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El Salón de las Músicas Perdidas

Una alta y una baja

Una alta y una baja

Hoy firme los papeles de la seguridad social para que la asesoría de la empresa me dé de alta. Así que parece que si es verdad, que me contratan. En dos o tres días tendrán el contrato para que lo firme...

Es curioso como no parezco acusar el golpe del cambio, o emocionarme o pensar mucho sobre ello como suelo hacer con las cosas y llegar a conclusiones curiosas o disparatadas o agobiarme...

 

No. Casi no hay transición. Hago lo mismo que hacía ayer, cuando no estaba contratado. Sólo que ahora cobraré. Sólo que ahora, en el fondo, si que es verdad que me siento un poquito mejor, por el alivio para mis padres, por sentirme (aunque odie trabajr y quien no lo odia...) algo útil, que tengo algo que hacer, que al fin alguien considera apetecibles mis servicios y quiere tenerme en su empresa aunque sea sólo seis meses...

 

Y en demostración de puntería, como el oculista (con el que tengo cita en una semana) me mande algún medicamente para los ojos, podré estrenar mi alta en la seguridad social teniendo que pagar el importe entero de la medicina... :)

 

Para redondear el día hubiera sido perfecto haberla visto a Ella, como habíamos quedado, pero al final tuvo que posponerlo para el jueves... bueno, más tiempo para pensar en ella... el placer de la antelación, que le llaman.

 

Un alta, la mía, a la vez que una baja...

 

Patricio era ecuatoriano. Llevaba tres años en España, situación legal y trabajando. En su país le esperaban mujer e hijo de cinco años. Puntual, educado, buen trabajador, buena persona, según quienes le conocían. Trabajaba en España porque le era más fácil ahorrar dinero aquí para cumplir una de sus grandes ilusiones en la vida: poder darles algunos caprichos a su familia y sus amigos, poder hacerles catar esas cosas buenas que si se compran con dinero, esas cosas que no es que sean la base de vivir pero si que si endulzan la vida: viajes, balnearios, cenas, algún lujo, diversión...

Se reservo seis semanas de vacaciones cuando ahorró bastante dinero y se fué a su país a cumplir su sueño. Para empezar alquiló un autobús para llevar a su familia y algunos amigos a un balneario para un fin de semana de relax y diversión y grata compañía.

 

A la vuelta el autobús volcó en una curva de montaña. 47 muertos. Amigos. Familiares. Y el mismo Patricio y su mujer y su hijo.

 

No todas las historias terminan bien. No todas tienen final feliz. Hay algunas de las que no se puede sacar ni siquiera una conclusión moralizante, de las que no se puede sacar nada bueno.

Esta es una de ellas. El mundo es bonito cuando hay personas sencillas con sueños sencillos como Patricio. Buenas personas. Y hoy hay una menos de esas personas en el mundo.

 

Por desgracia la seguridad social no puede ya ayudar en nada a Patricio. Hoy me doy de alta yo en ella. Espero cubrir ese puesto vacío que él ha dejado dignamente. Hacerlo de otra manera sería un golpe bajo a su memoria.

 

"Esta es la vida, del emigrante, del vagabundo del sueño errante. Coge tu vida en un pañuelo, con tu tristeza tira pa´lante"

(Celtas Cortos)

8 comentarios

Androgen a Patricia -

Madurar, ¿eh? :) Si, es una oportunidad para conseguir eso un poco...

Un saludo

Androgen a Noa -

Si, y a veces eso es una desgracia, que sea así y no un poquito mejor, ¿verdad?

Un saludo

Androgen a Su -

LA verdad es que reconozco... que yo también siento un poco de gustazo muy adentro... :)
Muchas gracias, me gusta pensar que te he hecho sonreir un poquito :)

Un besazo

Androgen a un_mar_de_calma -

Yo no odio el trabajo, sólo la falta de novedades, lo que se hace repetitivo, lo que no produce una estimulación de la imaginación...
Y en trabajos administrativos hay mucho de eso :)

Un abrazo

Patricia -

¡Felicidades!. Me ha gustado mucho tu post. Un cambio, sácale partido.

Noa -

:(
Así es la vida!

Su -

Ehhh!!! no sabes cuanto me alegro por tí Fer, en serio, me alegro un montón de que te hayan contratado, enhorabuena!!!

un_mar_de_calma -

Sí soy sincera no odio trabajar, :) , me gusta lo que hago sólo odiolos dias de estres por descordinación y me toca dormir mientras doblo mis planos.

Un salduo y a cuidarse