y cobrar algo más, sin arreglar nada. Así que debió pasar y no se volvió a hablar del tema.

Y encima cuando terminaba ese encarguito, al director de la empresa le dió por decirme a la hora de marcharme que si hacíamos una cosa que duraría varias horas y que hacía dos semanas que le venía pidiendo hacer (un inventario). Le dije que no podía y me fuí, que tenía que volver a Oviedo, comer e irme corriendo a clase. Pues el jefe me llamó hecho un basilisco diciendo que se había quejado el cabrón retrasado de su cliente porque le había dicho que no y que entonces había quedado mal él por dar la impresión de que sus empleados hacían lo que les daba la gana, que a un cliente no se le puede decir que no y que no podía seguir contando conmigo después de lo que había hecho y que pasara por la oficina a dejarle los papeles que me "echaba".

Al final se suavizó un poco cuando fuí y me dijo que acordáramos firmar como si yo hubiera renunciado voluntariamente, él me firmaba las horas (lo que me salvaba de repetir las prácticas y pagar los créditos otra vez, pero no de volver a hacer los 4 créditos de más que había añadido a los 8 básicos, que tuve que hacer al año siguiente cogiendo otra asignatura...) y aquí paz y después gloria.

Y a pesar de mi cabreo pensé en que era meterme en un lío en el que sólo podía salir perdiendo y a lo peor tener que repetir los 12 créditos en otro momento y acepté.

Porque además sabía que perdería, sobre todo cuando fuí al sindicato de estudiantes a quejarme de lo de que me pensaba el tipo mandarme a León un día lectivo y me dijeron que claro que podía. A lo que dije que si entonces le daba por mandarme a Cádiz si tenía que ir igual, o a Francia... Más o menos me dijeron que sí sin mirar siquiera los estatutos de la universidad ni llamar a nadie ni preocuparse más... debían estar preparando su próxima orgia etílica-erótica-festiva en los terrenos de la universidad o su quinta marcha en pro de los derechos de la oveja xalda gay-proletaria transexual presa política, que para esas cosas siempre tenía tiempo y ganas y da mucha publicidad de lo guays y comprometidos que son... (si alguno de un sindicato de estudiantes me lee, felicidades muchachos, realmente estais aprendiendo a ser políticos: ir a vuestra bola chupando del bote todo lo que se pueda y que les jodan a los que teoricamente teneis que ayudar... gran futuro os espera)

 

Vista esa mierda de experiencia ya ví que lo de currar iba a ser un asco.

 

Y acabé la carrera y pasaron cuatro años. Cuatro años buscando, enviando currículums, yendo a las entrevistas (pocas) para que me echaran atrás tras la primera...

Y finalmente, tras cierto curso del paro que se convirtió en una de las cosas más importantes de mi vida habida cuenta de a quien conocí ahí, por fin resultó ser un curso con prácticas reales. El primero de los cuatro que había hecho hasta entonces. Y tras las prácticas la empresa necesitaba un refuerzillo y me contrató por tres meses temporal.

Guay. Ya era hora de empezar a currar, con 29 años... Y eso que en mi casa he terminado siendo el que ha tenido su primer trabajo más joven (salvo lo de uno de mis hermanos de becario del aula de informática de su facultad) al menos con contrato laboral. Y en principio el curro no era malo, era sencillo, repetitivo y no estaba lejos de casa.

 

Pero luego vino todo lo demás, mucho de ello contado ya aquí. El deterioro de la relación con las puñeteras de las compañeras, los fallos, los errores, las depresiones, el aumento de tiempo y presión... Un par de meses al terminar el contrato en paro y luego vuelta a empezar en el mismo sitio, esta vez ya más relajado por saber lo que había y saber que no tenía que poner el culo para dar buena imagen ya que la imagen no iba a ser redimida a los ojos de las que ya estaban fijas y esas mandaban mucho. Así que a pasar los tres meses tranquilamente, sin romperme ni matarme a trabajar, haciendo un ritmo tranquilo y a cobrar y hasta luego.

Luego otro medio año sin currar y surgió lo de dar clases a la madre de un colega que había puesto una inmobiliria y necesitaba algo de ayuda para arrancar con lo de usar un ordenador para todo lo del curro. Y ella me presentó al fotógrafo de la oficina de al lado que fue el que me ofreció el trabajo de dar clase a los ancianitos. Y así un mes en invierno del año pasado.

El trabajo de dar clase no estaba mal, pero no creo valer para profesor en grupo, creo que se me da mejor uno a uno y con cuidado. Pero bueno, creo que algo pude enseñar.

 

Y al acabar unos meses más de paro y al final... este trabajo. Tres meses en la administración sustituyendo una baja por maternidad gracias a haber aprobado una bolsa de empleo el año anterior.

Tres meses buenos que acababan hoy.

 

"CONSEJERIA DE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO RURAL

El portador del presente escrito Don F.B.S. con DNI X queda vinculado a la Administración del Principado de Asturias mediante un nombramiento de Funcionario Interino del Cuerpo Auxiliar durante el periodo que va del día 16 de Octubre al 17 de Diciembre"

 

Me han renovado por dos meses más.

Los que estamos en la bolsa al terminar donde estemos volvemos a la bolsa en el mismo orden que estábamos. Es decir, que si uno termina estará detrás delante de los que aún no han empezaod, así que no suele pasar más de una semana sin que vuelvan a llamarle a uno. Un interino está un tiempo aquí, otro tiempo allí... y se está así años, yendo donde le manden y sabiendo que no estará mucho.

Así que yo sé que en dos meses esto se acaba, que esto es sólo una prórroga temporal, que terminará... Pero sigo dos meses más en un sitio donde estoy contento con la gente, cómodo con lo que hago y que me gusta hacer y cobrando bastante bien.

 

Así que... hoy he florecido de nuevo :)

Un recuerdo sencillo

Un recuerdo sencillo

¿Por qué me afectó tanto el 11-S?

 

¿Por qué lo recuerdo año tras año?

 

Fácil. Fue un momento, un día, en que coincidió la helada revelación de que estaba indefenso. Indefenso antes el dolor que viene de dentro e indefenso ante el dolor que viene de fuera.

Indefenso del corazón e indefenso del cuerpo.

 

Dicen que cuando uno es consciente de su propia mortalidad, es cuando se hace mayor y no en el buen sentido. Un niño deja de serlo al saber que puede morir, al ser consciente que va a morir.

 

Y ese día dejé yo atrás los pocos rastros de niño que me quedaban...

 

Por eso sigo recordando este día. Por eso... y por todo y por todos.

Valor

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Bien o mal encauzado (se demostró luego que mal, maldito tocayo con mi número favorito, la escoria mas sucia de todos los reyes que tuvimos alguna vez...) hubo valor.

 

Ahora hemos perdido el valor. Salir en una manifestación no es tener valor. Cagarse en las cosas cuando estas rodeado de cientos de personas no es valor.

El valor actua sólo igual que actuaría en compañía. El valor es pararte ante un tanque que es perfectamente posible que no se detenga. El valor es avanzar hacia un arma que te apunta y no hacerlo pensando "no hay riesgo de que dispare" sino pensando "hay que hacerlo, haga lo que él haga".

 

Y hubo valor el 2 de Mayo.

 

" Oigo, patria, tu aflicción,
y escucho el triste concierto
que forman, tocando a muerto,
la campana y el cañón;
sobre tu invicto pendón
miro flotantes pendones,
y oigo alzarse a otras regiones
en estrofas funerarias,
de la iglesia las plegarias,
y del arte las canciones.

Lloras, porque te insultaron
los que su amor te ofrecieron
¡a ti, a quien siempre temieron
porque tu gloria admiraron;
a ti, por quien se inclinaron
los mundos de zona a zona;
a ti, soberbia matrona
que, libre de extraño yugo,
no has tenido más verdugo
que el peso de tu corona!

Doquiera la mente mía
sus alas rápidas lleva,
allí un sepulcro se eleva
contando tu valentía.
Desde la cumbre bravía
que el sol indio tornasola,
hasta el África, que inmola
sus hijos en torpe guerra,
¡no hay un puñado de tierra
sin una tumba española!

Tembló el orbe a tus legiones,
y de la espantada esfera
sujetaron la carrera
las garras de tus leones.
Nadie humilló tus pendones
ni te arrancó la victoria;
pues de tu gigante gloria
no cabe el rayo fecundo,
ni en los ámbitos del mundo,
ni en el libro de la historia.

Siempre en lucha desigual
cantan tu invicta arrogancia,
Sagunto, Cádiz, Numancia,
Zaragoza y San Marcial.
En tu suelo virginal
no arraigan extraños fueros;
porque, indómitos y fieros,
saben hacer sus vasallos
frenos para sus caballos
con los cetros extranjeros.

Y aún hubo en la tierra un hombre
que osó profanar tu manto.
¡Espacio falta a mi canto
para maldecir su nombre!
Sin que el recuerdo me asombre,
con ansia abriré la historia;
¡presta luz a mi memoria!
y el mundo y la patria, a coro,
oirán el himno sonoro
de tus recuerdos de gloria.

Aquel genio de ambición
que, en su delirio profundo,
cantando guerra, hizo al mundo
sepulcro de su nación,
hirió al ibero león
ansiando a España regir;
y no llegó a percibir,
ebrio de orgullo y poder,
que no puede esclavo ser,
pueblo que sabe morir.

¡Guerra! clamó ante el altar
el sacerdote con ira;
¡guerra! repitió la lira
con indómito cantar:
¡guerra! gritó al despertar
el pueblo que al mundo aterra;
y cuando en hispana tierra
pasos extraños se oyeron,
hasta las tumbas se abrieron
gritando: ¡Venganza y guerra!

La virgen, con patrio ardor,
ansiosa salta del lecho;
el niño bebe en su pecho
odio a muerte al invasor;
la madre mata su amor,
y, cuando calmado está,
grita al hijo que se va:
"¡Pues que la patria lo quiere,
lánzate al combate, y muere:
tu madre te vengará!"

Y suenan patrias canciones
cantando santos deberes;
y van roncas las mujeres
empujando los cañones;
al pie de libres pendones
el grito de patria zumba
y el rudo cañón retumba,
y el vil invasor se aterra,
y al suelo le falta tierra
para cubrir tanta tumba!

¡Mártires de la lealtad,
que del honor al arrullo
fuisteis de la patria orgullo
y honra de la humanidad,
¡en la tumba descansad!
que el valiente pueblo ibero
jura con rostro altanero
que, hasta que España sucumba,
no pisará vuestra tumba
la planta del extranjero! "

("Oda al dos de mayo" de Bernardo López García)

 

Y cuando se rabió el tres de mayo, en ninguna parte pensaron "problema de madrileños, a mi me da igual que no son de mi misma tierra"

 

Porque no era cuestión de tierra o lugares. Era cuestión de ocupaciones, injusticias y estar hasta los mismísimos.

 

Era cuestión de hacer lo que había que hacer, dispararan los otros o no.

 

Valor.

 

Lo hemos perdido.

Chema

Chema

No sólo era Chema, pero inevitablemente, para muchos niños ahora adultos, era Chema.

 

Había una vez un niño, algo rubio, de gesto serio. Que lloraba con facilidad. Un poco resabidillo. Que se consideraba más adulto de lo que era. Que se sabía el menor de cinco hermanos y se aprovechaba muchas veces de tal condición. Algo vaguete, aprobaba estudiando poco y con el mínimo esfuerzo posible. Le gustaba la gimnasia y le gustaba correr muy rápido, muy rápido, distancias pequeñas, pero no se le daba nada bien mantenerse en suspensión en las espalderas. Sacaba buenas notas en religión porque era casi todo de memorizar. Tenía miedo de Dios e iba todos los domingos a misa.

No era el mejor niño del mundo, ni el más estudioso, ni el que mejor se portaba. Simplemente era un niño. Otro más. Con sus sueños y esperanzas propios, con sus ilusiones, que si le decían qué quería ser de mayor pensaba en pintor, pero decía contable porque le había dicho que de mayor había que buscarse trabajos de los que poder vivir.

 

Y ese niño veía la televisión, una televisión con sólo dos canales. Y le mandaban a su habitación cuando salía algo picante en la tele y no le dejaban verla más tarde de las diez.

Y ese niño veía Barrio Sésamo. Como miles de niños que hoy son padres de familia o no, pero que recuerdan esos días, porque son sus días, su pasado, sus recuerdos de infancia. Recuerdan ese tren de la bruja que al final de los títulos de crédito corría hacia la cámara mientras manos de niños se asomaban por las ventanillas saludando.

Recuerdan a Gustavo el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo, al Conde son su afición a contar, a los Nabucodonosorcitos que vívian en la maceta de la maravillosa pareja de amigos que eran Epi y Blas, recuerdan al pianista que nunca sabía como terminar sus canciones... Y recuerdan a Espinete, a Don Pimpón, a Ana, a Julián el quiosquero... y a Chema el panadero.

 

Chema el panadero era Juan Ramón Sánchez. Y Juan Ramón Sánchez ha muerto demasiado joven, como morimos todos, demasiado jóvenes. Pero en su caso además es verdad. 51 años tan sólo.

Músico en los años 70 en un grupo llamado "Red de San Luis", allí conoció a la que luego sería su mujer, Chelo Vivares. Y cuando esta empezó a trabajar portando el traje de Espinete en el programa infantil, animó a su marido a probar suerte y así Juan Ramón se convirtió en Chema el panadero. Y durante cinco años lo fué, hasta que el programa terminó, para dejar paso a otros programas infantiles.

Pero también trabajó en más cosas, por ejemplo como actor, participando en Los ojos vendados, de Carlos Saura, Matador de Pedro Almodóvar y Donde está el corazón, de Jhon Boorman. Además nunca dejó el teatro, ya fuera como actor hasta el 2006 o como propietario de la sala teatral Tribueñe en Madrid.

 

Y el 11 se nos ha ido. Otro día 11 maldito, como tantos otros para mí.

 

Si yo hoy tuviera un hijo, no entendería la lágrima resbalando por mi rostro. No. Ellos ahora tienen sus marionetas rolliguay políticamente correctas por necesidades de la sociedad. Tienen sus programas que vienen y van, que pasan con mayor velocidad de los que tarda en disiparse una risa. Tienen sus diversiones fuera de la televisión en un mundo veloz que deja atrás cada vez más rápido las cosas porque cada vez tienen mas hambre de estímulos.

No. El niño no lo entendería. No entendería el recuerdo del tiempo deteniéndose disfrutando con la maravilla con que nos pudiera sorprender un pogramilla de media hora de lunes a viernes. Un programa que hacía que todo pareciera divertido. Un programa que sin psicopedas ni psicólogos sabía hacer sonreir y reir y emocionarse. Simplemente con imaginación y ganas de hacer bien las cosas.

No entendería que desde que me enteré canturree "Panadero soy... porque se hacer pan... y otros con placer... se lo comerán..." y se me nuble la vista.

 

Pero no tengo un hijo. Sólo tengo recuerdos. Y los recuerdos son como la canción de la Serrat...

"Me gusta verlos pintarse

de sol y grana...

...volar...

...bajo el cielo azul temblar

subitamente y....



...quebrarse..."

 

Y lo que siento en mi interior es profundo, tremendo y sincero agradecimiento. Por los bailes, por las canciones, por el esfuerzo.

 

Por ese panadero, gracias Juan Ramón. Sé que eras mucho más que ese personaje, pero no puedo evitar recordarte con tanto cariño precisamente gracias a ese personaje.

 

Y buscando cosas para contar hoy, he visto que no soy el único que piensa así. Hoy hay muchos niños grandes que nos hemos quedado sin pan para el alma, ese pan que Chema hacía tan bien.

 

 

Gracias, de corazón, ¡grande!

 

 

(última aparición de Juan Ramón Sánchez en televisión en la gala "¿Cómo están ustedes?" en 2006

El verdadero Amo del Calabozo

Qué poca trascendencia... qué poca importancia se le ha dado... que sociedad tan absurda que prefiere recordar a mentirosos que gobiernan, asesinos de masas y fantoches que se creen dioses del pensamiento, farsantes, extremistas, puras fachadas, piedras muertas, baños de sangre... antes de contar un simple noticia sobre la muerte de alguien que eligió crear, que propugnó el valor de imaginar, de no limitarse a la infancia para soñar con cosas mejores, con un mundo mejor, alguien que ayudó a tanta gente a creer que podemos ser héroes, verdaderos héroes de los que salvan vidas y esperanzas, de los que crean cosas mejores para el futuro, alguien armado simplemente con lápices, pequeños poliedros regulares de colores y un cerebro privilegiado en capacidad para pensar.

 

Ayer murió Gary Gigax.

 

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Para muchos un nombre que no les dice nada. Para mí el "padre" de mi mayor afición. Escritor y diseñador de juegos, co-creador del juego de rol pionero D&D (Dungeons & Dragons) junto con Dave Arneson.

 

"Ya ves tú, que chorrada, como si no se muriera gente más importante en el mundo o cientos de personas anónimas a diario en circunstancias peores"

Eso es lo que pensará la gente que pueda leer esto.

 

Me da igual. Aunque fuera el único en el mundo que pensara como pienso hoy (que creedme, no lo soy), para mí hoy es un día de mierda. Un día de mierda en la que el nombre del enemigo está formado por tres palabras "Aneurisma aórtico abdominal". Un día de mierda en que sé que he perdido un amigo que nunca he conocido en persona, un mentor, un soñador afín, un creador.

 

Hay muchos modelos peores a seguir que alguien que basó su vida en crear, no en destruir. Alguien que recordó que si algo compartimos hombres y animales cuando somos inocentes, cuando somos jóvenes, cuando aún no estamos molidos por el choque de los años, es jugar. Jugar y soñar, compartir con otros nuestros juegos. Reir con otros y que sus risas hagan más luminosas las nuestras.

Gary Gigax simplemente quiso decirnos que no tenemos por qué renunciar a esas risas al crecer. Su manera de recordárnoslo fue esa, crear los juegos de rol.

Que nos tachen de infantiles. Nos da igual. Que nos escupan como inmaduros. Nos da igual. Que se rian de nosotros por preferir otra forma de diversión a las estereotípicas, asfixiantes, intoxicantes y pura apariencia de tantas diversiones vanas "socialmente" aceptadas.

 

Cuando se rien de nosotros, nosotros nos reimos, pero no de nadie. Nos reimos por pasarlo bien y punto. Reimos, soñamos, imaginamos, creamos y compartimos.

 

Y que haya gente que convierta mi afición en mierda. Que haya gente que se crea que lo que hacen dos imbéciles es la tónica general. Que haya gente que me desprecie o me deje por imposible meneando la cabeza con pesar al pensar que estoy desperdiciando mi tiempo.

 

 

YO SOY ROLERO

 

Gary Gigax tenía seis hijos y siete nietos. Pero ayer dejó millones de huérfanos y gente que le recodará por cosas buenas.

 

¿Hay muchos que puedan decir lo mismo?

 

(extracto de la wikipedia sobre Gary Gigax (Cuando en una entrevista se le preguntó cómo quería ser recordado, él dijo: "Me gustaría que el mundo me recordase como la persona que realmente disfrutaba jugando juegos, compartiendo su conocimiento y sus pasatiempos con todo el mundo".)

 

 

Se nos ha muerto el verdadero Amo del Calabozo, el descerrajador de la puerta de los sueños. La abrió para nosotros.

 

Y nosotros somos conscientes del valor de ese acto. Para siempre.

 

Se ha perdido un música sin notas. Pero esa música nunca NUNCA se va a olvidar.

Algunos números

Algunos números

3 años

 

192 almas

 

3 estaciones

 

10 bombas

 

 

Incontables lágrimas

 

1 día de Marzo.

 

11-M

 

 

(La imagen la saqué de aquí:

http://llanesnet.blogia.com/temas/llanes.php )

Reconstruido

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He repuesto en su lugar lostrozos de artículos que una vez borré...

 

Nunca debí haberlos borrado. Ni haber pedido al dragón que quitara partes de sus escritos.

 

Si alguien quería decírselo que se lo dijera ella misma. Yo no tenía que ser emisario de nadie. Y sobre todo no tenía que haberme sentido como si hubiera hecho algo malo. No hice nada malo. No dije nombres. No había manera de identificar a las personas. Di mi punto de vista. Y eso no era malo. Ella quiso hacerme pensar que si. No era así.

 

Así que ahora estoy pleno otra vez. Me ha costado mucho tiempo hacerlo. Pero en el fondo sabía que lo haría, la prueba es que nunca borré del todo los artículos, los dejé en un documento de texto dispuestos para el día en que volvería a colocarlos.

 

Ese día ha llegado.

 

Y no me siento ni bien ni mal. Simplemente sabía que era algo que tenía que hacer y hecho está.

 

Y como esto es sobre hablar de lo que siento y percibo y creo ver, y como mantengo mis normas de educación y anonimato, al que le moleste, que no lea.

Salir de la sartén para caer en el brasas...

Salir de la sartén para caer en el brasas...

Es curioso como a la larga la impresión sobre las cosas cambia... bueno, más que cambiar, es darse cuenta que nunca nada es como parecía ser.

Será cosa de la memoria selectiva, del pincel embellecedor del pasado (Ya lo decía "el baúl de los recuerdos" de Karina...), o que te llega información que desconocías que te permite ver las cosas de un modo distinto.

 

El sábado quedé con N. y hubiera contado aquí lo maravillos que fue el día sino fuera porque la última conversación con ella me reveló un dato que borró a un lado el optimismo y el buen cuerpo que me estaban dejando las horas con ella...

 

Me contó cómo la había acosado.

 

Bueno, tal vez "acosado" sea una palabra un poco fuerte, porque más o menos fué lo contrario en modos pero en efecto casi el mismo.

 

La palabra correcta, que usó ella misma, fue "AGOBIAR"

 

La agobié de mala manera. Tras la petición de salir y la cena del curso y todo lo que pasó en ella, se hizo patente. Sentía que la estaba agobiando mucho, dando la brasa, siendo un pesado. Si, muy educado y caballeroso, pero pesado igualmente. Recuerdo que en el blog contaba yo por esas fechas como me alegraba los días mirarla y compartir las horas de clase con ella. A ella no la alegraban, porque estaba todo el rato por ella y con ella, sin dejarla tener su espacio, con miradas frecuentes y constantes... tanto que las demás de clase se fueron dando cuenta del asunto y las bromitas arreciaron, aumentando su incomodidad. Dice que pasó una temporada con ganas de echarse a llorar porque veía y notaba como yo seguía pesadete con ella, y no se le ocurría una manera de decírmelo sin hacerme daño, porque temía que me lo tomara a mal o que encajara el golpe como si fuera más fuerte de lo que realmente era. Así que pasaban los días y ella intentaba tenerme alejado, quedándose entre clase y clase con la profesora con la esperanza de que yo me fuera con las demás y dejarla descansar un poco... y yo no lo pillaba, claro. Bueno, yo lo que pensaba era que estaba preocupada por su madre y por eso a veces si la dejaba en paz porque pensaba que era con la profesora con la que hablaba más de ese tema (se habían hecho muy buenas amigas) y había que respetar que no quisiera hablarlo con nadie más. Y aunque por causas equivocadas si que pisé el freno, sobre todo cuando un día pillé a Rosi haciéndole gestos a N. con una sonrisilla después de uno de mis actos zalameros y como a ella le había prometido intentar ser discreto en el tema de que me gustaba, dejé de ser tan evidente (creo) para no avergonzarla.

Sin saber que ya lo estaba. Me dijo antesdeayer que estuvo a punto de mandarme a la porra, con ganas de gritarme que ni mi amiga quería ser por pesado y coñazo de tio.

Así que el ambiente que notaba a final de curso no era sólo por mi ida de olla con el comentario estúpido y egoista. Era también por ella, porque las demás lo notaron y entonces ya no les parecí tan majo y si otro tio despreciable más.

 

Y ella dice que ahora me lo cuenta porque me tiene mucho cariño, porque somos muy amigos y porque ya superó eso y se toma de otra manera mis coqueteos semi-constantes y además porque al vernos menos a menudo (en el curso era todos los días de diario, al fin y al cabo) pues eso, que me hago menos cargante.

 

Pensándolo retroactivamente... es cierto que fuí un pesado de tomo y lomo. Recientemente JD me decía "quien la sigue la consigue" pero hay que "seguirla" con una cierta medida, no poniendo día si y día también ojos de carnero degollado, imponiendo mi presencia a su lado continuamente... no respetando su espacio vital, vamos.

 

Si que puedo ser pesado si. Lo que no suponía era que tanto y descubrirlo digamos que no me ha hecho mucha gracia. Ojo, a ella no la culpo de nada, me la echo a mí, por si estoy siendo un poco vago en el por qué me siento mal.

¿Tanto me cuesta aceptar lo noes? ¿O es que realmente como me dijeron una vez, a mí no hay que darme el más mínimo pie a albergar la más mínima esperanza sobre nada porque me aferro a ello no como un perro mordiendo su hueso, sino como un perro vigilando constatemente su hueso (ya sabeis, no encima todo el rato pero siemrpe cerca y mirando y constantemente presente)?

Soy menos de fiar de lo que pensaba. Creí no ser así y el caso no es que en aquel momento, aquella temporada lo fuera, sino que no estoy seguro de haber cambiado a ese aspecto. Bueno, claro, cómo voy a cambiar si no me había dado cuenta... pero a veces maduramos en aspectos que no han sido puestos a prueba y en este no sé si habré madurado. No creo que a día de hoy me hubiera comportado distinto, creyendo ser discreto sin serlo, creyendo ser educado y romántico cuando en realidad era un acoso leve...

 

Por eso muchas veces pido a la gente que me diga las cosas, por duro, fuerte o "poco educado" que pueda ser el decírmelo. Porque tal vez sólo aprendo a leches, y tengo que recibirlas para mejorar realmente.

 

El día fue bueno, porque reconozco lo que me dijo que de no ser ahora de total confianza, no me habría contado eso, no seguiría quedando conmigo. De no tenerme cariño nada la obligaría a verme. Y eso es mucho. Y esa revelación no empaña el hecho de que su compañía se me hace maravillosa y el tiempo mejora de calidad si estoy con ella. Realmente fue un buen día.

 

Pero mi actitud no es tan buena. Mi comportamiento no es tan bueno. Y mi concepto de las cosas, de la insistencia, del perseverar... puede que estén equivocados. Obviamente lo están, si le hice pasar por aquello, pero tal vez lo estén en su totalidad y tenga que replantearme, muy muy seriamente, un cambio muy radical en ciertas cosas...

5 veces 11

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Entonces ya sabía que las lágrimas no sólo eran por ellos, por todos, sino por los que iban a morir a raiz de lo sucedido, allí y en otras partes, bajo las bombas, bajo la suspicacia, bajo el odio...

Lloraba por todos, porque cinco años después... sigue muriendo la gente del 11-S

 

En New York, Afganistan, Irak, Londres, Madrid, Bali...

 

Y los que quedarán, por el afán de venganza mal dirigida, por la insensatez extremista religiosa, por el odio, por el miedo...

 

Miedo que no impidió que unos entraran donde el riesgo era claro y evidente y murieran intentando hacer algo que no conoce barreras de religiones, opiniones o ideas políticas: salvar vidas.

 

Año tras año lo diré, me llamen lo que me llamen. No olvido. Y lloro por todos.

Balance...¿final?

Balance...¿final?

Tal vez es hora de hacer un repaso... de recordarme y preguntarme que es lo que realmente sucedió...

¿Que me ha dado Ella durante todo este tiempo?

Lo más obvio es comenzar por pensar en la fuerza que me dió...o tal vez mejor dicho la Fuerza que su presencia me ayudó a sacar de dentro, porque todos tenemos fuerzas para muchas cosas y Fuerzas para unas pocas muy especiales dentro, pero a veces tan adentro que cuesta hacerla salir o encontrarla, cuesta tanto tanto que pensamos que no la tenemos y nos acostumbramos a mirarnos a nosotros mismos como cobardes...

Ahora no puedo menos que sonreir por los nervios y miedo y ansiedad que sentía cuando pensaba "tengo que decirle lo mucho que me gusta, que me quiero arriesgar por ella, que quiero salir con ella"
Y aunqu eme dijera que no. Lo que mas me angustiaba era pensar que no me atrevería a pedirlo, por muy probable que me temiera que fuera la respuesta, porque qué narices...yo quería que me dijera que si que si que SI. Y si sólo tenía un poquito de posibilidades quería intentarlo igual.

¿QUé mas me dió?

Me dió ganas de vivir los días, de que pasaran los días, de que pasara el fin de semana y llegaran los lunes para volver a verla. Me quitó ese miedo durante el tiempo que estuvo ese miedo a la rutina, a lo que siempre es igual, al paso del tiempo inexorable , tan lento a veces pero que a la larga termina pasando tan rápido...

Me dió ganas de ser amado, de ser deseado. Ganas de ser Persona para que todo eso pudiera pasar. Me dio ganas de aprender a escuchar y mirar a la gente para poder y saber mirarla y escucharla y sentirla...

Me resucitó la lóbido que la tenía un poco demasiado dormida y acostumbrada a las rutinas de un tiempo a esta parte... pero ella solucionó eso sin quererlo, sin saberlo, sin percatarse...

Me devolvió las fantasías, los nervios adolescentes, el temblar por estar cerca de alguien.

Me dió la Realidad, la presencia, la parte física... las esperanzas, los anhelos, las promesas de noches de labios y sudor y piel cálida... me devolvió el dormirme pensando en alguien.

 

Me ofreció a una persona real.

 

Me amplió los deseos, el desear a alguien que físicamente uno no pensaba que fuera su ideal. Me hizo descubrir lo que es soñar con cosas nuevas, con formas nuevas, con cuerpos nuevos.

 

Me ofreció muchas veces su sonrisa, su mirada.

 

Me dió su No. Me dió la impotencia de saber que no puedes cambiar las cosas sólo con desearlas, me dió la realidad de ser consciente de no gustar como le gustan a uno. Me enseñó que ella no era alguien que viera Todo de mí, como yo quería ver Todo de ella.

 

Me ha dado lo normal, lo bello en la sencillez, lo maravillosa que es la vida de los que Sienten de manera normal y por ello mismo esa manera de sentir es Sublime.

 

No me dió besos. Pero si me dió la posibilidad, el anhelo, de soñar con ellos.

 

 

Al final, ha dado muchas cosas. Algunas bonitas, otras no. Pero todas importantes.

 

No me arrepiento.

7

7

Diana y Gonzalo se agachan sentados en el sofá para escuchar a Sole.

-Hay algo que nunca os he dicho en todos estos año... Yo, en ocasiones... oigo risas.-

Y fin. (casi, hay un par de frases más pero para mí ese es el final)

El final de "7 vidas" anoche.

Sólo una serie. Siete años, siete temporadas. Muchas horas de televisión.

Y así acaba la que para mí es la mejor serie de humor que nunca se haya hecho en España. La serie que durante siete años he seguido, resistiendo ante viento y marea cuando los de mi familia que también la veían regularmente empezaron a abandonar. "Si, me gusta, pero si no la veo no para nada"...

Siete temporadas. Actores que vienen y van. Situaciones nuevas y que se repiten. Chistes mejores y peores. Y muchas collejas...

Situaciones que desde el sillón piensas "que tontos, en esa situación yo lo diría todo, no lo escondería" o "le diría que me gusta"... y luego vivimos cosas parecidas en la vida real y no nos comportamos como pensábamos que haríamos...

Siete años. Hace siete años aun estaba estudiando la carrera, empezando a ver que se me iba a hacer muy larga en tiempo y cursos. Hace siete años yo era de otra manera, mejor en unas cosas peor en otras... Hace siete años mis esperanzas y sueños eran distintos casi todos...

¿He visto esa serie durante siete años o ella me ha visto a mí?

En todo caso, sea como sea, ayer, al apretar el botón de apagar la televisión tras acabar el último capítulo... me sentí un poquito más gris, un poquito más triste.

Una pizca más sólo.

"¿Quién podría imaginar

que volvería de este viaje?

Será porque echaba de menos

tanto tiempo sin hablarte...

Si me das lo que perdí, te daré lo que me pidas.

Yo soy la llave de tu puerta...

Y TENGO 7 VIDAS"

Alguna ilusiones de la mente

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Estaba yo leyendo una novela de Neal Stephenson llamada "Snow Crash" (es una novela de ciencia ficción) cuando topé con una frase que más o menos decía:

"Todo el mundo piensa que en algún momento de su vida sería invencible, con las circunstancias apropiadas. Ya fuera defendiendo un ideal en el que cree firmemente, sea cuando un grupo de narcotraficantes colombianos entran con sus armas automáticas en tu casa para matar a tu familia, o sea por el motivo que sea, todos pensamos que seríamos capaces de acabar con quien fuera aunque nos falte entrenamiento, valor o armas"

Mas o menos era así, la cita no es exacta porque ya devolví el libro a la biblioteca (libro totalmente recomendable por cierto, para quien gusta del género de la ciencia ficción ciberpunk) pero el sentido era más o menos ese.

Y creo que es verdad. Yo por lo menos he fantaseado mucho con las situaciones en las que me convertiría en una máquina de matar por defender a algo/alguien/mi mismo, como si el odio/miedo/decisión fuera una droga de efecto rápido capaz de convertirme en un superguerrero. ¿Que el adversario lleva una pistola? Da igual, seguro que sería capaz de moverme más rápido que él y que su disparo no me alcanzara. ¿Que el adversario sabe artes marciales? Da igual, seguro que encontraría por instinto el golpe perfecto para tumbarle. ¿Que los adversarios son muchos? Da igual, sabría convertir la superioridad numérica en su debilidad...

Ya sabeis, cosas así. Tal y como habrá gente que piense "si un tio intenta violarme, da igual que sea más fuerte que yo, me defendería tan fuerte y decididamente que no lo conseguiría" o "si mi maltratador pareja me arrincona en una esquina oscura le daré tal patada que saldrá volando y no podrá hacerme nada" o "si me quieren atracar a punta de navaja en un callejón volcaré tanto desprecio e ira en la mirada que saldrá corriendo cagado de miedo" o "si yo estuviera en el ejército seré un Rambo y mataré cientos sin que nadie me roce siquiera" o...

Ilusiones de la mente. Mentiras y fantasías. Porque tal vez pueda pasar. Pero lo más probable es que no pase. Seguro que muchas víctimas de malos tratos, violaciones, atracos, asesinatos, terrorismo, secuestros... han pensando antes de sufrir lo que les pasara que serían capaces de reaccionar efectiva y fríamente y salir airosos... y luego no sucedió así.

En este caso no sé si es una cuestión de engañarnos para nuestra tranquilidad, o para imaginar que nuestra vida es más segura de lo que es, o para elevarnos a nosotros mismos a un pedestal...

Y quien dice en situaciones de peligro, lo dice para cualquier cosa. "Si yo fuera el diría la verdad", "si yo fuera ella haría esto..."

Luego descubrimos (al menos en mi caso es así) que en el momento de hacer/decir eso, no reaccionamos distinto de aquellos que considerábamos que hacían mal... En mi caso me dejó un poco chafado descubrir que en cuestiones sentimentales/rollescas fuí tan torpe y estúpido como muchos a los que había despreciado.

De todo se aprende. Hoy creo que ya no haría otra vez las cosas que hice. La letra con sangre entra dice un refrán. Pero eso no evita que a veces siga imaginando que hacer o decir...

Me dió por pensar en otras situaciones en las que nos autoengañamos muchas veces tras leer esa frase en el libro. Una de ellas es tan típica que me vino a la mente enseguida: "Si tuviera oportunidad de conseguir que ese/esa famoso/famosa me conociera, se enamoraría de mi enseguida al ver lo tierno/maravillosos/guay que soy".

¿Quién no ha pensado eso? Es una fantasía adolescente muy corriente. Vemos a alguien a quien admiramos en pantalla, leemos sobre él y pensamos que tiene los mismos gustos que nosotros, que lo que dice en esa revista sobre su pareja ideal coincide mucho con como somos, soñamos con que se fascinaría con nosotros...

Una ilusión, una mentira de la mente. Esa persona no tiene por qué ser como dice en la revista (la mitad de las entrevistas en las revistas se retocan o eliminan directamente, porque hay un espacio concreto que llenar y lo típico, lo aburrido, no vende), esa personas es alguien real, no una fantasía y tendrá sus gustos y si en la vida real nadie consigue que todo el mundo se sienta atraido/enamorado de uno, ¿por qué si lo vamos a conseguir con esa persona?

Y también recordé un juego/miedo que tenía de pequeño, en el cual pensaba que todo el mundo sabía leer la mente menos yo. Cuando mis padres parecían enfadados conmigo y yo había hecho algo mal que ellos no conocían, pensaba que ellos lo sabían, que había leido mi mente, que yo era como el conejillo de indias de un experimento en el cual era una persona entre cientos sin esa capacidad, que era algo que sólo enseñaban a unos pocos y yo no era uno de ellos, que cada cosa que hiciera sería conocida por todo aquel que me miraba fíjamente unos segundos... Recuerdo haber pensado cosas como "pues ya que puedes leer la mente, lee esto, cabrón hijoputa gilipollas bastardo..." En el fondo era sólo la culpabilidad, que me hacía fijarme mucho más en las reacciones de la gente a mi alrededor y ver cosas donde no las había, si el que me miraba se reía o parecía enfadado podía ser por otra cosa, cosas suyas sin relación conmigo... pero todo se relacionaba en mi mente paranoica infantil-adolescente.

¿Nunca os ha sucedido que al pasar junto a una persona o grupo de personas, estas se echan a reir justo cuando pasas? Yo siempre pensaba que se reían de mí, y eso era una consecuencia de la baja autoestima (y un par de veces SI que se reían de mí, por los comentarios que llegaban a mi oido mientras me alejaba, pero eran sólo un par de casos). Y en el fondo era otra ilusión paranoica de la mente, el pensar que somos el centro de las cosas, para lo bueno y para lo malo, que todos nos miran y se fijan en nosotros...

Y yo paseo tantas veces la vista sobre gente sin fijarme en concreto en ellos, o mirando más allá de ellos... ¿por qué me costaba tanto pensar que eso era lo que les pasaba a los que me miraban, que no me miraban a mí, que no se fijaban en mi?

¿Y de cuantas ilusiones y paranoias de la mente me he librado realmente?

2 tras 11. Dos onces.

Números.

Mecanismos para la memoria.

Me acuerdo más del 11 que en principio es más lejano, en tiempo y espacio. El 11 con sus dos unos como dos torres. Coincidio con otro momento de engaño y depresión en mi vida. Hubo dos intensidades aquel día, tal vez por eso lo recuerdo mejor, lo que pensaba, lo que hice, lo que dije, lo que comí mientras miraba la televisión.

¿Por qué recuerdo peor donde estaba el 11 en el que los unos era traviesas de vía de tren?

Estaba aún en el cuarto piso. ¿Qué me hizo echarme la bata sobre los hombros y aún oliendo a sueño y sudor seco correr los dos pisos escaleras arriba para llegar a casa y estar de pie apoyado en el respaldo del sofá compartiendo en silencio las noticias de la televisión? ¿Oí algo desde la cama? ¿Encendí la televisión en el cuarto mientras esperaba que se ventilara la televisión y lo ví?

No lo recuerdo. Pero si recuerdo la sensación.

Con las torres sentía desesperación. Desesperación por el engaño y por los choques, la caida de los colosos, la muerte que estaba sucediendo ante mis ojos. Desesperación.

Con los trenes sentí ira. Ira, furia, ese ardor que empieza a subirte poco a poco desde la punta de los pies calentando todo tu cuerpo, subiendo por el estómago dejándolo hecho un puño, calentando los pulmones con un fuego sulfuroso qe los deja secos, trepando por la garganta en un gruñido inaudible y dejando cenizas en la mente, los ojos dos ascuas de dolor y furia, la mente pensando en aplastar las cabezas de los causantes con las manos desnudas, bañar los dedos en su putrefacta masa cerebral y pintarse las uñas con su sangre.

Ira. Furia.

La sensación de "no puede estar pasando en mi país"

¿Fue antes o después cuando yo esperaba un tren en esa misma estación, tras completar otra de esas pruebas para una empresa en Madrid, otra de esas en las que me rechazaron? No lo recuerdo. Los datos se diluyen.

Se diluyen ante dos recuerdos. El primero un rostro ceniciento, los ojos cerrados, la mandíbula desencajada, una mujer que ha muerto entre el dolor, segundos antes de ser tapada por una manta por los bomberos.

La segunda imagen una ilustración de Fernando Krahn, dibujante chileno, colaborador habitual del Magazine de La Nueva España de los fines de semana: Hay unas vías de tren. Hay una luz que las ilumina. Las sombras de las traviesas de las vías se alargan y se convierten en cruces.

192 cruces. Cientos cargan aún con las cruces que ese día cayeron sobre ellos o los que amaban.

¿Por qué?

¿Por qué?

¿Por qué?


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" Ha pasado el tiempo
no he dejado ni un momento
de pensar en los viejos sueños
en las noches de conciertos en un bar

Ha pasado el tiempo
y no sé por qué te cuento esto
será que se ha ido
la inocencia que llevo conmigo
si será el dolor, este amanecer
que me ha helado el alma
quiero despertar
porque no puede ser verdad
esta mala hora


Esta madrugada
que parece nunca acabar
esta noche de angustiosa calma

Va pasando el tiempo
bajo el cielo sin estrellas de Madrid
pero hoy no encuentro
la ilusión que me quemaba dentro
Nada más llegar a esta ciudad
que nos devora
dime dónde estás que te quiero ver
y dejar pasar esta mala hora

Esta madrugada
que parece nunca acabar
esta noche de angustiosa calma
Quédate conmigo
hasta que la luz se haga
esta madrugada

Quiero despertar
porque no puede ser verdad
esta mala hora

Esta madrugada
que parece nunca acabar
esta noche de angustiosa calma
Quédate conmigo
hasta que la luz se haga
esta noche oscura de mi alma

Esta madrugada
que parece nunca, nunca acabar
quédate conmigo
hasta que la luz se haga
esta madrugada"

("Esta madrugada" Amaral (canción inspirada en el 11-M) )

¿Por qué?

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PD: La foto está sacada de esta página: http://www.fijaciones.org/archives/2005/03/estacion_de_ato.html

¿Donde estabas... el día de las 23 Flores en el Congreso?

¿Donde estabas... el día de las 23 Flores en el Congreso?

Una vez ya comenté que lo malo de que te pasen cosas importantes el día de un envento mundial es que te lo recuerdan aniversario tras aniversario de manera indirecta...

Aunque en este caso no es que me pasara algo malo, al fin y al cabo hace 25 años tenía yo 3 y a esa edad pocas cosas malas que dejen memoria de por vida te pueden pasar... (un año más tarde vino lo del brazo, mi primer "recuerdo traumático", así que no pasó tan poco tiempo...)

Directamente no recuerdo nada de aquel día, todo lo que sé es por que me lo contaron. Concretamente mi madre, que era la que estaba conmigo en casa, con 3 años yo aún no tenía colegio ni iba a jardín de infancia, así que mi madre estaba viendo el debate de investidura por la televisión conmigo a su lado en el sofá. Y cuando empezó el lio me contó que me giré hacia ella y dije "mira mamá, hacen pam pam".

Que majos son los niños, ¿verdad? :)

bueno es normal, para mi aquello debía ser como ver "Barrio Sésamo" o dibuos animados, algo que pasaba muy lejos y que ponían en la televisión para divertirme. Lo que no sé es porque mi madre me cuenta que ella se echó a reir por todo lo que estaba viendo, que cuando mi yaya (que por aquel entonces vivía en la calle de al lado) y su vecina llegaron al momento a casas todo temerosas, encontraron a mi madre pasándoselo bomba. Para mí y para cualquiera de poca edad (adolescentes incluidos, mi profesor de la academia nos contó que lo que él pensó fué "cojonudo, un mes sin clase", tenía 15 años de aquellas) aquello no era nada, pero para los adultos supongo que sería preocupante...

Y tambien es muy relatada otra de mis frases. Tras el pam-pam, cuando todos esos valientes y nobles próceres que tenemos de políticos, esa nueva nobleza estilo Primer Estado prerevolucionario (fijaos en sus privilegios y prebendas...) perdieron el culo por meterse tras los bancos, yo dije "mira mamá, los han matado a todos", como si con dos balas al aire se pudiera matar a cien personas a la vez...

Pero bueno, siempre prefiero quedarme con dos imágenes que demuestran que para todo hay excepciones. Independientemente de lo que hicieran antes o después, dos personas estaba ahí de pie entre balas y guardias civiles. Adolfo Suarez levantándose para ayudar a un viejecito Gutierrez Mellado que se encaraba con ese estilo inimitable de las personas mayores a los guardias civiles y Adolfo Suarez sentado con la espalda erguida, ajustándose los botones de la chaqueta mientras silbaban las balas y Gutierrez Mellado de pie con los brazos en jarras ante el guardia civil que le empujaba mientras crepitaba las ametralladoras.

Desde que desarrollé uso de razón política, mis inclinaciones se dirigieron hacia ese Adolfo Suarez que ahora ha perdido (pena de penas, desgracias de desgracias para todo el que sufra tal mal) recuerdos y razonamiento por una enfermedad cerebral degenerativa. Y no sólo porque me gustaba la idea de un partido político de centro (me encanta la mesura y el aplicar las cosas necesarias, venga la idea del lado político que venga puede ser una buena idea, no ese sectarismo de "las ideas de izquierdas/derechas son todas buenas y las del otro lado son todas una caquita"), sino porque el lider del CDS demostró valentía y compromiso, algo que por desgracia se ha perdido entre la ínclita clase política que nos malgobierna y maloposiciona.

Pocas veces en mi vida pienso que lamentaré profundamente la desaparición de un político. Esta vez será una de ellas.

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Apolo XIII

Apolo XIII

Era jueves y todavía no habían nevado. Solo en su cabello, ahora de un tinte más claro.

Tal vez por eso no la reconocí a lo lejos. Me había estado toda la mañana, desde recibir su mensaje ofreciendo invitarme a una comida, cual "comida de la paz", preguntándome como me afectaría volver a verla. Volver a verla tras tanto tiempo.

Comprobé con agrado que no me afectaba ni para bien ni para mal. Eso era un buen comienzo. Ni se me hicieron flan las rodillas y gárgaras el estómago, ni sentí apretar los dientes y calentarme del frío de las dos y media de la tarde de ese jueves por el enfado.

Saludos protocolarios, debatir durante dos minutos a donde ir a comer y en marcha.

Y conversación mundana, neutral, inofensiva... cobarde.

Detecto un montón de "mmms" y "ajás" cuando hablo. A ratos no sé si es que no le interesa lo que estoy contando o que está nerviosa. Creo que lo segundo, porque luego, cuando hablamos de lo que debemos, también lo hace.

Y me extraña mucho, casi en los postres, tener que ser yo el que lleve la conversación a lo único de lo que deberíamos haber hablado: los porqués, los cómos y los qués.

Me gusta descubrir cosas nuevas de la gente que creemos conocer bien. Eso evita que terminemos por aburrirnos de esa persona o que lleguemos a considerar que podemos ser tutores de su vivir, maestros sabios que conocen las reacciones y anticipan las soluciones, empezando a tratarles más como niños que como iguales.

Y descubro cosas. Como el muy distinto concepto de la amistad que tenemos. Ella considera que si alguien se toma un año "sabático de amistad" a la vuelta todo será igual, que la amistad sobrevive a eso sin problemas si es fuerte y verdadera.

Yo considero que semejante prueba daña la amistad y hace que no vuelva a ser como antes.

Si, me lo dijo. Que estaba en un momento que quería alejarse un poco de muchas cosas. Vale. Avisado estaba y si vuelve a pasar ya no pagaré la novatada emocional de pasar lo que pasé.

Y yo le digo que sigo enfadado por el momento en que la necesité, que necesité su amistad aunque no me fuera a poder decir nada que no me hubieran dicho otros. Los amigos no siempre son sabios que encuentran las palabras justas. A veces son las mismas de siempre, pero se hacen distintas porque te las diga quien te las dice.

Yo necesité esas palabras. No quiso estar para dármelas.

Que hubiera insistido más dice... ¿Cuánto? ¿Una llamada no es bastante? Para mí lo es. Culpa mía por pensar que para otros es como para mí. Ya estoy aprendiendo a que todos podemos ser distintos no hay que dar nada por sentado porque nosotros pensemos/actuemos de una manera.

Además, sinceramente, insistir más si que me hubiera hecho sentir que estaba mendigando atención.

Dice que contestó al sms porque sentía que se había portado mal conmigo (además que ALGUIEN le había dicho lo mismo durante un tiempo, que tenía que volver a quedar conmigo).

Yo le digo que si es porque ALGUIEN se lo dijo, no debería haberme llamado, pero me asegura que no es por eso, es porque realmente quería verme, por decisión propia. La creo. No tengo motivos para no creerla. Si no fuera verdad no me habría dicho para empezar que EL le había dicho que hablara conmigo, porque sabía lo que iba a pensar.

También la digo que si ella hizo lo que pensaba era correcto, no se ha portado mal. Aunque ahí estoy poniendo en duda la capacidad de reconocer errores, eso que tanto practico ultimamente, y tampoco es eso.

Errare humanun est. O como se escriba.

Y ella lo sabía y lo sabe. Sabe lo que siento... o sentía. Sabe lo que era para mí, porque ella misma lo ha experimentado alguna vez. Sabe mis envidias de EL. Sabe más cosas de las que yo suponía.

Y yo sé menos de las que creía, porque se lo pregunto y la respuesta es la que me temía desde hace un tiempo, leyendo de ilusiones y alucinaciones y espejismos... algo de eso sufrí yo.

Nunca me deseó. Y una vez más, la creo. Da igual que sea verdad o mentira, no me pongo a comerme la cabeza con eso. Es lo que me ha dicho y la creo.

La creo tal y como creo que ella debe suponer que yo pienso que la gente cambia, y que alguna vez también puede llegar a cambiar su deseo. Porque también hay deseo que surge del conocimiento, del contacto y del tiempo. Aunque ese deseo esté menos de moda. Pero en fin, al menos me puedo dejar de comer la cabeza con el ronroneo y el arquear de espalda.

Finalmente le digo que no sé que voy a hacer. La sigo queriendo muchísimo aunque sea menos que antes. La sgo deseando. Pero también he cambiado, y tal vez aprendo poco a poco a evitar los daños. Y cómo evito el daño, ¿no viéndola o aprendiendo a dejar de lado ilusiones sin renunciar a verla?

La respuesta en cierto como se dió cuando la volví a ver tras un año y cuatro meses. Al no haber dolor, creo que he aprendido algo. Y ya no me hará daño, ni le haré daño, el volver a verla. Aunque tampoco ahora me apetezca como antaño verla todos los días si pudiera.

Aún no sé si he ganado o perdido algo con ese cambio. Supongo que el tiempo lo dirá.

¿Por qué no? Claro, quedar alguna vez. Claro, retomar el contacto. Claro, contarnos nuestras cosas y aconsejarnos si podemos.

Aunque las cosas hayan cambiado.

Y despedida final que augura no ser tan larga como la última. Y sí, quedo con ganas de volver a verla... un día de estos.

Es triste que tras varios días de pensar en la conversación sostenida, en repasar todo lo pasado y presente, vivido, sentido y pensado... tenga tan poco que decir.