Un final que finaliza...
(u otro posible título "Del sublime arte de joderlo todo al final")
Siento no poder seguir mi costumbre general de responder a los comentarios del artículo anterior antes de escribir el siguiente...
Nota final de la parte de Nóminas y Seguros Sociales del curso: 9,3
Ella saca más nota que yo y confieso que me da un poco de rabia, porque me creía el mejor del curso. No está mal un poco de humildad de vez en cuando... y además me alegro por ella, a todos nos viene bien una inyección de autoestima de vez en cuando.
El resto de la clase de hoy como siempre. B.n. que no ha podido venir esta semana por problemas bucodentales hace el examen con sólo la mitad del tiempo que tuvimos los demás y saca un 6. Mientras, en la otra clase, la de los ordenadores, los demás hacemos las últimas preguntas volviendo loca a la pobre G. nuestra paciente profesora... una estupenda profesora, por cierto, justa, dura cuando tiene que serlo, siemrpe animándonos y no sólo con las nóminas sino con todos los aspectos de nuestras vidas... Hemos tenido suerte de tenerla de profesora. Mucha mucha suerte.
Se viene al final a comer con nosotros. Ella va a acompañar a su madre en la operación pero al final demoran la intervención para otro día y vuelve a tiempo de comer con nosotros. En un alarde de escasa preparación comemos en el primer sitio que encontramos, en una terraza. Bueno, lo importante es la compañía, no el lugar, y al fin y al cabo tampoco ha estado mal la comida. Muy simple pero buena.
G. se despide de nosotros porque tiene que currar, lleva un ritmo de vida totalmente estresado... me alucina que una persona que se mete esos tutes tenga tan buena disposición hacia todo. Yo no sería capaz.
Y al final de la comida... al final llega el momento que parece de las despedidas, porque aunque haya una cena (que retrasamos una vez más para otro día...en principio aunque me parece que será otro día distinto al final) todos sabemos que no serán igual las cosas una vez que dejemos de vernos todos los días. Y aunque muchas de ellas coincidiran por cercanía de residencias, o por frecuentar las mismas fiestas, los mismos lugares de juerga... yo sé que es el principio de la despedida para mí.
Y cuando estoy diciéndoles en pocas palabras lo bien que me he sentido con ellas... llega el derrumbe
"Pues chico, Fernando, a mi al final me has decepcionado muchísimo"
Desde hacía un par de semanas o así ya había notado la frialdad de L. que se sentaba a mi lado derecho en clase. No se reía de nada de lo que yo decía, me daba mucho la espalda, cada cosa que comentaba le parecía mal... no se si sería la mejor opción pero al no saber qué había hecho para molestarla tanto no sabía como plantearle el tema y lo estaba dejando correr... al fin y al cabo no quedaba mucho de clase, ella no tendría que aguantarme mucho más y L. no es Ella, es una persona que me cae muy bien, pero que tiene un carácter tan fuerte que me daba un poco de miedo plantearle el tema. Lo había hablado ya con C. pero C. no sabía por qué podía ser, así que yo seguía en la ignorancia...
Y es L. quien me dice esa frase. En ese momento yo tenía una sonrisa emocionada porque estaba hablando de lo bien y aceptado que me habían hecho sentir y la sensación se esfuma como si me la arrancaran de dentro. La sonrisa se hunde en mis labios y luego en mi interior y creo que empalidezco... y pregunto que por qué dice eso.
Me lo cuenta.
Al parecer cuando N. volvió a clase después de estar ingresada un mes, hice un comentario bastante fuera de tono y bastante egoista acerca de si la profesora iba a tener que desatendernos a los demás para poner a N. al día, para explicarle en cuatro días lo que a nosotros había tardado en explicar un mes. En el mismo momento que L. me lo dice, con R. y Ella corroborándolo, me hundo aún más por dentro porque efectivamente recuerdo el comentario, aunque creo recordar que no pretendía decirlo por egoismo... aunque tal vez si, ya no estoy seguro.
Con el frío extendiéndose en mi interior me vuelvo hacia N. y le pido perdón de corazón. Ella me dice que bueno, que el comentario no se lo tomó a mal... pero las demás, las que se percataron del comentario, L., R. y Ella si se lo tomaron a mal porque les pareció tan egoista que no pensaban que yo pudiera ser así.
El frio se hace glacial y doloroso y pido perdón también a ellas... pero tengo la terrible sensación de que la he jodido. De que la he jodido y bien. Cuesta mucho crear un sentimiento de aceptación y sólo un segundo destruirlo... y yo lo destruí hace dos semanas. Tal vez eso también es parte del distanciamiento de Ella... no lo sé.
El caso es que también me queda la sensación de que si yo no hubiera empezado a hablar de lo mucho que me había gustado estar con ellas, no me lo habrían dicho, como si no valiera la pena decírmelo para darme cuenta de mi error porque total no vale la pena.
Y ese es el final de la comida. L. está muy mosqueada, R. no lo parece tanto y Ella tampoco parece darle más vueltas. Las demás no intuyo que piensan... pero yo estoy Mal. Y entre abrazos y besos de despedida hablan de coger los coches para ir a Los Prados a tomar la última. Yo me quedo atrás y estoy a punto de irme a casa, avergonzado como estoy, y R. se gira hacia mí y me dice si voy. Asiento y voy con ellas... aunque mi viejo Yo me dice que no lo haga, que corra, que me aleje a llorar a un esquina como he hecho toda mi vida y arrastrar una depresión un mes y sentirme un idiota fracasado.
No lo hago. En el coche voy con B.n. y C. C., que es la mayor de todos nosotros, más incluso que la profesora, que tiene un hijo de 14 años, que conmigo siempre ha sido buena y me ha escuchado cuando quería hablar de Ella y me ha aconsejado y siempre ha sido sincera... y les cuento como me siento y ellas tratan de animarme. Entienden que puede que se me fuera la olla un instante o que tal vez no escogí bien las palabras y soné más capullo de lo que soy. Me disculpan, me apoyan. Y yo les cuento muchas cosas mientras vamos a dejar a B.n. a su casa antes de ir a Los Prados porque tiene dentista y no puede quedarse...
Ellas me dan las fuerzas que me quedan. Y me digo a mi mismo que no me separaré hoy del grupo sin disculparme ante L...porque tiene razón. Porque fuí lo que me dijo que fuí. Y si tiene razón, lo normal, lo lógico y lo humano es disculparse e intentar cambiar.
Así que vamos a un bar cercano a Los Prados que tiene dos mesas de billar y nos ponemos a jugar un par de partidas, yo con N., B.a. y M. y las demás en la otra mesa. Aún tengo miedo de hablar con L.... Y al final B.a. se tiene que ir (y antes me dice algo muy bonito sobre la autoestima para ser estimado... y yo se lo agradezco de corazón. Hoy era su cumple y el peluche que adorna lo que escribo hoy es el regalo que le hizo M.) Luego se van C. y Ella... y yo no me despido de Ella como planeaba, como quería, ya que al haber retrasado la cena sé que pasará más tiempo hasta que vuelva a verla, y aunque piense mandarle mensajes y hacerle un Ofrecimiento, puede decirme que nones y nunca sabemos qué pasará en el futuro y yo pensaba decirle unas cosas especiales... pero no, hay algo más importante que mi corazón o mis deseos y es el estado de mi interior, la profundidad de mi alma. Y por eso me quedo, y cuando las que quedan (L., N. y R.) se acercan a una cervezería a Los Prados sé que es el momento de irse...pero no antes de hablar. Y me disculpo con todas ellas y le digo a L. que tiene razón al estar enfadada. Y ella me dice que bueno, que es un momento y vale, que no hay problema (me está perdonando y noto que lo hace).
Y tras los buenos deseos intercambiados entre los cuatro... me marcho, ya que es un largo camino a casa y creo que ya he aprendido la lección y puedo separarme de ellas sin malas sangres y sin sentirme miserable.
Estoy tristón, porque podía haber sido un día intenso y triste aunque bonito. Y al final sólo fué intenso y triste por algo que hice. Pero también estoy mejor de lo que solía estar antaño cuando me pasaban estas cosas.
He aprendido.
He evolucionado.
No ha sido un día malo, después de todo.
Adiós, R. L. N. Nati C. M. B.a. B.n. Rafa (el timido Rafa, con esa risa tan contagiosa, una persona genial seguro a la que sólo le queda aprender a soltarse un poco) y profesora G.
He sido Feliz gracias a vosotras.
(os podeis creer que me están resbalando las lágrimas ahora mismo?... si es que soy... :) )
6 comentarios
Androgen a Patricia -
Un abrazo y gracias :)
Androgen a sabbat -
Pero en fin...
Ya te respondí al correo, un beso :)
Androgen a un_mar_de_calma -
Un abrazo
Patricia -
sabbat -
Bueno mucho...
Y nada que ya había quedado con Nora... lo posponemos, es que ahora con este rollo que es su vida no le quiero fallar y podría venir...te importaría a ti que si quedamos se venga?
Un beso
Entonces el sábado no sería tal problema... creo
un_mar_de_calma -
Tu historia me ha recordado una historia, tambien se dio en un curso; yo resolvi el altercado con todos menos con el que le tube. AL finnal esa persona se perjudico asi mismo con su prepotencia hacia todo el grupo, lo unico que por mi forma de ser ese dia tubimos bronca.
un saludo, y animate