Dos anuncios
Hacía mucho que no comentaba anuncios...
Asaltan mi interior dos anuncios que veo últimamente en televisión. La compañía es lo de menos. Lo que venden es lo de menos.
Como siempre...
El primero lo están convirtiendo en banal a base de repetirlo hasta la saciedad, pero ahí sigue moviendo algo.
Una chica en una oficina desierta. Parece la hora de la comida y ella la becaria que se ha tenido que quedar a archivar chorradas. Se coloca en lo que parece el centro de la oficina y empieza a entonar la primera estrofa del "Amazing Grace":
"Maravillosa gracia, que dulce el sonido
que salvó a un pecador como yo...
Una vez estuve perdido, pero ahora he sido encontrado.
Una vez estuve ciego, pero ahora... veo."
No es la mejor o más emocionante interpretación de esta canción que he oido, pero canta bien. Y mientras canta aparece en diversos lugares cantando: el aparcamiento vacio de un supermercado, una zona de descarga de containers en un puerto, una calle de una ciudad, un desierto... Y menos en la calle y al fondo a lo lejos en el puerto, son lugares vacios de gente. Pero su voz los llena. Y al acabar baja la vista y sonrie mientras una voz dice "No dejes que tu voz se encierre entre cuatro paredes"
Y yo pienso en que ninguna voz quiere estar encerrada en una prisión... y muchas merecen ser escuchadas y no pueden serlo.
El anuncio me gusta en su sencillez, probablemente no pretendida.
En el otro anuncio, una chica despierta y su mano recorre las sábanas aún impregnadas de su calor. Y como redescubriendo su sentido del tacto, la chica sale a la calle y empieza a tocar cosas... un caballito mecánico de juguete, una barandilla, la superficie de un cuadro, una caricia tierna en el rostro de una anciana, la fría superficie de un lago, el vientre de una embarazada, el escudo de un antidisturbios, la caja del contrabajo de una banda callejera mientras están tocando...
No se me queda la frase que acompaña el anuncio, por cierto de la misma compañía que el anterior, pero da igual. Como ya he dicho, lo importante para mi no es el producto, un anuncio no me decide a comprar algo (de hecho muchas veces lo que consigue es que les coja manía a determinadas marcas por sus anuncios que pienso que nos tratan como retrasados mentales...) sino, como lo diría, el lirismo que las mentes de algunos desarrolladores de publicidad son capaces de meter en sus obras.
Y hay anuncios preciosos. Tal vez no efectivos, pero si hermosos.
9 comentarios
Androgen a un_mar_de_calma -
Si, tienes razón, a veces se pasan de retorcidos, por ejemplo tenía mucha fama el del cretino con la mano fuera de la ventanilla y "te gusta conducir" y a mi me pareció una chorrada soberana de anuncio que no me incitaba nada a comprar el coche en cuestión (que ni siquiera aparecía en el anuncio!!! así como sabes si te gusta o no sus formas!!!)
Un abrazo grande :)
Androgen a sabbat -
Un besazo
Androgen a Polen -
Un abrazote :)
Androgen a Maya -
Precisamente si existen artistas que lo sean por aliviar el alma, no los conoceremos, porque harán las cosas y quedarán para ellos. No para exponerlas, o venderlas.
Me gusta la relación que estableces con que el arte siempre ha sido una especie de publicidad. :)
Y ciertamente, los límites del arte son tan confusos... que algunos no se dan cuenta que se han salido por la parte de abajo o los laterales :)
Un abrazo y de pedante nada, muy bien expuseto.
un_mar_de_calma -
pasa un buen fin de semana
Polen -
Besos guapo
sabbat -
Un beso
maya -
Anónimo -
No sé... eso del "arte por el arte" es tan reciente... y no sé yo si es algo real, o si siempre hay alguna intencionalidad por parte del artista, sea cual sea.
A lo largo de la historia, las obras han tenido diferentes intenciones, según el contexto histórico en el que se hayan creado, y en mi opinión, en ocasiones tampoco se alejan tanto de la función publicitaria: dar prestigio a nobles y nuevos ricos; "vender" una princesa extranjera a un príncipe casadero; ensalzar alguna batalla; denunciar situaciones políticas o sociales... ¿Y las catedrales? ¿Con las que se quería impactar al creyente para que sintiera la grandiosidad de Diós? En cierto modo... mucho arte religioso fue en realidad una gran campaña publicitaria ¿no? Además, también ha habido artistas que se han dedicado al cartelismo, que es pura publicidad. Igual que esos directores de cine actuales que han hecho anuncios, como el de Balay de Julio Medem. ¿Cuál es la diferencia? Los límites del arte son tan confusos, que hay cabida para casi todo.
Bueno, que me rallo y me enrollo, cosas del insomnio, que me hace estar inspirada jaja. O pedante y repelente, según cómo se mire,jejeje.
Pues eso, que a mí también me parece que hay algunos anuncios que merecen la pena. Y algunos escaparates también, pero en eso mejor ni me meto, que sino acabaré hablando del arte efímero y las instalaciones, y no es plan a estas horas de la madrugada.
Vaya, yo que iba a escribir un post sobre estas cosas... ¡y al final me he desfogado aquí! Lo siento, te ha tocado...