Ana María es un sueño
Y no lo digo en sentido figurado. Es un sueño que tuve hoy (esto lo escribí ayer, un artículo por día, no es necesario más…).
Pelo rubio largo y liso. Cara redondeada. Figura normal. Ojos oscuros. Sonrisa tímida.
En el sueño era mi amiga. De años. Desde siempre. Y el sueño empezaba cuando me pedía opinión sobre un libro de ilustraciones que había autopublicado, con esfuerzo, con su dinero.
Iba a tener una presentación en un centro cultural de la ciudad, pero la primera opinión que pedía, una hora antes de dicho acto era la mía.
Porque éramos amigos. Porque nos queríamos como tales. Porque siempre estábamos el uno para el otro.
Y dibujaba como siempre he soñado con dibujar yo. Y así se lo decía yo a una nerviosa María (siempre la llamaba por su segundo nombre) mientras ella se iba poniendo roja y más roja de emoción ante la sinceridad con que la estaba hablando, con que estaba apreciando su obra.
Y así se presentaba a la gente en el acto con firmeza y segura de que lo que había hecho valía la pena.
Luego la cosa daba saltos, porque ya no estábamos en la presentación y ella me estaba diciendo que estaba saliendo con un chico, un chico que era Willy Toledo, el actor, al menos físicamente pero creo que no en alma, que además era amigo de ambos desde hacía mucho tiempo. Y yo encantado por ellos, riendo con ellos, charlando, pasando el tiempo en una bar junto con los dos y algunos amigos más.
Y cuando ellos se iban entre besos y roces de manos, cuando ya estaba fuera de su vista, yo miraba a través de los ojos de mi amigo S. que estaba presente y veía la derrota y la tristeza en los ojos que poco antes, delante de ellos, habían brillado… y sabía que era más que mi amiga.
No sé como hubiera sido luego la cosa, porque mi hermano me despertó al irse a trabajar y caí en uno de esos estados de duermevela en los que sientes que puedes seguir aferrándote al sueño que soñabas, pero tienes que esforzarte y aunque lo ancles en tu mente y sigas viviéndolo, ya no es igual.
Y ya no era igual, porque la cosa se volvió más bizarra todavía y perdió coherencia, porque había pasado algún tiempo, ella ya no salía con nuestro amigo pero estábamos en medio de una guerra contra no se quién en no se qué bando, pero éramos comandantes cada uno de un batallón de tanques y teníamos que ir a distintos frentes y la despedida entre nosotros no tenía palabras, sólo miradas y unas manos unidas, pero lo decía todo.
Y pasaba la guerra y mi unidad tenía que rescatar a la suya de una situación desesperada.
Y sabiendo que había perdido la coherencia onírica del sueño, que todo se desvanecía porque me estaba despertando, aún podía alargar los segundos finales para convertirlos en un final, un final en que cansados, heridos, rotos, gritaba su nombre mientras corría hacia ella y nos fundíamos, nos devorábamos, no uníamos en un lazo…
“María”
Y todo se iba, pero recordaba el sueño. Y sentía que había luchado por soñar ese sueño. No quiero olvidarla, pero sé que si no lo escribo se irá difuminando y quiero que exista la posibilidad, por pequeña que sea, de que en un futuro vuelva a leer esto y recuerde ese momento en que acuclillado a sus pies, le decía de todo corazón que admiraba sus dibujos y ella enrojecía con los ojos brillando como nunca…
5 comentarios
Sabbat -
besos
Androgen a sabbat -
Ya he encontrado algo mejor que solo unas letras o una voz. He encontrado a alguien.
Y si termina por no pasar nada... pues ssé que podré encontrar a otra persona completa, no sólo un sueño :)
Un besote
Androgen a un_mar_de_calma -
Sólo un momento perfecto... mucho mejor que algo tangible :)
Un abrazo
sabbat -
Un abrazo, voy a mil... de momento no Naranco. Ya te escribo... Días que uff. Un abrazo para pATRICIA TAMBIÉN. Para las dos ;)
un_mar_de_calma -
algo tangible?
pas unbuen dia.