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El Salón de las Músicas Perdidas

Cosas que vale la pena contar

Cosas que vale la pena contar

 

A pesar de la ausencia de tiempo y de oportunidad, hay cosas que hubiera querido contar con detalle. Los momentos que tuve para hacerlo surgieron otras inquietudes: Una canción que traía demasiados malos recuerdos y quería exorcizar, unos anuncios que me llamaron la atención...

Pero hay cosas que hay que mencionar, que prefiero contar aunque sea en breves líneas que dejar que se desvanezcan en el olvido y la distancia.

¿Alguien recuerda la cancioncilla esa de la colonia “Chispas” que amenizó nuestra infancia? Pues tengo mi propia versión: “Mi primera nómina, mi pri-mera canción, mi primer bicho en la oreja... chis-pas”...

Porque en efecto, cobré los puñeteramente míseros 74 euros de mi primera nómina (cosas de que sólo te entren 5 días de media jornada en el primer mes...) y encima con un mes de retraso, pero esa es la media de cobro, aún estoy esperando por la más normal nómina del mes pasado... y lo que me quedará por esperar, me temo.

Y a los dos días de cobrar, saliendo de casa me asalta un punzante dolor en el oído izquierdo, como si me pincharan el tímpano con un alfiler. Por dos veces en mi vida ya me había pasado que me salía un grano dentro del oído izquierdo, que al reventar me provocaba unos dolores parecidos, aunque más breves. Pensando que era eso de nuevo, aguanté como un cretino toda la mañana con ellos. Los dolores iban y venía, sobre todo aumentaban cuando me sonaba la nariz. Y además me parecía oír un zumbido intermitente y notar como movimiento. Siendo un aprensivo como muchas veces soy, se me pasó por la cabeza que se me podía haber metido algo en el oído, pero lo descarté para evitar posibles comentarios hirientes sobre si soy un exagerado por parte de mi familia y de la gente del trabajo.

Y una vez más hice el gilipollas por el qué dirán, ya que me dolía horrores. Tanto que al llegar a casa a la hora de comer ya tenía el firme convencimiento de ir al ambulatorio a ver qué me decían. Y lo que me dijo el médico es que fuera de urgencias al hospital, porque había una sombra de algo, o era un bicho o una lesión (lo que me hizo rogar, las vueltas que da la vida, que fuera un bicho, porque lo otro es más jodido de curar).

Como suele ser habitual, mi suerte me hizo un favorcillo y resulta que era el primer día de la huelga de médicos, así que me tire hora y cuarenta minutos en la sala de espera de urgencias hasta que me cogieron. Y si, era un bichillo, con forma de lágrima invertida y varias patas y antenitas, al menos así me lo dibujó el otorrino, porque al aspirarlo de dentro de mi oído fue partido en trocitos y no lo pude ver entero, sólo que tenía un color como amarillo sucio.

Lo que no me pase...

En el trabajo las cosas siguen su curso normal y cada vez me gusta menos. No creo contar nada que no le pase a la mayoría de los trabajadores. En mi caso además es que he tenido que aprender a distanciarme de la gente. Ya me lo había advertido la profesora del curso “cuando trabajéis recordad que son compañeros de trabajo, no amigos”.

Mi naturaleza habitualmente servil para conseguir la aprobación ajena me hizo ofrecerme para cosas que no me pedían, ofrecer mi ayuda siempre, intentar aliviar de trabajo a la gente... y no funciona. No funciona porque pocas veces me siento más tonto que cuando estoy en el trabajo. No entiendo la mitad de las cosas que me dicen y cuando vuelvo a preguntar por ellas normalmente me topo con bufidos molestos o gritos o quejas sobre que si no escucho, sobre todo de la chica de recepción, a la cual cada vez trago menos. El problema es que es un círculo vicioso y no de los buenos: cuanto más se impacientan más nervioso me pongo y peor lo hago. Nunca he presumido de ser alguien que aprenda al instante y con una sola explicación, creo que mi vida es muestra de ello. Para aprender necesito tiempo, tranquilidad y paciencia, cosas todas ellas que faltan en la tienda. Me fastidia que piensen que soy tonto (o que estoy ido) pero me molesta mas el que les estoy dando motivos para que lo piensen.

Al principio me sentía cómodo. No sé que pasó, tal vez si me afectó más de lo que pensaba el que sea mi primer trabajo y todo eso y estoy demasiado nervioso y me acelero o yo que sé. Pero creo que lo hago peor ahora que cuando empecé. En mi caso la experiencia no es un grado.

Con lo que estoy aprendiendo a no hacer nada que no me digan. Intentar poner toda mi atención en lo que me dicen para no tener que volver a preguntar. No intentar ser amigo de ninguno de ello. Hablar poco y pasar lo más desapercibido posible.

En resumen, ser un currito sin ilusión por las cosas. Un tipo de traje gris más.

Un mundano.

Pero es difícil sentirse mundano cuando sabbat me brinda con el placer de su compañía. Y así sucedió hace una semana, cuando sucedió un encuentro demasiado tiempo demorado.

Intentar contar con palabras unas horas de compañía de sabbat es inútil, hay que vivirla para saber lo que se siente :)

Si en la tienda me hacen sentir tonto, sabbat consigue siempre que me sienta cómodo, interesante, con cosas que contar y escuchar. Y el tiempo pasa siempre en un suspiro.

Sonrisas, abrazos, anécdotas, conversación, pasados bonitos y vergonzosos, esperanzas y personas esperanzadoras, unas pompas de jabón volando por el aire, unas botas de cuero hasta medio muslo (no se si se daría cuenta que era mi primera entrada en la vida en un sex shop :) ) y la sensación cuando se va de que con toda seguridad puedo decir que le día ha valido la pena...

Así es ella. Alguien a quien vale la pena conocer.

Y para finalizar una queja más del trabajo... en la oficina donde estoy semirecluido (digo semi porque las paredes son ventanas que dan directamente a la tienda así que tampoco es que pueda bailar en calzoncillos encima de la mesa sin que se den cuenta... J ) tengo el altavoz encima de la cabeza y tienen una extraña y para mi incomprensible afición por Cadena Dial, una emisora que para mi es la peor que he escuchado en mi vida por esa puñetera insistencia de poner sólo música en español (apartando de un plumazo así tres cuartas partes de la música que se puede escuchar en esta vida) en un alarde de cerrazón mental tontonacionalista, ya que la música, el sonido, las notas, no tienen idiomas, son universales. Además menudas músicas... mira que hay canciones maravillosas en español... pues no, en Cadena Dial se pasan el día poniendo basura, tres de cada cuatro canciones son para tirarlas por el retrete (todas estas opiniones son personales y lo sé, pero así es como lo siento) y sólo suenan porque las cantan en español, no porque valgan la pena. Así funcionan algunas emisoras (otras siempre pondrán la música en inglés por encima de la española, y eso tampoco es así, que cosas buenas y malas hay en todas partes).

Bien, pensareis que es una queja tonta, que como digo todo es cuestión de gustos... el problema es que tengo el altavoz encima de la cabeza... todo el día. Y escucho las canciones que no me gustan... TODO EL DIA. Si pensáis que no es para tanto haced la prueba. Grabad canciones que no os gusten nada. Y ponéoslas en los cascos todo el día, sin parar. Porque desde luego de decirles que cambien la emisora o que apaguen la radio ni me atrevo a hacerlo, porque lo más probable y menos grave es que directamente me digan que vuelva al trabajo y cierre la boca. No quieren cambiarla ni apagarla y la prueba la tuve el otro día, cuando el jefe cambió la emisora y a mitad del día las dos chicas de administración la cambiaron otra vez a Cadena Dial... esa es la que quieren oír y mis quejas no van a servir de nada, admitámoslo.

Aunque cualquier día les preguntaré si hay alguna manera de desconectar el altavoz de mi cubículo... espero que si, porque sino voy a chiflar, además de perder el gusto musical.

 

Lo digo en serio. Es un suplicio.

8 comentarios

sabbat -

A mí ya que hablas de canciones siempre me ha puesto mucho la música de Heidy :))

Porque esa era japonesa, ¿no? Ori, ori, oki Ku. Oki ku, oki ku ;)

Androgen a un_mar_de_calma -

si, a veces yo también consigo abstraerme, pero me atrae demasiado la música para ignorarla mucho tiempo... por mala que sea ;)

Puedo entender que sólo se escuche música en español. Es normal que a uno le guste entender lo que están cantando. Por eso agradezco mucho saber un poco de inglés, gracias a eso he podido saber qué dicen grandes canciones. Aunque debo tener mucha intuición para esto, porque también alguna vez me he bajado canciones en japonés que luego al mirar la letra traducida he constatado que era preciosa...

Un abrazote mu gande :)

Androgen a Su -

Ah, pero la escuchas por que quieres escucharla, nadie te obliga... piensa si te obligaran a escuchar todo el día todo el rato los 40 Principales, por ejemplo... ;)

Y eso que dices es a lo que me refiero... No hay nada malo en poner sólo música en español... pero buena, que hay mucha. No me vale eso de preferir la música mala en español a la que está en inglés, sólo por el idioma...
Mira, ahora han puesto los 40, ya que estoy hablando del tema... :)

Un besazooooo

Androgen a sabbat -

Ah genial, así me enseñas el camino la próxima vez... :)

(porfa no me pegues... ;) )

Un besazo enoooooooooorme

un_mar_de_calma -

Chico gris, sólo tú puedes hacer un día gris en un día luminosos.
Respecto a la emisoras de radio, hoy predomina la radio formula, lo que impone las productoras ya quedo atras los días en que los programas los creaban los locutores de radio.
Prefiero una emisora que me ponga musica en español, pro llego a un momento en que nome entero es un murmullo sin mas, :9
un salsudo

sabbat -

Ayer estuve cerca de donde trabajas.
Ayer llegué a los alsas desde el carrefour en una sentada. TE voy a matar ;)

Su -

Ehh!! que yo escucho cadena dial ;-) La verdad es que me gusta mucho la música en español, pero estoy de acuerdo contigo en que la mayoría de las veces, sólo ponen mierdecillas.

Un beso, y paciencia en el curro...

sabbat -

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Muchos besos,
Yo también lo conté pero no te lo envié.
Ya te lo paso a la noche, en donde ;)