...te devuelve la mirada...
Yo lo llamo "síndrome del abismo", por la famosa frase de Nietzsche.
Ya sé que a veces me pongo un poco melodramático...
Ignoro si es el proceso normal de todo vértigo. Al fin y al cabo yo sólo conozco el mío, agradecería que me comentaran los que lo sufren como lo sienten ellos.
El caso es que cuando me encuentro en una cierta altura lo sufro. Pero no es que me maree. No es sólo que se me doblen un poco las rodillas y tenga que sujetarme a una barandilla, pared o lo que sea. Es que siento una horribles ganas de saltar. De arrojarme, de tirarme, de impulsarme y lanzarme. Yo no sólo siento miedo a las alturas, es que siento que el vacío me llama.
Cuando estoy en un sitio elevado tengo que agarrarme a algo porque tengo ganas de tirarme.
No es racional, ni siquiera voluntario, no tengo la menor gana, idea o intención de suicidarme.
Y es que encima vivo en un sexto. Pensareis que pasándome eso no salgo nunca a la terraza.
Pues no. A veces he salido a intentar afrontarlo, pero cuando me parece que las ganas de saltar, el caerme adelante, el impulso de arrojarme, se hacen demasiado fuertes me retiro. Tampoco es cuestión de arriesgarme demasiado. E incluso un par de veces salí a sufrirlo para pensar como sería saltar y acabar con todo.
No sé como afrontar este problema físico, o del equilibrio o de lo que sea. Tal vez tenga que ponerme a hacer puenting hasta aburrirme para perderle el miedo a saltar. Pero para que salte una primera vez, por mucha cuerda doble que haya, va a ser un poema verme intentarlo.
Por ahora dejaré de pensar en el problema físico y trazaré una analogía de personalidad. Creo que a veces tenemos ese miedo y esas ansias. Sabemos que algo nos va a hacer daño. O lo tememos. Pero aún así lo hacemos, saltamos, nos arrojamos. Y no por confianza en salir bien, o esperanza en que se arregle y mejore. Sino porque por mucho que racionalizemos, pensemos, reflexionemos, oigamos experiencias parecidas que nos sirvan de referencia... ese punto tan adentro, ese abismo en sí mismo que llevamos dentro, tan oscuro que no sabemos como mirarlo ni como interpretarlo, nos impulsa a ello. Y a veces ataca con una fuerza tal, que cuando se insinua en u mente el primer "un momento, que estoy haciendo", ya estás en caida libre y con el suelo o la negrura acercándose.
Hay veces que no es cuestión de arriesgarse y pagar precios. Hay veces que el desastre está ahí, es seguro.
Y lo hacemos igual.
Ya sé que a veces me pongo un poco melodramático...
Ignoro si es el proceso normal de todo vértigo. Al fin y al cabo yo sólo conozco el mío, agradecería que me comentaran los que lo sufren como lo sienten ellos.
El caso es que cuando me encuentro en una cierta altura lo sufro. Pero no es que me maree. No es sólo que se me doblen un poco las rodillas y tenga que sujetarme a una barandilla, pared o lo que sea. Es que siento una horribles ganas de saltar. De arrojarme, de tirarme, de impulsarme y lanzarme. Yo no sólo siento miedo a las alturas, es que siento que el vacío me llama.
Cuando estoy en un sitio elevado tengo que agarrarme a algo porque tengo ganas de tirarme.
No es racional, ni siquiera voluntario, no tengo la menor gana, idea o intención de suicidarme.
Y es que encima vivo en un sexto. Pensareis que pasándome eso no salgo nunca a la terraza.
Pues no. A veces he salido a intentar afrontarlo, pero cuando me parece que las ganas de saltar, el caerme adelante, el impulso de arrojarme, se hacen demasiado fuertes me retiro. Tampoco es cuestión de arriesgarme demasiado. E incluso un par de veces salí a sufrirlo para pensar como sería saltar y acabar con todo.
No sé como afrontar este problema físico, o del equilibrio o de lo que sea. Tal vez tenga que ponerme a hacer puenting hasta aburrirme para perderle el miedo a saltar. Pero para que salte una primera vez, por mucha cuerda doble que haya, va a ser un poema verme intentarlo.
Por ahora dejaré de pensar en el problema físico y trazaré una analogía de personalidad. Creo que a veces tenemos ese miedo y esas ansias. Sabemos que algo nos va a hacer daño. O lo tememos. Pero aún así lo hacemos, saltamos, nos arrojamos. Y no por confianza en salir bien, o esperanza en que se arregle y mejore. Sino porque por mucho que racionalizemos, pensemos, reflexionemos, oigamos experiencias parecidas que nos sirvan de referencia... ese punto tan adentro, ese abismo en sí mismo que llevamos dentro, tan oscuro que no sabemos como mirarlo ni como interpretarlo, nos impulsa a ello. Y a veces ataca con una fuerza tal, que cuando se insinua en u mente el primer "un momento, que estoy haciendo", ya estás en caida libre y con el suelo o la negrura acercándose.
Hay veces que no es cuestión de arriesgarse y pagar precios. Hay veces que el desastre está ahí, es seguro.
Y lo hacemos igual.
11 comentarios
Androgen a Imaginate -
Muy bien descrito, tenías razón.
Un abrazo
Milan Kundera -
imaginate -
Androgen a Su -
Tenía unos 19 años, creo recordar.
Un besazo :)
Su -
Un beso.
pd. ¿Y cuantos años dices que hace que escribiste el relato erótico? ;-)
Beso
Androgen a Sergio -
En el fondo siempre pensamos que puede ocurrir un milagro. Pero también sabemos que es esperanza vana. Nos autoengañamos (o lo intentamos).
Pero tienes toda la razón. El motivo es que "somos humanos". Puede parecer un resumen simple pero es que es eso.
No ha sido largo, tranquilo :) Y aunque lo fuera, si has expresado todo lo que querías, ha sido como debía ser. Tendrías que ver los rollos que les suelto yo a mis pobres sufridores, a Su la debo tener loca con las parrafadas que le pongo :)
Un saludo
Androgen a Polen -
Conoces de lo que hablo. No se si ponerte una sonrisa o apenarme porque también lo sientas...
Un saludo
Androgen a Paquilou -
Esa es la contradicción de la que hablo :)
Un beso sureña :)
sergio -
No se trata, en mi caso, de tener miedo a las alturas, si no a lo q comentas en el último párrafo de tu blog, a la inevitable sensación de saltar a impulsarnos hacia algo, aún sabiendo q si saltas vas a sufrir, te va a doler, pero no puedes hacer nada por evitarlo. En el fondo sabes q dar ese paso supone millones de puñaladas (en este caso en el corazón) pero también sabes q durante ese salto (porq vas a saltar, siempre lo solemos hacer...) puede q una rosa alivie las puñaladas, y entonces piensas q merece la pena (de verdad lo merece, aunq el dolor puede llegar a ahogarte).
No paras de preguntarte: "¿pero q estoy haciendo?" y respondes (o al menos yo me respondo así): "estoy siendo humano", y te dejas llevar.
Yo soy optimista por naturaleza, pero sé q todo tiene un final... a pesar de eso, hay q hacer las cosas, hay q saltar, vivirlo todo (como decía Su en su post de ayer) porq sólo viviéndolo se disfruta (y se sufre también).
"Esto es lo q hay"... una frase muy oida por mi estos días también.
Perdón si he sido muy extenso.
Un saludo.
Polen -
PaquiLou -
Un beso andalúz.