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El Salón de las Músicas Perdidas

Apolo XIII

Apolo XIII

Era jueves y todavía no habían nevado. Solo en su cabello, ahora de un tinte más claro.

Tal vez por eso no la reconocí a lo lejos. Me había estado toda la mañana, desde recibir su mensaje ofreciendo invitarme a una comida, cual "comida de la paz", preguntándome como me afectaría volver a verla. Volver a verla tras tanto tiempo.

Comprobé con agrado que no me afectaba ni para bien ni para mal. Eso era un buen comienzo. Ni se me hicieron flan las rodillas y gárgaras el estómago, ni sentí apretar los dientes y calentarme del frío de las dos y media de la tarde de ese jueves por el enfado.

Saludos protocolarios, debatir durante dos minutos a donde ir a comer y en marcha.

Y conversación mundana, neutral, inofensiva... cobarde.

Detecto un montón de "mmms" y "ajás" cuando hablo. A ratos no sé si es que no le interesa lo que estoy contando o que está nerviosa. Creo que lo segundo, porque luego, cuando hablamos de lo que debemos, también lo hace.

Y me extraña mucho, casi en los postres, tener que ser yo el que lleve la conversación a lo único de lo que deberíamos haber hablado: los porqués, los cómos y los qués.

Me gusta descubrir cosas nuevas de la gente que creemos conocer bien. Eso evita que terminemos por aburrirnos de esa persona o que lleguemos a considerar que podemos ser tutores de su vivir, maestros sabios que conocen las reacciones y anticipan las soluciones, empezando a tratarles más como niños que como iguales.

Y descubro cosas. Como el muy distinto concepto de la amistad que tenemos. Ella considera que si alguien se toma un año "sabático de amistad" a la vuelta todo será igual, que la amistad sobrevive a eso sin problemas si es fuerte y verdadera.

Yo considero que semejante prueba daña la amistad y hace que no vuelva a ser como antes.

Si, me lo dijo. Que estaba en un momento que quería alejarse un poco de muchas cosas. Vale. Avisado estaba y si vuelve a pasar ya no pagaré la novatada emocional de pasar lo que pasé.

Y yo le digo que sigo enfadado por el momento en que la necesité, que necesité su amistad aunque no me fuera a poder decir nada que no me hubieran dicho otros. Los amigos no siempre son sabios que encuentran las palabras justas. A veces son las mismas de siempre, pero se hacen distintas porque te las diga quien te las dice.

Yo necesité esas palabras. No quiso estar para dármelas.

Que hubiera insistido más dice... ¿Cuánto? ¿Una llamada no es bastante? Para mí lo es. Culpa mía por pensar que para otros es como para mí. Ya estoy aprendiendo a que todos podemos ser distintos no hay que dar nada por sentado porque nosotros pensemos/actuemos de una manera.

Además, sinceramente, insistir más si que me hubiera hecho sentir que estaba mendigando atención.

Dice que contestó al sms porque sentía que se había portado mal conmigo (además que ALGUIEN le había dicho lo mismo durante un tiempo, que tenía que volver a quedar conmigo).

Yo le digo que si es porque ALGUIEN se lo dijo, no debería haberme llamado, pero me asegura que no es por eso, es porque realmente quería verme, por decisión propia. La creo. No tengo motivos para no creerla. Si no fuera verdad no me habría dicho para empezar que EL le había dicho que hablara conmigo, porque sabía lo que iba a pensar.

También la digo que si ella hizo lo que pensaba era correcto, no se ha portado mal. Aunque ahí estoy poniendo en duda la capacidad de reconocer errores, eso que tanto practico ultimamente, y tampoco es eso.

Errare humanun est. O como se escriba.

Y ella lo sabía y lo sabe. Sabe lo que siento... o sentía. Sabe lo que era para mí, porque ella misma lo ha experimentado alguna vez. Sabe mis envidias de EL. Sabe más cosas de las que yo suponía.

Y yo sé menos de las que creía, porque se lo pregunto y la respuesta es la que me temía desde hace un tiempo, leyendo de ilusiones y alucinaciones y espejismos... algo de eso sufrí yo.

Nunca me deseó. Y una vez más, la creo. Da igual que sea verdad o mentira, no me pongo a comerme la cabeza con eso. Es lo que me ha dicho y la creo.

La creo tal y como creo que ella debe suponer que yo pienso que la gente cambia, y que alguna vez también puede llegar a cambiar su deseo. Porque también hay deseo que surge del conocimiento, del contacto y del tiempo. Aunque ese deseo esté menos de moda. Pero en fin, al menos me puedo dejar de comer la cabeza con el ronroneo y el arquear de espalda.

Finalmente le digo que no sé que voy a hacer. La sigo queriendo muchísimo aunque sea menos que antes. La sgo deseando. Pero también he cambiado, y tal vez aprendo poco a poco a evitar los daños. Y cómo evito el daño, ¿no viéndola o aprendiendo a dejar de lado ilusiones sin renunciar a verla?

La respuesta en cierto como se dió cuando la volví a ver tras un año y cuatro meses. Al no haber dolor, creo que he aprendido algo. Y ya no me hará daño, ni le haré daño, el volver a verla. Aunque tampoco ahora me apetezca como antaño verla todos los días si pudiera.

Aún no sé si he ganado o perdido algo con ese cambio. Supongo que el tiempo lo dirá.

¿Por qué no? Claro, quedar alguna vez. Claro, retomar el contacto. Claro, contarnos nuestras cosas y aconsejarnos si podemos.

Aunque las cosas hayan cambiado.

Y despedida final que augura no ser tan larga como la última. Y sí, quedo con ganas de volver a verla... un día de estos.

Es triste que tras varios días de pensar en la conversación sostenida, en repasar todo lo pasado y presente, vivido, sentido y pensado... tenga tan poco que decir.

7 comentarios

Androgen a Un Mar de Calma -

Cierto, que pensar, que decir... ¿verdad?

Un abrazo

un_mar_de_calma -

hay veces que te tomas un bermu a las 12 del mediodia y a las cuatro de la tarde te tratan como a un desconocido, luego meses mas tarde te escriben diciendo que no ha ocurrido nada.
Pero sólo sabes que esa otra persona y tú habies sido uña y carne en los dos ultimos años.
Que pensar, que hacer, que decir...Sabes que te han utilizado, que has sido la tapadera para alguien, de cara a la galeria "parecias" pareja y cada parte tenía su propia pareja.

Androgen a sabbat -

Yo siempre te hago caso :)

No, no la han abandonado ni parece que esté a punto de pasar. Y no, no tengo muchas ganas de dejarme utilizar quedándome como siempre sólo con el dolor y el pasarlo mal. Si me van a usar, que me den algo a cambio, así están las cosas en este tema.

Lo demás que queda oscuro en mi texto ya lo hablaremos cuando nos veamos :)

Y tu EL no me caía mal (vamos, pensando en ello no me parece que me cayera ni mal ni bien), me caía mal el otro, el tirapelos, eso ya lo sabes.

Un besote

Androgen a Un Mar de Calma -

Si, está ahí... pero que uno esté un año y cuatro meses sin saber nada de esa persona, que no te dice por qué ni como (porque si te dicen que necesitan un tiempo de estar solos, uno nunca piensa que sea mas de dos meses, como mucho) y además en un momento que necesitas intensamente del cariño de tus amigos, te diga que "tiene otras cosas mejores que hacer"...pues como que hace pensar que tal vez no valga la pena seguir siendo amigo de esa persona, ¿no crees?

Un abrazo.

sabbat -

Oye que no me hagas ni caso. Que esta debía ser la misma sensación que te sucedía a ti cuando yo te hablaba de mi él. A ti él por como se comportó conmigo no acaba de gustarte, y era evidente. Y a mí ella por lo que ... pues no me cae mal, pero no se comportó bien contigo... pues eso

sabbat -

No entiendo muy bien la parte en que ALGUIEN le dijo que debería volver a verte...


Tampoco lo del año sabático de amistad. Eso me suena mucho a mí cuando no quiero nada. Pero parece que esta chica ahora necesita algo. ¿La han abandonado? Están a punto de hacerlo? Es jodido pero nos curamos así. Llenando el tiempo de duelo con otras personas que no tienen el poder de herirnos y tampoco de sanarnos. Aunque por que eso sea mi forma de actuar no quiere decir que sea la suya. Además tú eres muy mayor y si te apetece dejarte utilizar está genial. Yo a veces me dejo utilizar y a veces utilizo y tampoco pasa nada, ¿o sí?

Un beso Fernando

un_mar_de_calma -

A cada uno/a somos seres diferentes. Lo que para tí es valido para otro no.
A veces, cada una de las partes se hace su propia historia de la realidad, la cual no siempre converge en el punto que deseamos.
A veces, tras un tiempo sin ver/ comunicar con alguien, el regreso es más gratificante.
A veces, lo que es comun sólo es un artilugio para no sentirmos solos; lo que aparentemente une distancia en el alma.
A veces, son nuestros propios miedos los que nos ponen nuestras propias barreras.
Sólo se, que el que es un amigo/a esta ahi aunque no lo veamos.
Un saludo