MALOS TIEMPOS PARA LA LIRICA
Ayer tenía intención de escribir aquí un poco para contar cómo me iban las cosas tras un silencio tan largo, para hablar del encierro interno voluntario al que me sometí con buenos resultados antidolores, para hablar de la tranquilidad del corazón y el alma que disfrutaba recientemente, para hablar de los deseos frustrados y renovados, de los senderos conocidos pero no por ello sin nuevos ángulos que recorro, del paso del tiempo de esa manera tan rápida y discreta y lenta y llena de detalles como en una montaña rusa…
Y justo ayer me meten más problemas externos de tiempo, dinero y fusilamientos de la conciencia general de la población y me producen los dolores del alejamiento por sustitución de una querida compañera de trabajo. Y a veces se te quitan las ganas, oye. De hacer nada y de hacerlo todo, de los planes y las iniciativas sorpresa. Se quitan las ganas de pensar y sentir, de llorar y reír. La realidad irrumpe por la puerta y ya podemos querer hacer poesía, pero sigue habiendo que comer y defecar todos los días y las repeticiones son aliteraciones en poesía pero ningún poeta hizo todas sus obras con las mismas aliteraciones, incluso los poemas de amor roto o amor del que llena parecen distintos, pero a veces las cosas en el mundo mundano no parecen distintas por ponerles distintas palabras. Y la realidad es que el dinero compra comida. Que para tener dinero hay que trabajar. Y que para trabajar hay que hacer cosas que a uno no le gustan una y otra y otra y otra vez durante días, semanas, meses…
Me vendría bien un polvo, un lodo, unas risas y un “sólo hay ahora, vamos a hacer algo hasta que se ponga el sol”.
Perro mundo, de los perros feos y malos. Chunga realidad y que malos tiempos para soñar y que malos tiempos para la lírica…
En fin.
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amapola azzul -