Blogia
El Salón de las Músicas Perdidas

Entre dos aguas, entre dos labios

Image Hosted by ImageShack.us

 

Estoy enmedio.

 

Enmedio de dos aguas desde la depresión. Indeciso e ignorante de por donde avanzar. Fallándome y fallándole a gente que me importa en algunas cosas. Sorprendiéndo y sorprendiéndome en cosas maravillosas que nunca esperaba hacer o decir.

 

No esperaba sentirme tan pasota nunca. No esperaba sentirme tan... adecuado nunca.

 

Pero pasó. En casa. Con gente.

Llegaron los malos momentos y reaccioné mal y bien. Pasaron los malos momentos y no estoy herido. Pero tampoco sano. Estoy en la zona gris. En esa zona entre los mundos de la luz y la oscuridad, entre la decisión y el marasmo. Entre la acción y la apatía.

Estoy y no estoy en ninguna parte, porque enmedio no se está en ningún sitio.

 

Han sido días tensos, por causas ajenas. Lo que pueda haber provocado yo es nimio. Lo fuerte en todos los sentidos ha venido de fuera. Y se ha hecho fuerte al asimilarlo.

 

Sigo tenso, necesitando el roce de carne con carne. Sigo tenso, necesitando el calor y la radiación de un corazon que corresponda. Sigo tenso, necesitando un alma con la que fundir y fundirme. Sigo tenso... y también estoy bien. Porque el otro día pensaba que no estoy en el mejor de los mundos posibles. Ni en el peor.

 

Estoy en EL UNICO MUNDO QUE JAMAS TENDRE. Bueno y malo, perfecto a ratos y a ratos imperfecto. Bajo, sucio, roto, ardiente, sublime, azul, rojo, injusto, enternecedor... en ese mundo, en esa vida. Esa única vida.

 

Y ayer, entre dos labios, no había pasado, ni futuro. Había presente. Puro y simple presente. Había fuego y había... lo había todo. Porque esperar más sería pensar en luego, o pensar en antaño. No esperaba, sólo lo vivía.

Esos labios en los mios eran un momento. El único momento. El momento que nunca volverá.

 

Y así lo viví y así lo disfruté.

 

Ha sido único. Y como tal lo viví.

 

Sigo enmedio. A veces es una bendición estar ahí.

0 comentarios