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El Salón de las Músicas Perdidas

Salir de la sartén para caer en el brasas...

Salir de la sartén para caer en el brasas...

Es curioso como a la larga la impresión sobre las cosas cambia... bueno, más que cambiar, es darse cuenta que nunca nada es como parecía ser.

Será cosa de la memoria selectiva, del pincel embellecedor del pasado (Ya lo decía "el baúl de los recuerdos" de Karina...), o que te llega información que desconocías que te permite ver las cosas de un modo distinto.

 

El sábado quedé con N. y hubiera contado aquí lo maravillos que fue el día sino fuera porque la última conversación con ella me reveló un dato que borró a un lado el optimismo y el buen cuerpo que me estaban dejando las horas con ella...

 

Me contó cómo la había acosado.

 

Bueno, tal vez "acosado" sea una palabra un poco fuerte, porque más o menos fué lo contrario en modos pero en efecto casi el mismo.

 

La palabra correcta, que usó ella misma, fue "AGOBIAR"

 

La agobié de mala manera. Tras la petición de salir y la cena del curso y todo lo que pasó en ella, se hizo patente. Sentía que la estaba agobiando mucho, dando la brasa, siendo un pesado. Si, muy educado y caballeroso, pero pesado igualmente. Recuerdo que en el blog contaba yo por esas fechas como me alegraba los días mirarla y compartir las horas de clase con ella. A ella no la alegraban, porque estaba todo el rato por ella y con ella, sin dejarla tener su espacio, con miradas frecuentes y constantes... tanto que las demás de clase se fueron dando cuenta del asunto y las bromitas arreciaron, aumentando su incomodidad. Dice que pasó una temporada con ganas de echarse a llorar porque veía y notaba como yo seguía pesadete con ella, y no se le ocurría una manera de decírmelo sin hacerme daño, porque temía que me lo tomara a mal o que encajara el golpe como si fuera más fuerte de lo que realmente era. Así que pasaban los días y ella intentaba tenerme alejado, quedándose entre clase y clase con la profesora con la esperanza de que yo me fuera con las demás y dejarla descansar un poco... y yo no lo pillaba, claro. Bueno, yo lo que pensaba era que estaba preocupada por su madre y por eso a veces si la dejaba en paz porque pensaba que era con la profesora con la que hablaba más de ese tema (se habían hecho muy buenas amigas) y había que respetar que no quisiera hablarlo con nadie más. Y aunque por causas equivocadas si que pisé el freno, sobre todo cuando un día pillé a Rosi haciéndole gestos a N. con una sonrisilla después de uno de mis actos zalameros y como a ella le había prometido intentar ser discreto en el tema de que me gustaba, dejé de ser tan evidente (creo) para no avergonzarla.

Sin saber que ya lo estaba. Me dijo antesdeayer que estuvo a punto de mandarme a la porra, con ganas de gritarme que ni mi amiga quería ser por pesado y coñazo de tio.

Así que el ambiente que notaba a final de curso no era sólo por mi ida de olla con el comentario estúpido y egoista. Era también por ella, porque las demás lo notaron y entonces ya no les parecí tan majo y si otro tio despreciable más.

 

Y ella dice que ahora me lo cuenta porque me tiene mucho cariño, porque somos muy amigos y porque ya superó eso y se toma de otra manera mis coqueteos semi-constantes y además porque al vernos menos a menudo (en el curso era todos los días de diario, al fin y al cabo) pues eso, que me hago menos cargante.

 

Pensándolo retroactivamente... es cierto que fuí un pesado de tomo y lomo. Recientemente JD me decía "quien la sigue la consigue" pero hay que "seguirla" con una cierta medida, no poniendo día si y día también ojos de carnero degollado, imponiendo mi presencia a su lado continuamente... no respetando su espacio vital, vamos.

 

Si que puedo ser pesado si. Lo que no suponía era que tanto y descubrirlo digamos que no me ha hecho mucha gracia. Ojo, a ella no la culpo de nada, me la echo a mí, por si estoy siendo un poco vago en el por qué me siento mal.

¿Tanto me cuesta aceptar lo noes? ¿O es que realmente como me dijeron una vez, a mí no hay que darme el más mínimo pie a albergar la más mínima esperanza sobre nada porque me aferro a ello no como un perro mordiendo su hueso, sino como un perro vigilando constatemente su hueso (ya sabeis, no encima todo el rato pero siemrpe cerca y mirando y constantemente presente)?

Soy menos de fiar de lo que pensaba. Creí no ser así y el caso no es que en aquel momento, aquella temporada lo fuera, sino que no estoy seguro de haber cambiado a ese aspecto. Bueno, claro, cómo voy a cambiar si no me había dado cuenta... pero a veces maduramos en aspectos que no han sido puestos a prueba y en este no sé si habré madurado. No creo que a día de hoy me hubiera comportado distinto, creyendo ser discreto sin serlo, creyendo ser educado y romántico cuando en realidad era un acoso leve...

 

Por eso muchas veces pido a la gente que me diga las cosas, por duro, fuerte o "poco educado" que pueda ser el decírmelo. Porque tal vez sólo aprendo a leches, y tengo que recibirlas para mejorar realmente.

 

El día fue bueno, porque reconozco lo que me dijo que de no ser ahora de total confianza, no me habría contado eso, no seguiría quedando conmigo. De no tenerme cariño nada la obligaría a verme. Y eso es mucho. Y esa revelación no empaña el hecho de que su compañía se me hace maravillosa y el tiempo mejora de calidad si estoy con ella. Realmente fue un buen día.

 

Pero mi actitud no es tan buena. Mi comportamiento no es tan bueno. Y mi concepto de las cosas, de la insistencia, del perseverar... puede que estén equivocados. Obviamente lo están, si le hice pasar por aquello, pero tal vez lo estén en su totalidad y tenga que replantearme, muy muy seriamente, un cambio muy radical en ciertas cosas...

4 comentarios

Androgen a La Dama Oscura -

El miedo que me queda es no reconocer la próxima vez cuando estoy siendo demasiado agobiante...
El miedo a no haber aprendido.

Pero espero que si :)

Un besote

Androgen a un_mar_de_calma -

A cada cual su culpa, yo tengo que analizar mi parte y hacer lo que pueda con ella... :)

Y la timidez tengo ahora más que a los quince, porque a los quince no me importaba y ahora sí y aún así es más fuerte y me supera muchas más veces.

Y si, yo creo sinceramente que muchas veces necesito que me digan los límites a algunas cosas o nunca los sacaré por mi cuenta.

Dos abrazos :)

La Dama Oscura -

Ya sabes que de los errores se aprende... Estoy segura de que la próxima vez te controlarás un poquito más para no resultar tan agobiante, :-)

Ánimo, un beso.

un_mar_de_calma -

que decirte, Fer? Te pudieron decir las cosas a tiempo, y no a destiempo. Ella no tiene justificación, y tu viste un clavo donde agarrarte, cierta necesidad de cariño te llevo agararte.

Por cierto, si a estas alturas de la vida, y en un curso tenemos la actitud de quinceañeros, de miedo a las bromas, a no ser nosotros mismos poco camino podemos avanzar.

Fer, seras como seas, eso es lo de menos pero saber poner o que te pongan limites razonables es algo que se aprende todos los dias viviendo en sociedad.

un abrazo