La Dama de ojos verdes y el Hombre del Libro
Siempre he pensado que el ser humano se crea su propio camino en la vida. Por eso me cuesta aceptar el concepto del Destino. ¿Está fijado lo que vamos a hacer, a donde vamos a llegar, qué va a ser de nuestra vida? Obviamente es algo imposible de decir con seguridad si existe o no, pero si podemos decir si aceptamos la existencia del concepto de Destino o no.
En mi caso, no.
Renegaría de un mundo donde todo esté fijado y predicho, por eso no creo en adivinos, reencarnaciones o profecias. No creo que desde que nacemos sea imposible de evitar un camino que nos conduzca a la soledad, la desgracia o la grandeza. Creo que cada uno se forja la suya propia.
Lo que no es incompatible que considere que si existe una fuerza que nos facilita o dificulta la tarea. Y ahí entra en juego la Suerte. Si creo que existen posibilidades de que alguien se encuentre más a menudo que otras personas en el lugar correcto en el momento adecuado. Que le surjan más posibilidades que a otras personas de demostrar su valía. Que los sucesos coincidan de manera más beneficiosa para él. Y no creo en balanzas, no pienso que por cada persona que tenga mala suerte haya otra que la tenga buena, o que si una persona tiene mala suerte tarde o temprano la tendrá buena. Como ya he dicho otras veces el universo no se equilibra, sólo existe.
Así que alguien que tenga suerte puede no estar contento o satisfecho o salirle las cosas mal igualmente, porque puede no saber aprovechar las situaciones. Igual que alguien que tiene mala suerte y sólo tiene una oportunidad por ejemplo, puede aprovecharla al máximo.
Y en mi caso siempre he pensado que tengo mala suerte. Pero peor es el hecho de que sé de varias veces que tuve la oportunidad y no la supe (incluso alguna no la quise) aprovechar.
O incluso casos en que las oportunidades no fueron tales. Conocer a la Estrella puede considerarse suerte por los catorce meses compartidos y mala suerte por el gran vacío que me deja la impresión de que me ha dejado de lado sin motivo. Conocer y desear a algunas personas es mala suerte, porque no eran personas que pudieran devolverme eso que sentía yo, desde el principio, independientemente de lo que hiciera, sintiera o como me comportara yo.
No puedo echarle todas las culpas a la suerte. Sé que yo he tenido la culpa también. Pero en esta vida pocas veces las cosas pasan por una sóla causa. Espero haber evolucionado lo bastante la próxima vez que haya una oportunidad para al menos poder decirme luego que lo he intentado de corazón y consecuentemente.
En mi caso, no.
Renegaría de un mundo donde todo esté fijado y predicho, por eso no creo en adivinos, reencarnaciones o profecias. No creo que desde que nacemos sea imposible de evitar un camino que nos conduzca a la soledad, la desgracia o la grandeza. Creo que cada uno se forja la suya propia.
Lo que no es incompatible que considere que si existe una fuerza que nos facilita o dificulta la tarea. Y ahí entra en juego la Suerte. Si creo que existen posibilidades de que alguien se encuentre más a menudo que otras personas en el lugar correcto en el momento adecuado. Que le surjan más posibilidades que a otras personas de demostrar su valía. Que los sucesos coincidan de manera más beneficiosa para él. Y no creo en balanzas, no pienso que por cada persona que tenga mala suerte haya otra que la tenga buena, o que si una persona tiene mala suerte tarde o temprano la tendrá buena. Como ya he dicho otras veces el universo no se equilibra, sólo existe.
Así que alguien que tenga suerte puede no estar contento o satisfecho o salirle las cosas mal igualmente, porque puede no saber aprovechar las situaciones. Igual que alguien que tiene mala suerte y sólo tiene una oportunidad por ejemplo, puede aprovecharla al máximo.
Y en mi caso siempre he pensado que tengo mala suerte. Pero peor es el hecho de que sé de varias veces que tuve la oportunidad y no la supe (incluso alguna no la quise) aprovechar.
O incluso casos en que las oportunidades no fueron tales. Conocer a la Estrella puede considerarse suerte por los catorce meses compartidos y mala suerte por el gran vacío que me deja la impresión de que me ha dejado de lado sin motivo. Conocer y desear a algunas personas es mala suerte, porque no eran personas que pudieran devolverme eso que sentía yo, desde el principio, independientemente de lo que hiciera, sintiera o como me comportara yo.
No puedo echarle todas las culpas a la suerte. Sé que yo he tenido la culpa también. Pero en esta vida pocas veces las cosas pasan por una sóla causa. Espero haber evolucionado lo bastante la próxima vez que haya una oportunidad para al menos poder decirme luego que lo he intentado de corazón y consecuentemente.
1 comentario
Moriana -
Salud2 :)