Quiero que seas feliz... con otra.
Hay una constante general en mi vida sentimental. Me he enamorado o enganchado o lo que sea a chicas que terminan por no sentir lo mismo por mí. Y estoy hablando de las relaciones reales, de las chicas que conocí su rostro, el sonido de su voz, el tacto de sus manos. De las cosas pasadas de internet ni hablo, porque no son referentes veraces.
No, hablo de las chicas reales que se cruzaron en mi vida.
Hasta donde alcanza mi recuerdo, las relaciones más relevantes que tuve, las que sentí que podían cristalizar en algo más profundo, no cuajaron. Usualmente soy yo el que siente más (muchas veces confirmado este hecho por ellas mismas) y ellas no sienten lo mismo por mí.
Y casi siempre se puede resumir todo en la frase que titula este artículo. Porque suelen reconocer quererme (no amarme), apreciarme, hacerlas sentir especiales, queridas, amigas, deseadas... Y me devuelven el cariño (ya que no el amor) y me desean lo mejor, quieren que sea feliz.
Pero que sea otra quien me haga feliz. Que sea otra con quien comparta cosas especiales. Que sea otra con la que comparta la pasión.
Y el problema es que después de cada dolor de saberme que no soy amado, cuando sigo adelante y me intereso por "otra" persona, esa persona tampoco quiere ser esa "otra" y me desea lo mismo: que encuentre la felicidad con "otra".
Y la rueda sigue y sigue y sigue...
Pensar esto me hace preguntarme qué tengo de especialmente malo para que me hagan sentir como un billete falso, que se usa para comprar algo en el momento pero siempre queremos que acabe en otras manos al final.
Puestos a ponerme un poco en plan pataleo, me pregunto qué tengo para que nadie quiera arriesgarse, probarme, intentarlo... para que las chicas estén tan seguras que conmigo las cosas no van a funcionar seguro. Y es más curioso (y más de mala persona por mi parte) el pensar que las que he conocido hasta ahora no encontraron la felicidad cuando estaban seguras que ese chico con el que estuvieron era perfecto para ellas, era el que las iba a hacer felices, era el que su pasión y su instinto indicaban como correcto y al final la cosa no acabó bien, la realidad era distinta, se acabó en una ruptura más o menos traumática...
Yo sé que no incito tanto interés como otros. Sé que no provoco curiosidad, que no despierto pasión ni atracción sexual. Puede ser que no despierte tanta confianza en que las cosas van a ir bien o haga pensar que vale la pena arriesgarse.
Pero soy sincero. Me desvivo por la gente que quiero si me dejan. Intento demostrar que soy de confianza. Soy paciente. Hago reir. Hago sentirse bien.
Y parece que eso no es bastante. Parece que es mejor provocar calentones que ser amigo. Parece que es mejor incitar un deseo sexual primero y que este sea satisfecho y luego ya se conocerá cómo es la persona. Porque si lo que primero uno muestra es que puede ser un buen amigo, va a ser muy difícil que la relación vaya a más. Pero si lo primero que uno demuestra es que folla de vicio, la relación es mucho más fácil que vaya a más.
Voy a ponerme un poco quejica: Las mujeres por lo general dicen valorar más la sinceridad que el deseo. Pero hasta donde llega mi experiencia la sinceridad en una relación es mala, muy mala. Al menos al principio, cuando empiezas a conocer a la persona. Si esta te revela todas sus virtudes y defectos, sus miedos y sueños, asusta. Con lo cual se deduce que lo que hay que hacer en una relación que empieza es no necesariamente mentir, pero si ocultar, esconder, no contar muchas cosas. Luego cuando la relación esté más o menos establecida, empezar a revelar lo que no has contado hasta ese momento.
Todo eso te lo ahorras cuando la relación empieza con buen sexo. La necesidad del cuerpo, las ganas de repetir, haran que la otra persona esté cerca tuyo, quiera estar contigo, tenga curiosidad por tí. Y de ahí a que la relación avance es ir cimentándola. Si las personas no cuajan, pues nada, que a cada uno le quiten lo bailado y a buscar a otra persona.
Parece más fácil que una relación empieze porque una mujer te acepta dentro de su cuerpo que si te acepta dentro de su corazón. Sé que no siempre es así. Pero es lo que me he encontrado en mi vida por lo general, tanto que me haya pasado a mí como he visto que pase. Hay excepciones sí, y conozco un par de ellas. Pero si me fijo en lo que me ha pasado a mí estas excepciones no se han dado.
No digo que sea malo. Me he quitado de encima mucha de mi restrictiva educación jesuita como para criticar ahora el sexo o el deseo. De hecho me parecen geniales, algo muy bonito si es compartido y si no es destructivo.
Pero lo que digo es que cuando un tio hace eso, quiere empezar una relación con sexo, somos unos cerdos cochinos machistas salidos. Y cuando es una chica la que quiere empezar así una relación es una historia de ardiente pasión y deseo digna de una novela de Katherine Neville o Barbara Cartland o Stephanie Meyer o Ann Rice o...
Semántica. Somos iguales a nivel de almas, así que dejemos de criticar lo que hace el otro sólo por su género. Todos tenemos libertad para decir que sí y de decir que no. Seamos hombres o mujeres.
Yo sé que las chicas con las que he estado tienen toda la libertad de decirme que "no", sea a nivel sentimental o sexual. Puede que el problema sea el tipo de personas con las que elijo estar. Pero es que no elijo. El corazón no elige. Siente. Si el corazón pudiera elegir no haríamos la mitad de las tonterías que todos hemos hecho en la vida ni nos arrepentiríamos de algunas decisiones tomadas. Al menos a mí me pasa. No todo lo he hecho bien, me arrepiento de cosas que he hecho por que me impulsaba el corazón o la entrepierna. Me he equivocado muchas veces.
Debe molar ser como nuestros políticos y pensar que todo lo que has hecho lo has hecho bien, sólo que la realidad se terminó torciendo. El fallo no fue de ellos, fue de como evolucionaron las cosas. Ellos tomaron siempre la mejor de las decisiones.
Debe molar sentirse tan guay y genial. Pero yo no me siento así. Lo que intento es no repetir errores (que no siempre lo consigo) y aprender de cada cosa que me pasa, sea buena o mala. Y no siempre lo consigo. Pero sigo adelante esperando hacerme mejor.
Resumiendo: Me han dicho muchas veces que he entrado en el corazón de chicas. Pero sigo sin haber tenido una relación seria y siendo virgen. Ni siquiera soy bueno para compartir un momento de ternura sexual.
Y siguen animándome a que conozco a "otra" persona.
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lau -