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El Salón de las Músicas Perdidas

Sindrome de abstinencia leve

Sindrome de abstinencia leve

 

 

 Breves son los días de vino y rosas…

 

 

 Fui consciente de estar pasando los mejores días y ahora noto su ausencia…

 

N. cambió de trabajo. Finalmente sus jefes tiraron demasiado de la cuerda, demasiadas vacaciones no disfrutadas y no pagadas, demasiados recortes en su sueldo, demasiadas exigencias laborales que no le correspondían… Y surgió otra oferta similar pero ligeramente mejor en cuanto a sueldo y ella hizo finalmente lo que quería hacer desde hace tanto tiempo… irse. Una pena porque el trabajo le gustaba, lo que no le gustaba era el trato y lo que tenía que aguantar. Además se le daba bien. Empapaba de un poco de su brillo especial a cada cliente que entraba y no dudo que les dejara huella.

 Pero hay situaciones en las que uno no puede permitirse sacrificarse y N. estaba en una de ellas, así que se fue.

 A mi calle. Literalmente. Dos portales más arriba del mío, a ser recepcionista de una academia de masters y estudios “superiores”.

 Duró dos días. Ya antes de cambiar de trabajo le habían comentado en un antiguo lugar de trabajo que era posible que en breve volvieran a tener un puesto para ella. Y la confirmación llegó dos días después de empezar a trabajar en el nuevo sitio. Así que lo dejó también, porque aunque el trabajo que iba a realizar la aterraba por ser nuevo y duro (comercial itinerante) y no estaba segura de estar capacitada, el sueldo era notablemente superior y necesita ese dinero con urgencia.

 Así que echándole unos ovarios que admiro se lanzó de nuevo al vacío y allí está ahora, en el nuevo-antiguo trabajo.

 

 

 Y sólo la he visto un día desde entonces, 20 minutos. El trabajo es en un polígono de por ahí los mundos extrarradios cuando no está de lugar en lugar intentando vender los servicios de la empresa de mensajería de lunes a viernes, así que durante semana no tiene tiempo libre, práctica y literalmente.

 Y los fines de semana no me necesita como yo la necesito a ella. Es lo que hay y lo acepto. Lo que siento por ella no se basa en la correspondencia. Esta sólo podría alimentarlo, pero no es lo único.

 

 Lo que hay es que me enganché a ella. Cuando trabajaba en la tienda de cartuchos e impresoras, no había semana que por lo menos no me pasara un par de días a verla. Y si tenía tiempo libre entre entradas y salidas o al final de la jornada muchas veces me daba un toque y en 5 minutos nos veíamos. Así que su compañía se convirtió en habitual, pero no por ello menos luminosa.

 

 Y ahora no la veo. Prácticamente ni hablamos. La mando sms de vez en cuando contándole si me pasa algo interesante, pero raramente los responde. Y salvo 20 minutos un día de su primera semana de trabajo, no la he vuelto a ver en persona.

 

 Es su derecho como quiera pasar su ahora escaso tiempo libre. No tengo nada que decir a eso. Es libre y libre la amo.

 

 Simplemente sé que tengo que saber vivir sin ella, que no se hace débil lo que siento si no la veo, pero también soy consciente… que estoy un poco tristón.

 

 Amar es notar la ausencia y bañarse en la presencia, consciente de cada minuto en ambos casos. No es aire necesario para vivir y que su escasez provoque la muerte pero tal vez es más preciso decir que es más bien como el sol. Uno se marchita un poco con tanta oscuridad y días nublados…

 

 Además están siendo unos días complicados. 4 oposiciones en semanas casi seguidas que no puedo preparar correctamente y aunque vaya me siento ridículo madrugando y esforzándome en algo que no voy a sacar con tan escaso estudio previo. Un trabajo que está empezando a retomar un ritmo elevado aunque soportable. Un hermano de salud precaria que empieza a preocuparme.

 Un que me comuniquen que voy a ser tío en unos meses y no sé muy bien como reaccionar frente a eso.

 Una semana de vacaciones que han sido todo menos vacaciones entre una oposición que tenía al final de la misma y que durante esa semana me he sacado el carnet teórico de conducir (no es correcto decir que sólo he estado una semana en ello. En realidad llevo desde que empecé en el nuevo sitio a trabajar leyéndome el código de circulación en los descansos empezando a prepararme para este momento. Lo de la semana es más bien que me apunté al final a una academia de conducir derramando una cantidad escandalosa de dinero, en todas pasa eso, y estuve una media de cinco horas diarias haciendo exámenes y consultando dudas y leyéndome el código de circulación actualizado que allí me dieron. Y finalmente el martes pasado, último día de vacaciones, examen y 0 fallos) y ahora en breve empezaré con las pruebas prácticas y espero sacarme dicho carnet en breve…

 

 Y las mil y una cosa que pasan cada día que me encantaría compartir y hablar con ella y que ella compartiera y hablara conmigo las suyas…

 

 Pero es lo que hay. Por desgracia el río de la vida es como que es y hay que adaptarse a su corriente.

 

 Así que sigo nadando. Llegaran o no mejores días o volverán los igual de buenos. O sólo quedarán recuerdos. O me iluminará otro sol o nadaré entre tinieblas que harán las aguas cada vez más frías.

 

 Pero sigo nadando.

2 comentarios

Androgen a La Dama Oscura -

Nado y el agua está tibia :)

Un abrazo

La Dama Oscura -

vaya, cuántas cosas, enhorabuena por lo del carnet, y porque vas a ser tío. Suerte ahora con las prácticas, y con las opos.
Y sigue nadando, que es lo importante.
Un abrazo