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El Salón de las Músicas Perdidas

Los Siete Magnificos- Ira

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Ira.
(Del lat. ira).
1. f. Pasión del alma, que causa indignación y enojo.
2. f. Apetito o deseo de venganza.
3. f. Furia o violencia de los elementos.
4. f. pl. Repetición de actos de saña, encono o venganza.

Acudiendo de nuevo al ensayo sobre la película "Seven":

"En la representación de la ira y de la envidia podemos localizar algunos otros elementos de relación con las representaciones que de ambos pecados hiciera El Bosco: la ira es representada mediante la relación que se da entre tres personajes, dos hombres y una mujer. Uno de los hombres está a punto de cortar la cabeza de la mujer, mientras que el otro se acerca con gesto violento y un banco sobre su cabeza a agredir al primer agresor."

En este otro estudio sobre el cuadro:

"Esta escena muestra una pelea desarrollándose en un terreno herboso enfrente de una taberna. A la derecha del espectador, un hombre llevando lo que parece un tocado pagano ha dejado de lado su túnica, sacado su cuchillo y a pesar de la mano refrenadora de la mujer (tal vez la propietaria de la taberna o la mujer por la que empezó la discusión) se está preparando para cargar contra su oponente.
Preparado para recibirle hay un hombre de complexion pesada sosteniendo un cuchillo considerable y llevando una mesa triangular como casco. A la izquierda del todo, una volcada mesa marca el principio de la pelea y un pichel en la mano de uno de los combatientes muestra una tarde de bebida que parece haber contribuido a la violencia.
Finalmente, en el suelo hay un par de finos zapatos que tal vez parecen otra causa que ha contribuido a la controversia, aunque su verdadero significado es incierto."


La ira, la furia, el enfado, la venganza. Tanto el sentimiento repentino que nubla el juicio como el que rompe las barreras de la educación social, la contención o la prevención para dejar salir lo que ya ardía contenido dentro. Es tanto la emoción que arrasa como una ola durante unos o muchos instantes como la lenta cocción de rencores, ofensas reales o supuestas e impresiones que van ganando terreno.

En la antiguedad, entre los vikingos, existía un tipo de guerrero denominado berserker. Según la definición, "Nombre que recibía una antigua casta de guerreros vikingos. Los berserkers se caracterizaban por entrar en combate bajo los efectos de una furia asesina extrema. Se dice que llegaban a morder los bordes de sus escudos, desgarrarse las ropas e incluso atacaban indistintamente a amigos y enemigos, tal era su paroxismo. En este estado los berserkers eran casi indeferentes a las heridas recibidas, aunque las leyendas afirman que eran hombres a los que el hierro no podía dañar."
Eran hombres dedicados única y exclusivamente a la guerra y la destrucción indiscriminada, se suponía que ese estado era inducido por los dioses de la guerra que se deleitaban en la fuerza y la matanza. Lo que hacían era hacer crecer con tanta fuerza su ira en el interior que abarcaba a todo y todos los que les rodeaban, entrando en un trance en que como dicen los escritores y poetas, una neblina nublaba sus sentidos y todo lo que veían era rojo como la sangre, sin distingo de detalles. Todo era susceptible de ser destruido.
Actualmente las idas de olla se dan a diario, pero ya no se considera algo sagrado, sino disfunciones químicas cerebrales, locura homicida.

En Estados Unidos creo que obligan a la gente que demuestra comportamiento violento a acudir a clases sobre el control de la ira.

En esta página el autor analiza la adicción a la ira, como mecanismo de superación del sentimiento de inferioridad.

No considero la ira como algo a evitar. Mientras uno no se deje dominar por ella. Te dan un golpe, te enfadas y descargas la emoción que te llena en ese momento en gritos, insultos o golpes en alguna parte (que levanten la mano los que no han golpeado una almohada u otro objeto en un momento de tensión). Aunque devolver el golpe es un riesgo, no sólo por la posibilidad de ser vapuleado (siempre hay alguien más fuerte que nosotros físicamente) sino porque es entrar en un camino sin fin de "doy golpe, devuelves golpe". Jesucristo decía que había que poner la otra mejilla a los golpes, pero eso tiene un riesgo. Cierto que el golpeador puede perder interés al no encontrarse con confrontación por nuestra parte, pero también existe el riesgo de que por la inactividad ante una fuerza superior nos dejemos dominar físicamente ante toda amenaza.
Dicen que llegar a los puños es reconocer el fracaso del raciocionio humano.

No considero malo sentir ira, morder y dar puñetazos a la almohada y sentir que hemos descargado. Lo malo es dejarse acumular dentro o perder el control de tal manera que la ira no se descargue y en vez de eso nos domine, dirigiendo nuestra violencia a algo o alguien querido.

Mi ira: En ese sentido la Ira es mi pecado. No sé controlarme. Han sido miles los actos o palabras que he cometido dominado o acicateado por la ira, por la furia del momento, por el ardor de la impresión. La ira es negarme a pausarme y reflexionar sobre lo que me han dicho o he visto, ponderando la correción del asunto o descartándolo como algo que considere una tontería y no vale la pena mosquearse por ello.

No sé si alguna vez tuve control sobre mi ira. Y si todavía mis actos de ira me llenasen o aliviasen el carcomer que siento por dentro, estaría para que me encerrasen en una jaula para no hacer daño a nadie, pero al menos serviría de algo. Pero en mi caso cuando me dejo llevar por la ira, me suelo arrepentir luego. Con lo cual a mi me parece una señal clarísima que lo que hago mientras estoy furioso es una negación de mis impulsos normales y algo de lo que debo avergonzarme y esforzarme en corregir.

No suelo empezar peleas físicas. Me parece que en el colegio lo hice un par de veces. Y tampoco ponía la otra mejilla si alguien quería pelea.
Mis peleas, mis conflictos, suelen ser verbales, o posturales. Puyas, indirectas, ganas de ver como el otro se cabrea y sonreirle con aire de suficiencia.

Tambien soy sujeto de ira madurada. Tengo la mala costumbre de recordar mejor los malos momentos que los buenos, lo que me hace guardar dentro antiguas pendencias y recuerdos de enfrentamientos de los que me cuesta liberarme. Soy rencoroso, me temo.

Me gustaría acudir a una de esas clases de control de la ira, o a una clase de "tómatelo como quien oye llover" para que mi ira no se alimentara tan frecuentemente. Primero porque dificulta la relación con el resto de las personas. Y segundo porque es algo innecesario que tengo dentro y que me da problemas, es algo de lo que quiero librarme.

¿Algún consejo sobre como descargar la ira acumulada? Por probar no pierdo nada... Es decir, me refiero, ¿como descargais vosotros vuestra ira?

16 comentarios

Androgen a Nadie -

La primera noticia que nos dan al nacer es que estamos vivos.
Lo de morir no es ni la segunda, porque a ver que niño tiene el más mínimo conocimiento de que va a morir hasta que deja de ser niño...

La ira es ira. Ni sentimiento ni reacción, eso son sólo adjetivos. La base es la ira.

¿Lo entiendes? Si no lo entiendes mejor, porque no creas en nada de lo que te enseñen, ni siquiera en lo que te digo yo :)

Un saludo

Nadie -

Nacemos para morir, es la primera noticia k nos dan al nacer. La ira k es? Un sentimiento o una reaccion???

Androgen a Salva -

Mas que por vender, me temo que es un estereotipo para que la gente identifique al instante el estado de ánimo... Como si el espectador no fuera inteligente o no pudiera conmoverse con otros modos de expresión... (que alguno habrá pero no todos)

Un saludo

salva -

Me alegra que se vean los inconvenientes del desahogo típico de las películas americanas, en ellas, lo característico es descargar la ira rompiendo cosas. Me produce cierta ira que en esos films siempre se muestre la misma respuesta. Claro que los fabricantes y vendedores se alegrarán.

Androgen a Sabbat -

El hecho de controlar el no descargarlo en las personas, y el no dejarse llevar los cinco primeros minutos, me parece súmamente difícil, ya que es al principio cuando con más fuerza golpea.

Besos

sabbat -

yo lo golpeo todo y lo bato todo y no me corto un duro. Así está la casa, que hasta ahí grietas pero procuro no pagarla con las personas.

Me encanta mi ira pero no me quiero dejar llevar por ella los primeros cinco minutos. Luego se me pasa y la espalda... de puta pena como siempre.

Ya veremos

besos

Androgen a Polen -

Es una alternativa a golpear la almohada... Pero como dices, puede haber consecuencias, cuando lo que se rompe es algo que te era querido o es importante para otro. Tal vez deberías tener una reserva de cosas destinadas únicamente para romper, como unos peluches pequeños, feos y baratos y así siempre sabrás que puedes ir a por uno de ellos, arrancarle la cabeza, morderles las orejas y apretas sus ojos de plástico sin consecuencias posteriores :)
Si, podríamos probar con algún deporte... por los comentarios anteriores parece que funciona...

Un gran abrazo :)

Polen -

Mi ira la alivio rompiendo lo que me pille a mano, joer, no lo puedo evitar... es que me quedo en la gloria, es una sensación de alivio, de decir ufff ya está, que a gusto me he quedao... claro que, luego vienen las consecuencias... la última cosa que arrojé contra el suelo fue el móvil de mi pareja.... y claro, después pasa lo que pasa
ainssss pero en ese momento no puedo evitarlo, lo hago de un modo irracional
creo que debo probar con el tenis... aunque reconozco que otra forma de aliviar mis cabreos es correr, salir a correr, hacer un sprint hasta acabar agotada, sin aliento, pero los efectos de esto último no son tan rápidos como la técnica destructiva

Androgen a Sabbat (2) -

En otro sitio encontré la teoría de que ella es la dueña de la posada y como tal está acostumbrada a tratar con borrachos matones, así que si, debe ser como dices, que ciertamente se la ve con una cara de "otra vez, bueno que le vamos a hacer".
Y el de la izquierda claro que está borracho, mírale la nariz, todo roja. Y está en esa pose chulita de "no tienes güevos de venir". La primera vez que ví el cuadro pensé que lo de la mesa en la cabeza era porque el otro se la acaba de tirar encima :)

Androgen a Sabbat -

Supongo que uno se acostumbra a sus mecanismos de desahogo y en cuanto se está un tiempo sin llevarlos a cabo, se nota inmensamente.
¿Como vas de la espalda?

Un abrazo.

Androgen a Mar de Calma -

La paz del campo que le llaman, ¿no? Donde puedes gritar si quieres y te apetece y donde saberse sólo en varios kilómetros a la redonda se convierte en una bendición.
Aunque yo nunca he sido de excursiones :)

Gracias por el consejo.

Androgen a Salva -

Si, supongo que después de una saludable descarga de esfuerzo físico, con el cansancio y la satisfación de haberlo realizado, quedan pocas ganas de dejarse llevar por la ira... :)

Probaré, gracias.

sabbat -

La pava del cuadro le está retorciendo el brazo y va a tumbar a ese borracho pendenciero. Y ella solita. Qué se la ve muy tranquila y poco necesitada. Y el otro está ahí levantando la banqueta por si acaso pero me da que también ha bebido y ha sido un trifulca entre ellos por mujeres.¡ey!

sabbat -

Juego al tenis. Cosa que llevo más de un mes sin hacer. Y cuando juegue volveré a sentirme menos violenta

un saludo

un_mar_de_calma -

Yo un poco tambien como Salva, nadando.En algun momento perdiendome andar por entre montañas con la maquina al hombro, eso me alivia de cualquier mal (estres, cansancio, ira, aburrimiento, mal de amores, problemas;todo)
un saludo

salva -

No se con seguridad si mi hábito de hacer ejercicio me descarga parcialmente de la ira acumulada - o del estrés, si es que es lo mismo. A veces nadando, por ejemplo, soy consciente de un ímpetu mayor, como si estuviese compitiendo o, justamente, desahogándome aunque sin tener un pensamiento concreto del que proceda esa descarga. Tan involuntario es a veces ese desahogo que la reflexión se produce después de haber concluido el ejercicio.