Sergio tampoco miraba tus manos. Sólo tú te las miraste.
Revistas o autores especializados podrán realizar una crítica más objetiva, probablemente.
La mía no lo será, porque es sobre lo que yo he pensado y sentido al terminar de leer la novela "Nunca miras mis manos". Mis opiniones son subjetivas, porque son mías.
Eso no es amor Corina. Al menos como yo entiendo el amor. ¿Dar sin recibir? Estamos dispuestos a dar sin recibir al enamorarnos. Pero sigo pensando que el verdadero amor es el que camina en dos sentidos. Te amo aunque no me des nada, pero me das todo porque me amas y no esperas que yo te dé nada.
Y eso no es lo que pasa en la novela.
Dejemos aparte opiniones políticas y religiosas. No es eso de lo que estoy hablando. Ahí ya no me meto.
Hablo de amor, de amar y de confundir amor.
Corina no busca amor. Busca amar. Y sí, hay una diferencia. Amará aunque Sergio no la ame. Aunque Sergio no esté dispuesto a renunciar a nada por ella. Aunque no la crea y prefiera creer en las historias que ha inventado de ella. Aunque no sólo no la entienda, sino que no quiera entenderla.
Aunque al final la trate como una amante de usar y tirar y dominar y tener disponible y obligar a abortar (tomar las decisiones por ella, sin dialogar, sin preocuparse de lo que ella piense) y mil cosas más.
Corina quería tener una pasión en su vida, quería sentirse amada y amar, entregarse, sacrificarse por alguien. No sólo polvos rápidos, sino desear con cuerpo y alma.
Pero lo deseaba ELLA. Se hubiera enamorado de una piedra, si esta andara. O de una de sus puñeteras plantas si la acariciara con sus hojas.
Quería amar. Y se enamoró. Claro que se enamoró. Era lo que iba a hacer, contra viento y marea. Se iba a obligar a ello. A amar y seguir amando aunque ya no hubiera amor.
Y eso no es Corina, eso no es.
El amor no dura un fin de semana. O sí que puede durar. Pero para mí eso no es el AMOR.
Sigue encerrada en que amaste a Sergio. Amaste al amor. Sergio era un cuerpo. Tú, Corina, te enamoras de tí misma.
Allá tú. Ya estás impresa. Nadie te puede rebatir tus palabras porque ya están escritas. Tu historia ya está terminada.
Pero lo más profundo de tu historia fueron las partes que no contaron. El primer ente virtual que se alejó poco a poco. Los dos, tres años en que fuiste esclava y sirviente del amor que tenías que obligarte a sentir aunque ya no lo sintieras, porque pataleabas que sin el morirías.
Jaime te tenía calada. Jaime te trató como una persona, con sus defectos reales y virtudes reales. Te daba caña cuando la merecías. Te escuchaba.
Pero claro, tú eras la protagonista. ¿Como ibas a estar equivocada?
Superratones de literatura. Me parece tan odiosos como el de dibujos...
Quedate con tu magia Corina. A mí no me hechizas con ella.
La mía no lo será, porque es sobre lo que yo he pensado y sentido al terminar de leer la novela "Nunca miras mis manos". Mis opiniones son subjetivas, porque son mías.
Eso no es amor Corina. Al menos como yo entiendo el amor. ¿Dar sin recibir? Estamos dispuestos a dar sin recibir al enamorarnos. Pero sigo pensando que el verdadero amor es el que camina en dos sentidos. Te amo aunque no me des nada, pero me das todo porque me amas y no esperas que yo te dé nada.
Y eso no es lo que pasa en la novela.
Dejemos aparte opiniones políticas y religiosas. No es eso de lo que estoy hablando. Ahí ya no me meto.
Hablo de amor, de amar y de confundir amor.
Corina no busca amor. Busca amar. Y sí, hay una diferencia. Amará aunque Sergio no la ame. Aunque Sergio no esté dispuesto a renunciar a nada por ella. Aunque no la crea y prefiera creer en las historias que ha inventado de ella. Aunque no sólo no la entienda, sino que no quiera entenderla.
Aunque al final la trate como una amante de usar y tirar y dominar y tener disponible y obligar a abortar (tomar las decisiones por ella, sin dialogar, sin preocuparse de lo que ella piense) y mil cosas más.
Corina quería tener una pasión en su vida, quería sentirse amada y amar, entregarse, sacrificarse por alguien. No sólo polvos rápidos, sino desear con cuerpo y alma.
Pero lo deseaba ELLA. Se hubiera enamorado de una piedra, si esta andara. O de una de sus puñeteras plantas si la acariciara con sus hojas.
Quería amar. Y se enamoró. Claro que se enamoró. Era lo que iba a hacer, contra viento y marea. Se iba a obligar a ello. A amar y seguir amando aunque ya no hubiera amor.
Y eso no es Corina, eso no es.
El amor no dura un fin de semana. O sí que puede durar. Pero para mí eso no es el AMOR.
Sigue encerrada en que amaste a Sergio. Amaste al amor. Sergio era un cuerpo. Tú, Corina, te enamoras de tí misma.
Allá tú. Ya estás impresa. Nadie te puede rebatir tus palabras porque ya están escritas. Tu historia ya está terminada.
Pero lo más profundo de tu historia fueron las partes que no contaron. El primer ente virtual que se alejó poco a poco. Los dos, tres años en que fuiste esclava y sirviente del amor que tenías que obligarte a sentir aunque ya no lo sintieras, porque pataleabas que sin el morirías.
Jaime te tenía calada. Jaime te trató como una persona, con sus defectos reales y virtudes reales. Te daba caña cuando la merecías. Te escuchaba.
Pero claro, tú eras la protagonista. ¿Como ibas a estar equivocada?
Superratones de literatura. Me parece tan odiosos como el de dibujos...
Quedate con tu magia Corina. A mí no me hechizas con ella.
9 comentarios
imaginate -
Es de Susana, la autora. Me escribió para decirte que te iba a visitar y que su nueva novela sale en noviembre :))
Muchos besos y ya te confirmo horarios mañana ;)
Susana -
Besos y de nuevo gracias. Susana o la creadora de LA MONSTRUOSA CORINA :)
Androgen a Sergio -
Gracias, de verdad. Un abrazo :)
sergio -
Quiero dejar de preguntarme eso, quiero dejar de tener dudas".
Si no me equivoco, pronto vas a poder responderte a esa pregunta (de una manera no virtual), pero las dudas siempre van a estar ahí, son inherentes al ser humano, y más a los q sienten como tú lo haces.
Iris dice: "...y cojelo por las pelotas, te quiero, te quiero, te quiero.Iris". Creo q esas dos palabras mágicas (tres veces repetidas) te las destinan a ti, así q... cógela por las pelotas (a la vida), y siente lo q te está pasando.
Un abrazo
Androgen (cont) -
Es decir...envidio amar con tanta entrega, yo ya no puedo evitar preocuparme, tener miedo, querer, desear (aunque tampoco considero malo desear que no sólo pueda amar así, sino que me amen así, joder, es decir que salga bien, que funcione, que sea perfectamente imperfecto y maravilloso!!! ¿es eso ponerle ya condiciones al amor y deja de ser amor? No lo sé)
Porque tengo miedo. Miedo de descubrir que no amo, de no amar como merece Iris ser amada, de dudar, tengo miedo de tener miedo y dejar que ese miedo influya.
Si Iris ya lo sé que lo hemos hablado muchas veces, muérdeme, agarráme de los bajos, soy un cabezota, sigo sin saber si soy capaz de AMAR.
Quiero dejar de preguntarme eso, quiero dejar de tener dudas.
Quiero amar como Corina. Y si luego al final todo resulta que no fué como el ideal, joder, al menos habré AMADO!!!
Entonces podré quejarme como me quejo en el comentario. Pero sin haber vivido el amor...¿tengo derecho a criticar como aman otros?????
Androgen a amigos, amigas, amor, dragón, autora y visitantes... -
Envidio esa capacidad de amar así.
Tengo ganas de echarme a llorar. Y me temo que una vez más, contendré las lágrimas.
imaginate -
Y anoche escribí a Susana para enviarle tus post... por si acaso Corina quiere decir la última palabra
:))
un besazo
Irs -
Iris -