La No-cura y la apuesta
Hay dos formas evidentes de sobrellevar una adicción. El primero es pasar el mono, sufrir mucho un corto periodo de tiempo, desintoxicarse y recoger los restos que hayan quedado de ti y tirar adelante con lo que haya…
El segundo es volver a tomar la dosis. Calmarse sin librarse de estar enganchado lo que dure el efecto y estar tranquilo hasta el próximo ataque de ansiedad.
Y yo escogí el segundo modo.
Tras las cuatro semanas sin N. la semana pasada fue un casi continuo verla. Han salido dos oposiciones (una al Ayuntamiento de Oviedo y la otra para Cajastur) a las que ambos queríamos apuntarnos y ese ha sido el motivo de ir juntos de aquí para allá durante la semana pasada, poco tiempo porque yo salgo de clase a las once y ella a las doce y media tiene que ponerse en marcha hacia Avilés para trabajar y la verdad es que mientras esperas trámites del INEM, la Seguridad Social, el Ayuntamiento, la Facultad… se pasa esa hora y media volando… a mí más volando aún por estar con ella, siempre me parece poco.
Y además el sábado quedamos porque me pidió que la acompañara a comprar ropa. Así que toda la mañana juntos y comer juntos.
Nunca me canso. Quiero más. Por eso hablaba de adicciones al principio… Porque me cambia hasta el humor y cómo ver la vida simplemente por haber estado con ella media hora o no haberla visto en una semana.
Tal vez es un poco pesimista llamarlo “adicción” y no algo que suene más bonito. Tal vez realmente sea algo más bonito que una adicción, pero es que no lo sé… no sé lo que es, así que no se cómo llamarlo correctamente.
Fue cuando fuimos a la Facultad cuando hicimos una apuesta… una apuesta sobre si llegará al examen escrito de las pruebas de Cajastur. Estos te piden mil papeles haciéndote ir de cabeza una semana entera para conseguirlos para luego ponerte unos puntos en función de tu expediente académico y tu currículum y los que pasen de ciertos puntos pasan al examen escrito que son unos psicotécnicos y luego si los pasas será una entrevista individual y otra en grupo y finalmente si pasas todo contrataran a 67 personas en el momento y harán una bolsa de trabajo de 200. Ella es casi tan pesimista como yo y piensa que no llegará ni al examen escrito, a pesar de tener mejores notas que yo y un currículum probablemente más adecuado que el mio para lo que buscan los de Cajastur (es para cajeros, creo, y en cuestión de trato con el cliente ella tiene más experiencia que yo). Yo si creo en ella más que ella en sí misma y por eso hicimos una apuesta. Si no llega al examen escrito la invitaré a lo que ella quiera, sea una comida, una cena, algo de ropa…
Si gano yo porque ella llegue al examen escrito, gano un beso.
Un Beso, no un pico.
Es una chorrada, pero yo me licuo de pensar en ello. Como me licuo y me hago cálido cuando estoy con ella, y el otro día comprando ropa hablamos otra vez del tema de que yo ande detrás de ella, y ella me dice que el “problema” es que me ven tan como amigo que se le hace raro pensar en un posible rollo conmigo, se le hace algo distinto, algo que no encaja… Pero que bueno, que quien sabe si puede cambiar de opinión con el tiempo y con el trato, que no sabe y no puede asegurar nada.
A mí me basta eso, ya le dije que seguiré intentando que me vea un poco de otra manera sin dejar de ser y considerarnos amigos…
Porque sinceramente, a las féminas que me lean les debo decir que considero ( y posiblemente conmigo lo consideraran casi todos los chicos) un poco injusto eso de “como somos amigos no va a pasar nada más entre nosotros”…
Se supone que en una relación estable el ideal es llegar no sólo a ser pareja y amante, sino también amigos. Poder contarse todo, aconsejarse, reñirse cariñosamente, ayudarse… ¿Debe ser primero el deseo y luego llegar con el tiempo la amistad y el ser pareja? ¿Por qué no puede ser desde el principio la amistad y la confianza y de ahí llegar el deseo? Ya sé que cada persona es un mundo, pero se ha hecho tan tópico el “si eres amigo de una chica olvídate de toda posibilidad de llegar a algo sentimental/sexual con ella” que ya hay hasta monólogos del Club de la Comedia por ahí rondando al respecto.
En principio somos los tíos los que primero deseamos el cuerpo y luego deseamos el alma y teóricamente somos unos insensibles y unos salidos por ello. Pero claro, podéis imaginar cómo nos queda el cuerpo cuando te gusta una amiga y la ves liándose con un tío que ha conocido una hora antes en un bar y a ti, que te confía sus penas, sus esperanzas, problemas, alegrías, que la haces reír, que estas con ella en los malos momentos y en los buenos, te dice que contigo no se liaría por miedo a perder lo que hay entre vosotros.
¿El miedo es a que salga mal la cosa o a que salga bien? ¿Realmente somos todos los tíos tan “así” que dejaremos de ser amigos de alguien porque haya habido sexo?
Yo creo que hay de todo en la viña del Señor. Y como hay de todo a veces saldrá bien y a veces saldrá mal, a veces de eso saldrá una pareja y a veces se romperá la amistad, a veces se habrá disfrutado de lo que pasó pero no se tendrá la sensación de plenitud asociada a una relación sentimental y pues bueno, la cosa seguirá como estaba sin daños con algo bonito compartido que por desgracia no pudo ser más bonito.
Pero el caso es que para alguien como yo, alguien para quien el deseo surge y evoluciona del cariño, de la amistad, de la confianza… pues es duro ver como siempre te dicen que no porque eres amigo. No quiero dejar de ser amigo para tener alguna posibilidad, no quiero obligarme a mantener una distancia para que el misterio provoque el deseo, no es así como soy. No quiero estar atado a eso.
Quiero amar libremente, atreverme y que la otra persona se atreva. Pero claro, tampoco puedo jurar que va a pasar siempre lo bueno o que no va a haber heridas o secuelas. Pero voy a intentar con todas mis fuerzas que no las haya y quiero conseguir que no haya dolor.
Sólo algo bonito. Algo muy bonito, sea duradero o breve.
Quiero belleza en mi vida.
2 comentarios
Androgen a sabbat -
Pero de todos modos que yo la saque no es la esencia de la apuesta así que me quedaría sin nada igual :)
Y si, soy bueno encontrando tallas, lo reconozco, tendré que ponerlo en el currículum jeje :)
Un besote
sabbat -
un besazo.
Y ayudas mucho cuando una va a comprarse ropa: lo sé por experiencia.