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El Salón de las Músicas Perdidas

Porquería de fiestas...

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Este año ha culminado la impresión que iba teniendo de un tiempo a esta parte, que estas fiestas navideñas son un asco. Es la época de forzar a la gente que no quiere estar junta a estar junta. Las fiestas en que la gente que no quiere celebrar nada por no creer, por no tener nada que celebrar, tiene que fingir alegría o ganas de juerga. Es la época en que incluso si con gran esfuerzo has conseguido llegar a ser más o menos como quieres de comportamiento y forma de ser la gente te dice que tienes que cambiar a mejor... (lo cual siempre está bien, intentar aspirar a más, pero cada cosa tiene su tiempo y su ritmo, no hay que forzarlo a un día concreto...)

 

Sólo hay un 8 de Marzo en el año, igual que un 31 de Diciembre, así que el día en sí mismo no es especial, lo hemos hecho especial los humanos considerándolo fin de año. Pero al fin y al cabo sólo es un día sin trascendencia cósmica ni astrofísica (al contrario que equinoccios y solsticios) en el que suele hacer un frío que pela, la programación televisiva es más basura aún de lo normal y los bares están a tope de gente que ha pagado dineradas para que los pobres camareros y trabajadores vean como otros celebran lo que ellos querrían celebrar con sus familias...

 

¿Que hay vacaciones y se reunen los amigos que están lejos? Cierto. Pero también pasa esto en verano o en semana santa o fiestas religiosas diversas y no se les da la enorme trascendencia ambiental de paz y amor que se empeñan en meterle a estas fiestas navideñas...

 

Cuando eres niño mola. Y más molaba en mi caso, cuando en mi casa los regalos a los niños se hacían sólo en dos épocas: cumpleaños y reyes. Entonces esperabas con ilusión para pedir eso por lo que llevabas suspirando medio año y te sentías genial cuando al fin lo tenías en las manos aunque al mes ya no volvieras a tocarlo (aunque eso pasaba poco, con tan pocos regalos que recibíamos había que pensarse muy mucho lo que ibas a pedir...)

 

 Pero ya no somos niños. De hecho el problema en mi casa es que hemos crecido (que no madurado) así que estas fiestas sirven para volver a tener la casa abarrotada de gente que además se ha acostumbrado a vivir a su manera independiente y ahora no se puede adaptar a las normas de la casa paterna...

 

 Así que las cosas terminan por reventar, como pasó estos días en mi casa. Ya sé parecía que yo lo exageraba, Dragón, pero todo lo que te conté sobre la situación con mi hermano terminó por casi reventar a lo bestia hace unos días y hubo lágrimas, bronca, gritos y mala sangre. Y el problema es que como no fue delante de él, sigue sin enterarse de nada y haciendo lo que le sale de las narices porque es que ya creo que ni se da cuenta de si está fastidiando o no.

 

 Resumiendo que asistí con impotencia al "bonito" espectáculo de la tensión en acción, las lágrimas de mi madre, el intentar dialogar con la gente y descubrir lo que sospechaba: que en mi casa las cosas no se solucionan hablando... y encima ahora estoy más seguro que antes de que las cosas nos van a explotar en las narices cuando todo esto pase delante de mi hermano y ya la tendremos montada...

 

 Pero bueno, más que no intentar dar problemas yo ya no sé que hacer, porque lo intenté, intenté hablarlo con la gente y fue tiempo perdido... eso con los que pude hablar claro, que siempre está mi hermano histérico para demostrar que hay gente que lo que merece es una torta, que le tapen la boca con esparadrapo le obliguen a escuchar, porque por voluntad propia lo único que van a hacer siempre es hablar más alto, nunca van a dialogar contigo...

 

 Preciosas fiestas, si señor. 

2 comentarios

Androgen a La Dama Oscura -

No te preocupes, de repente parece que se ha firmado una tregua no escrita... hasta que vuelva a reventar la cosa, pero por ahora hay calma.
Si es lo que digo, las fiestas que son mu malas :)

Un abrazo

La Dama Oscura -

Vaya, lo siento
Qué mal rollo... :(