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El Salón de las Músicas Perdidas

Hora de cambiar de camino

Hora de cambiar de camino

 Encantado de haberle conocido muchacho que me ha acompañado en estos últimos tiempos, pero ahora no quiero estar con usted, hasta que no relaje un poco creo que es mejor que asome lo menos posible su ceño fruncido, así que me va a permitir una patada en el culo que le catapulte a un lugar donde me deje despejado el camino y que busque por mí mismo una manera de salir de este atolladero...

 

 Concluido este trámite pasemos a rascarnos la cabeza ante la tarea que tengo delante (cabeza recién afeitada, el domingo me dió por coger el rapapelo y aplicármelo, a ver si consigo llegar medianamente bien peinado a julio y afeitarme el craneo en el peluquero para irme a Japón bien pelado... y no, no me he hecho un estropicio, tranquilidad, ha quedado medianamente bien) porque la verdad es que los árboles no me dejan ver el bosque en esta senda oscura y tenebrosa donde me han dado cuenta que me he metido

 

 (eres como un clavo María parece que sólo dejas una marquita redonda en la piel pero eso es sólo la cabeza de los centímetros de filo que se han metido dentro cagoenlaleche estoy pensando en lo que sí creo que tienes razón grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr)

 

 y ver por donde tiro ahora. Y encima tengo que empujar el 4x4 que se me ha quedado sin la mala baba que usaba de gasolina y tengo que cargar con él porque en el maletero está mi pasado y eso está ahí. Anda, ¿no quiero dejarlo atrás? No, aún pienso que puedo integrarlo, ya ves.

 

 En resumen. Vuelte a empezar desde donde estoy.

 

 ¿Y por donde se iba hacia allí?

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