Blogia
El Salón de las Músicas Perdidas

Evolucionando

Y mañana lágrimas...

http://img44.imageshack.us/img44/435/contrato.jpg

 

Ya sé donde me ocurrirá el destino durante la siguiente etapa de mi vida. Esta mañana me llamaron de la bolsa de Auxiliares Administrativos y tras consultar con la gente de la Consejería, escuchar sus consejos y opiniones, contactar con la persona a sustituir y reflexionar, acepté un puesto nuevo.

Consejería de Presidencia, Justicia e Igualdad. Servicio de Justicia del Menor. Edificio Calatrava, segundo piso.

Haciendo de tripas corazón, porque la verdad es que no querría irme de donde estoy. Aunque el trabajo sea más físico. Aunque cobre un poco menos. He conocido buena gente, gente normal y gente que no sé como es. Y alguno un poco capullo.

Pero es que los buenos han sido los más. Y me da pena. Tristeza.

 

Sé que la vida es avanzar hacia adelante. Y el Camino no se vuelve atrás aunque gire 180 grados.

 

Pero sé también que mañana, al despedirme de esa gente, lloraré.

Otra vez terminando

’Image

No es seguro, porque pocas cosas son seguras en este mundo, pero lo más probable es que deje de trabajar en la Consejería a finales de este mes.

 

 Suprimen mi puesto. Me echan, en resumen.

 

 Objetivamente no es un drama. Sigo en la bolsa de trabajo de interinos de Auxiliar Administrativo, estoy también en una de subalternos pero esta no se mueve. En la primera es casi seguro que al día o dos días de apuntarme, me llamen para ocupar un puesto de interino en otro lugar.

 Objetivamente no es un drama. No estaré mucho tiempo en paro.

 

 Subjetivamente… Subjetivamente, emocionalmente, anímicamente, es un golpe. Recuerdo ahora con un poco de sorna cuando los primeros días de empezar a trabajar estaba incómodo, cansado, un poco asustado y un poco desbordado. Y ahora las cosas salen casi sin pensarlas. Ahora estaba acomodado y tranquilo y… por qué no osar decirlo… un poquito feliz.

 Ahora vuelven las inquietudes sobre “¿Dónde será mi nuevo lugar? ¿Cómo será la gente? ¿Cómo será el ambiente? ¿Me adaptaré?”

 La verdad es que a fuerza de ser la segunda vez que paso por esto uno ya no recibe el golpe igual. Tampoco voy a hacer una tragedia griega de esto. No he perdido nada irremplazable… bueno tal vez un poco, la gente conocida a la que uno sabe que no volverá a ver nunca o como mucho un par de veces hasta que su presencia y recuerdo se diluyan con el tiempo, hasta que como un reflejo en el agua las ondas de los días las retuerzan, emborronen y dispersen hasta que cuando se calman las aguas ya no hay… nada.

 Nos pasa muchas veces en la vida. Con familiares con los que compartías de pequeño cortas vacaciones en pueblos extraños a los que no entendías por qué tus padres te llevaban, con esas gentes que por lo visto eran parientes de tercer o cuarto grado tuyos, pero tú no los sentías nunca como tales (salvo excepciones por frecuencia, cercanía, conexión o por verse más veces a lo largo del año) sino como chicos con los que compartías juegos y descubrimientos pero que luego… luego ellos se quedaban, tú te ibas y no volvías la vista nunca atrás, con ese presente egocéntrico de los niños.

 Al menos así era para mí.

 Nos pasa también con amores (veraniegos o duraderos) que en su momento eran la vida para uno y luego a día de hoy no recuerdas ese número de móvil que te hacía saltar el corazón cuando lo veías en la pantalla del tuyo, al que tantas veces llamaste con un tornado de emociones en el alma, que te aprendías de memoria sin notarlo. O su color favorito, su comida preferida, la canción que tarareaba… todos esos detalles que te daban la vida o te la quitaron cuando todo acabó… Y ahora no los recuerdas.

 Nos pasa también con esos abuelos que perdimos siendo niños. Son recuerdos más o menos vívidos de personas que te querían con toda su alma pero tú aún no tenías muy claro por qué, porque no eran tus papis, ni tus hermanos, ni tus amigos del cole… sino que eran alguien que vivían lejos (en uno de mis casos) e ibas o venían a verte dos o tres veces al año. Y te contaban cosas, te hablaban de “sus tiempos” y tu los veías tan arrugados y tan amables y tan cariñosos… Y hoy no te acuerdas de todas sus historias. Con suerte te acuerdas de algunas pero siempre con el riesgo de que también desaparezcan. No recuerdas su colonia, la comida que te preparaban, los regalos que te hacían. Empiezas a perder el recuerdo de sus gustos, sus costumbres… E incluso si como en mi caso, una de mis abuelas fue nuestra niñera por decirlo así durante nuestros años infantiles y luego una presencia constante en mi juventud y que se desvaneció ante mis ojos en un estertor que dio paso a un silencio eterno… Incluso así, voy olvidando cosas que ya nunca podré recordar, porque quien te lo podría confirmar ya no está. Y nunca volverá.

 

 

 En la vida hay pérdidas. Y ganancias. Hay que saber afrontarlo todo, valorarlo en su justa medida, remediar lo que se pueda y encajar lo que no puede ser cambiado.

 Luego continuar caminando.

 

 Porque estoy vivo. Porque Amo. Porque tengo opciones y posibilidades. Una cosa acaba, pero no acaba todo.

 Me permito sentirme triste. Me empujo a no pararme.

Gracias Mr. Arneson

Gracias Mr. Arneson

 Debe ser maravilloso haber llegado a influir en tanta gente y su manera de ver el mundo en una época en que no existía internet, y las cosas estaban hechas para durar más tiempo...

 

 Debe haber sido maravilloso haber sido usted, Mr Arneson.

 

 Gracias. De todo corazón.

Futilidad

Mis esfuerzos son vanos. Mis proyectos irrealizables. Mis esperanzas fantasías. Mi voluntad una sombra que se debilita. Mi ilusión una breve llama que se apaga poco a poco.

 

Si. Ando sumergido en una depresión. Una de las mías, esas tan breves pero fuertes, como una tormenta caribeña que descarga como si los cielos se hundieran, los rayos quisieran romper la tierra, el viento quisiera arrancar todo lo perdurable de su lugar y arrojarlo muerto y tronchado a donde ya no importe.

Una tormenta caribeña, es una buena analogía. Sobre todo por la brevedad de lo que duran estas depresiones, que se desvanecen entre rayos de sol rasgando las nubes al poco... pero también vuelven al poco. Con la misma fuerza. Y lo que arrancan queda herido o ya no vuelve...

 

Hoy siento la futilidad de las cosas. El que ella no quisisera o no pudiera quedar para el aniversario de conocernos, algo que celebrábamos todos los años, es un detonante, simplemente. Cuando no existen estos detonantes puedo pensar, soñar, aferrarme, fantasear, que las cosas pueden cambiar o ser distintas. Cuando no existen los detonantes el poso se acumula sin demasiado sobresaltos, sólo un pinchazo cuando se producen antes de apartarlos rápidamente bajo la alfombra en la profundidad de mi corazón, como si así desapareciera... hasta el detonante. Hasta que desborda. O explota. O se derrama. O se desangra...

 

Ojalá sólo quisiera un polvo con ella. Ojalá sólo fuera sexual lo que siento. Ojalá no sintiera algo profundo, aferrado tan adentro y tan fuerte.

Ojalá supiera olvidar. O fuera otra persona, para que no me importara perder, o sentir. Para que no me preocupara la soledad. Para que no me importaran los lazos.

 

 

Ojalá no estuviera deprimido.

Calmachicha

Calmachicha

’Image

Pasó el momento de agobio en el trabajo.

Al menos ahora me lo tomo con más calma, aunque me sigue poniendo un poco así el pensar que puede que esté dos años haciendolo...

Estoy menos agobiado que hace tiempo cuando empezé, pero igual de cansado o más. Es exigente físicamente, ya lo he comentado. Me muevo mucho más y no he dejado el gimnasio con lo que los lunes, miércoles y viernes termino agotado el día. Pero lo que ha cambiado es lo cansado mentalmente.

Me hago al trabajo, empiezo a coger las costumbres y las reacciones reflejas. No es difícil. Puedo hacerlo. No tengo miedo.

 

Sigue quedando el pequeño asunto de que la lista de auxiliares sigue avanzando. Así que cuando me llamen tendré que decidir, pero ando menos preocupado, porque ya he decidido que a menos que me ofrezcan algo igual de bueno (vacante o sustitución de al menos un año) en Oviedo, no lo cogeré. No hay tanta diferencia de sueldo y ahora mismo es mejor tener algo seguro que algo que puede que tampoco me termine gustando como auxiliar administrativo y por menos tiempo.

 

Aquí estoy tranquilo ahora. Y es lo que he estado buscando toda mi vida, ¿no? La tranquilidad.

 

Además tengo amor. Uno que fluye de mí sin necesitar correspondencia para tener sentido.

Y eso ayuda a saber lo que es más importante en la vida.

 

(ALGUNAS HORAS DESPUES)

 

Lo cierto es que algo no termina de encajar. Al menos yo me siento así. Al cansancio físico se auna un cansancio emocional. De repente me descubro otra vez perezoso, indolente, concentrado en cosas nímias y no haciendo las cosas rutinarias pero necesarias, como limpiar y ordenar mi habitación. Tampoco hago las cosas que me debería molestar en hacer, como estudiar más las oposiciones o dibujar más regularmente y en mayor cantidad o escribir más y mejor.

Hay algo raro. Como un aire pesado que me aplana un poco. Pero es un poco más que la semana pasada y pierdo gusto y ganas por las cosas. No lo pierdo del todo pero sí que el paso del tiempo vence. Es como si me moviera por un aire un poco pegajoso.

Y tengo tendencia a aparcar las cosas cuando surgen problemas así que...

Tampoco estoy seguro a veces de qué siento por qué lo siento. Así que es osado por mi parte hablar de un amor elevado cuando tal vez lo esté elevando simplemente porque quiero verlo arriba, no porque lo esté.

 

Hace poco una conversación con N. me muestra que hace unos días mi comportamiento no demostró el equilibrio del que estaba haciendo gala últimamente. No hubo daños pero pudo haberlos habido y esa posibilida me aterra. Como me preocupa la posibilidad de recaer en viejas malcostumbres.

¿Y si los nervios por caer me hacen temblar y terminan haciendo que caiga?

Tengo que salir y estabilizar. Y tengo que creer que puedo hacerlo.

No es Evolución, es conservar lo conseguido

Bienvenidas

Bienvenidas

No me termina de gustar el trabajo que ahora realizo. Tampoco es que lo odie, pero a nivel físico es mucho más exigente (hay que salir mucho a llevar cartas y paquetes de expedientes, papeles, comunicaciones... subir y bajar muchas veces la escalera de la consejería...) que el anterior y el sueldo es menor, lo que siempre es un dato a tener en cuenta.

Está unos minutos más cerca de casa y somos en total cinco subalternos, dos de ellas veteranas, así que el trabajo tampoco es para matarse por la posibilidad que tenemos de repartírnoslo.

Y sigo con la espada de Damocles de que sólo tengo a 21 personas por delante mio en la lista de auxiliares administrativos y puede que en un mes o menos me llamen para ofrecerme otro puesto de trabajo. Que sin embargo será a todas luces de menor duración que este, que todo apunta a que año y medio aquí, si quiero quedarme, no me lo quita nadie.

 

En fin, que son muchos factores que se van a concentrar en los tres segundos que voy a tener para responder si me quedo o me voy cuando me llamen los de Función Pública para ofrecerme un puesto de auxiliar administrativo. Y aunque no debería ponerme nervioso antes de tiempo, es mi personalidad, no puedo evitarlo.

 

En todo caso, hubo otro estreno esta semana. El lunes, justo antes de salir de casa para ir a trabajar, se me rompió la montura de las gafas. Ya llevaba una temporada que me daba la impresión que a veces se quedaban como demasiado arqueadas cuando las limpiaba, y luego se ponían normales al cabo de un tiempo con un "clac", como si algo se encajara y se desencajara. Y más bien era que se iba rompiendo el lugar donde la parte superior de la montura de la lente izquierda se unían al puente de la gafa.

A esas horas no tuve otra opción que ponerle algo de celo confiando en que aguantara y cogerme las gafas anteriores que siempre las guardo como respuesto para casos como estos por si el celo no aguantaba. Las gafas viejas debían tener perfectamente catorce años o así, porque las que llevaba que se rompieron cambiaron dos veces de montura los cristales al no haber cambiado más que media dioptría la graduación y en ese momento pensé que para qué gastarme una pasta en otros cristales por media dioptría y sólo cambié la montura cuando se rompió...

El celo aguantó durante toda la jornada y por la tarde fuí a la óptica a ver qué se podía hacer. En principio mi idea era cambiar sólo la montura, como la última vez, ya que no me parecía que fuera reparable la ruptura de la montura con un cierto grado de garantía de que no se rompieran a la mínima en breve otra vez. Pero una vez allí me informé de que las lentes habían bajado algo de precio desde la última vez que me había interesado por su precio y con lo que tengo ahorrado era muy asequible comprarme unas nuevas.

 

Así que eso hice. Y tuve suerte que al día siguiente me llegaron, así que ahora tengo gafas nuevas, las de la foto.

 

Las anteriores ganas me han durado catorce años o así. Preveyendo que esto vuelva a pasar, cuando las vuelva a cambiar tendré 45 años.

¿Qué habreis visto hasta entonces, gafas nuevas? ¿Qué cosas me habreis ayudado a contemplar? ¿Qué camino vamos a recorrer juntos?

¿Me ayudareis a ver otra vez el rostro de N. acercándose al mio con los labios entreabiertos y brillantes y los ojos entrecerrados? ¿Contemplaremos juntos alguna vez el rostro de mi hijo mientras duerme? ¿Os humedecereis con mis lágrimas mientras sufrimos juntos la perdida de alguien muy querido? ¿Con qué avances científicos y sociales nos maravillaremos juntos? ¿Qué horrores y dichas pasarán ante nuestra visión compartida?

 

Sin vosotras no veo los matices, es así de simple. Dependo de vosotras.

Y desde ayer hemos empezado un camino juntos.

Caminad conmigo.

Inesperado

Inesperado

Andaba yo sopesando varias canciones para ponerlas como artículo en este lugar, cuando recibo una llamada.

 

Vuelvo a empezar a trabajar el viernes.

 

No sólo estoy en la lista de bolsa de empleo de interinos para auxiliar administrativo del 2007, sino que también estoy en la de subalternos del 2006 y no lo recordaba. Y la llamada era referente a esta última lista. Cuando parece que está avanzando la otra y tal vez en mes, mes y medio me llamarían, me llaman ahora para trabajar en esta.

"Bien" pensaría la mayor parte de la gente. Y yo también, pero le añado un "pero..."

 

Y el "pero" es que aunque si me llaman para un puesto de auxiliar administrativo puedo renunciar al puesto de subalterno aunque haya empezado a trabajar en él para pasarme al de categoría superior, tal vez no sea lo más adecuado.

Por una parte el sueldo es mayor, si. La cotización también en consecuencia. El trabajo de auxiliar está más relacionado con lo que he hecho en toda mi vida laboral hasta ahora...

Pero puede ser más temporal.

Me refiero... Me dijeron al llamarme que el puesto de subalterno era una "vacante". Eso significa que hasta que salga una oposición para cubrirlo, ahí estaré trabajando. Y eso pueden ser bastantes meses, porque las cosas de palacio van despacio.

Mientras que normalmente los puestos que ofertan para interinos de auxiliar administrativo suelen ser sustituciones de bajas de dos o tres meses. Hay muchos menos puestos vacantes.

 

Ahí está el dilema. ¿Dejar un puesto de subalterno que aunque es de menos categoría y sueldo es para más tiempo por un puesto que probablemente será más temporal?

 

Esa es la duda que voy a tener en un tiempo. Ya sé que no debería preocuparme hasta que aparezca el problema, pueden pasar muchas cosas. Puedo aprobar una oposición para estar fijo, puede que la lista de interinos auxiliares administrativos se estanque, puede que convoquen la oposición para cubrir la plaza en la que estoy en mucho menos tiempo del que esperaba... Mil cosas.

 

Así que lo que me pasa ahora es muy claro: estoy nervioso. Mañana firmo y pasado empiezo. En el Servicio Público de Empleo, cerca de mi casa. Y ya estoy nervioso pensando cómo será el trabajo, cómo serán los compañeros, qué tendré que hacer, si lo aprenderé pronto, si será duro...

Pensando en todas esas cosas que uno sabe hasta que las ve.

 

Pero así soy siempre. Preparado mentalmente para tener las preocupaciones de un futuro desastroso antes de que ocurra o incluso sin que ocurra nunca.

 

En todo caso, a partir del viernes veremos.

 

Vuelvo a trabajar :)

Suponerlo no lo hace más llevadero.

Image Hosted by ImageShack.us

 

N. lleva un mes trabajando en Oviedo. Su contrato es de seis meses para estar todo el día de dependienta en una pequeña tienda de repuestos de tinta para impresoras. Como le decía yo bromeando al principio "ahora estás en mis dominios".

Aunque tampoco es que me creyera que eso fuera a hacer más propicia la relación, ya que soy consciente de que cuando uno está trabajando está trabajando, no está para perder el tiempo, sobre todo alguien que se toma el trabajo con tanta responsabilidad como ella.

Pero al principio había una cosa que me llevaba a pensar que pasaríamos más tiempo juntos y que podría ser bueno para mis pretensiones con ella. A la tarde, para comer, tiene tres horas libres. Es un tiempo insuficiente para coger el autobús para ir a su casa, comer tranquilamente y volver al curro a tiempo para abrir la tienda (cosa de los horarios, ya lo comprobamos). Y como no quiere usar demasiado el coche por el gasto de gasolina y de aparcamiento cuando no encuentra donde dejarlo sin pagar por las mañanas, lo que hace es estarse en Oviedo esas tres horas, comer tranquilamente y según sus palabras "aburrirse un rato".

Y al principio, las dos primeras semanas, me mandaba un sms casi todos los días diciéndome que había terminado de comer, que estaba en tal sitio y que si quería ir a hacerla un rato de compañía.

En mi casa veían con morros cómo casi todos los días yo terminaba de comer, me lavaba los dientes enseguida, me vestía a toda prisa y salía de casa para estarme hora y media fuera (yo soy un adicto a la rutina, pero ellos más, ya me direis por qué tiene que poner morros a eso...)

Estaba un rato con ella, charlábamos, me comentaba cosas del curro (un poco desesperada al principio, ya que la chica que tenía que sustituir por baja materna durante la semana que coincidieron no la enseñó casi nada de los programas informáticos de la tienda y ha tenido que buscarse la vida como mejor ha podido), la intentaba animar y hacer reir y luego la acompañaba a la tienda y volvía a casa. Me daban igual los morros de mi familia y sus silencios en plan "no-te-entiendo"...

... me daban igual porque sabía que no iba a durar esa situación.

Como en efecto ha pasado.

No es que haya dejado de tener que estar tres horas en Oviedo, pero ya no sé qué hace en ese tiempo y no tiene por qué contármelo, porque es su vida y a mi no me incumbe. No existe una obligación de contar a los amigos todo lo que se hace todos los días, como si hubiera que pasar informe a un guardia de seguridad. Eso lo entiendo y lo respeto. Y en cierto sentido me alegro de saber que ya no está agobiada en el trabajo y que entretiene su tiempo. Hay veces que sí me ha contado que ha hecho en ese tiempo (recados para sus padres, compras, investigar para cambiar el costoso seguro del coche que tiene...), pero ahora soy yo el que a veces al salir del gimnasio, que no queda lejos de la tienda, se acerca a saludarla y estar unos minutos con ella.

Ya no me llama. Y sabía que terminaría pasando eso cuando salía rápido de casa para estar un rato con ella esas dos primeras semanas. Sabía que antes o después eso terminaría y tenía que disfrutarlo mientras estuviera.

 

Acertar no siempre consuela. Hecho de menos esos días, pero he prometido no agobiarla así que aquí estoy cuando me necesite, aunque ya no me necesite.

 

Descubrir que hay cosas en las que no mejoro no ha sido una grata sorpresa precisamente. Por ejemplo en lo de comerme el tarro. Porque hace unos días tuvimos una charla telefónica en la que parecía obsesionada con que yo saliera algún día con ella por la noche pero para conocer gente, para tomar contacto con más personas, no para rondarla. Que saliéramos de juerga pero para que yo me pusiera a hablar con todo quisque y a ver si así ampliaba mi círculo de contactos. Dice que si no conozco a más gente nunca encontraré con quién estar. Tiene sentido lo que dice, aunque yo ya le he comentado que los bares por las noches de los fines de semana no me parecen precisamente el mejor lugar para conseguir contactos con gente duradera... no dudo que haya buena gente saliendo de juerga por las noches, pero el ambiente no me parece el más propicio, siempre he pensado que es un poco vano, que la gente sale a juergas breves, intrascendentes, que no quiere encontrar al amor de su vida o al mejor amigo para siempre, sino simplemente divertirse. Además pienso que es distinto para los chicos que para las chicas, por esa maldita regla no establecida en la cual son los tíos los que tienen que acercarse a las chicas para entablar conversación y presentarse, aunque no sea sólo para ligar (con excepciones, que las he visto, pero por lo general es así, ellas esperan que los chicos se lancen).

En ese ambiente, los cortados tenemos pocas oportunidades.

Pero resumiendo. En esa conversación me quedé con muy mal cuerpo cuando terminamos de hablar, porque me dió la impresión de que me estaba intentando alejar un poco de ella, y no sabía por qué.

Y el lunes, cuando voy a hacerla una visita porque el domingo cuando la llamé para hablarle de una oferta de trabajo (sigue mirando otras opciones porque el sueldo de la tienda tampoco es muy boyante) que salió en el periódico estaba con gripazo y ya acostada y quería saber que tal estaba, pues me encuentro a un chico que también había ido a visitarla.

Por lo visto trabaja de carnicero en donde una amiga suya suele ir a comprar y ella a veces la había acompañado y ahí se habían conocido. Es alto, joven, con un piercing de botón en la nariz y sobre todo, no sé que coño hacía ahí... Que nadie tiene que contármelo, no hay ninguna obligación y por eso tampoco indagué mucho, sobre todo también porque ella ya estaba cerrando para ir a comer. Pero el verles irse juntos... que no tiene por qué significar nada, él podía haber necesitado tinta para la impresora y es normal ir a donde conoces a alguien que está trabajando (yo mismo iré a comprarla ahí cuando la necesite y he repartido tarjetas de la tienda que ella me dió entre mis colegas) y bueno pues ya que está ahí y le conoces pues quedais a comer antes de que ambos entreis a trabajar...

Lo que sea. No tiene por qué significar nada.

Pero a mí me come el frío la parte superior del vientre desde el lunes. Aunque ella me dice que no está ahora con ganas de nada ni de nadie, después de cortar con el colombiano de Gijón hace dos meses y con el agobio del trabajo y trabajar los sábados luego los fines de semana no tiene ganas ni de salir por cansancio y por ahorrar dinero.

Que da igual, que puede hacer lo que quiera. No tengo por qué suponer que no me cuenta las cosas cuando otras veces sí lo ha hecho. Y no dudo de ella y de lo que me cuenta.

Dudo de mí. Porque ya me estoy comiendo otra vez el tarro. El problema es mío, por no saber afrontar las cosas, sean realos o no. ¿Que está empezando a salir con este chico? Pues perfecto para ella, si es lo que quiere y elige yo no tengo el derecho a decir nada. Si en verdad la siento como mi amiga, tengo que buscar lo mejor para ella y lo mejor es que ella puede elegir libremente. Amo esa libertad que ella me transmite y me gustaría compartirla, pero si no soy el elegido, pues es porque no me siente así. Y punto. Y tenerla como amiga ya me proporciona sentimientos preciosos y experiencias interesantes. Si no hay para más, no hay para más.

Soy yo el que no puede renunciar a querer ser más.

Es MI problema.

Y si no está saliendo con él, estoy haciendo aún más el canelo por angustiarme así, aunque tenga el ligero eximente de que la última vez no me lo contó y me tuve que enterar de semi-rebote. Hago el canelo por pensar que soy tonto por no insistir más, por respetar su tiempo y su espacio... ¿Acaso ligar no es inmiscuirse en el tiempo y el espacio del otros? Un poco claro, sin acosos, pero no respetar siempre la frontera, tantearla a veces, probar la fortaleza de las defensas y aprovechar los huecos que aparezcan... Pero yo no sé hacer eso. Como yo sé querer es respetando, cumpliendo promesas e intentando agobiar lo menos posible a la persona querida.

Y así me va...

 

Ya me imaginé al principio que verla a más menudo iba a tener un efecto positivo y otro negativo. El positivo es más tiempo y oportunidades de coincidir con una amiga, con alguien que te hace reir y con la que el tiempo pasa en un suspiro tremendamente agradable.

La mala es que la asiduidad mata el misterio y las ganas de pasar más tiempo en esa ciudad donde ya estás más horas que en casa y con esa persona a la que has visto casi todos los días.

Parece que al final puede que prime más la parte mala.

Resumen de una división arbitraria e irreal del tiempo

 

Image Hosted by ImageShack.us

 

¿Por qué el año empieza en Enero si no es más que la mitad del invierno? Teniendo en cuenta nuestra teoría céltica de muerte-renovación del año según las estaciones, el año debería empezar en el solsticio de primavera…

 

En fin, que como siempre digo, si, sólo hay un 1 de Enero, pero también sólo hay un 3 de Marzo, 5 de Octubre y 28 de Noviembre…

 

En fin, como siempre divagando… Lo que toca es un resumen de esta frontera artificial creada por el hombre para poder medir mejor su lenta agonía.

 

Pocas palabras.

 

El año en que aprendí que amando no se exige. El año de mi crucifixión y resurrección.

 

El año en que me pude decir “Soy feliz”. Y más de una vez.

 

El año en que trabajé en algo que me gustó con gente que me gustó y eso ayudó a que me gustara más a mi mismo.

 

El año en que no he escrito mejor, pero si dibujo un poco mejor.

 

El año en que elegí reirme.

 

Un año en que encontré más Canciones.

 

El año en que he conocido a Blice, al Lobo, a Androgen y a alguno más aún sin nombre… y elegí ser Fernando. Con todas las consecuencias.

 

 

Un año… más. Me quedan muchos para más cosas buenas. He aprendido a precipitarme menos, pero querer vivir más.

 

Un buen año :)

 

Que sea así para todos los que me lean, este y los que viene. Porque no cuesta desear cosas buenas.

El final de una etapa

Image Hosted by ImageShack.us

 

Bueno, ya es oficial.

 

Terminé en el trabajo. Vuelvo a ser un parado.

 

Y no negaré que andaba tristón estos días, que el fin de semana fue malo porque la tristeza que me invadía poco a poco me afectó también a más aspectos de mi vida y dudé, fallé y me equivoqué.

Pero las cenizas se posan y los fallos de hace unos días no son el final. Sigo adelante, paso a paso porque las cenizas se enfrían y ya puedo caminar otra vez. Porque sé a donde iba y lo que quería y sigo sabiéndolo. Ahora he creado un faro en la lejanía, mi Torre Oscura y voy hacia ella, sin revólveres mágicos, sin poderes, sin introspección, sin saber... simplemente paso a paso...

 

Ha terminado una gran etapa de mi vida. Un gran momento. Cinco meses buenos, incluido el mes que no lo fue. Porque si lo demás fallaba tenía el trabajo, tenía la sensación de ser útil, el bienestar de unos compañeros que ayudaban, no que sobreprotegieran, simplemente que aceptaban como era y desarrollaban la paciencia justa y la presión justa. Un lugar donde el tiempo no pasaba como una losa, sino como segundos. Me sirvió para hacer más llevaderos malos momentos.

Un buen lugar. Un trabajo tranquilo. Una buena gente.

 

No quiero olvidar los nombres. Sonia, Paloma, Nieves, Victor. Los escribo porque no quiero olvidarlos, porque los recuerdos son sobre caras, sobre sensaciones, sobre el paso tranquilo de las semanas. Pero los nombres pueden difuminarse y ni eso quiero olvidar.

 

Ni olvidar que durante estos meses, he podido ser feliz.

 

Y ahora a esperar. La bolsa se mueve poco ahora, por las reconversiones de las consejerías, por toda la gente que ahora se ha quedado sin trabajo y estarán delante mío en la lista. En febrero tengo una oposición difícil que después de cinco meses sin estudiar no voy a sacar, pero me servirá para volver a estudiar un poco y recuperar lo poco que había avanzado y así a lo mejor ir más adelante. Y luego lo que venga. Ahora la incertidumbre otra vez de cuándo me llamarán, para donde me llamarán, quíen encontraré ahí y cómo me llevaré con ellos y qué es lo que tendré que hacer y si me gustará.

 

Pero el buen recuerdo no me lo quita nadie. Y sería injusto sentirme triste porque ya no esté ahí. Es normal que después de este tiempo y este sentir esté un poco así asá, pero quiero seguir adelante. Y que esto haya sido un peldaño para arriba.

 

Gracias de corazón a la gente que encontré y compartió conmigo estos cinco meses. Ahora, nuevos retos.

Olvidadizo

Olvidadizo

 No puedo permitirme perder buenas costumbres...

 

 Ayer me quedó la sensación de ser un día totalmente desperdiciado. Es decir, si, no lo pasé mal, me entretuvo lo que hacía, pero estuve demasiadas horas en el ordenador, demasiadas pocas leyendo, no escribí nada ni dibujé nada ni hice algo que me hiciera sentir que había avanzado en nada en el día, ni Evolucionando, ni desarrollando nada, ni en general sintiéndome útil a mí mismo.

 Simplemente currar por la mañana y por la tarde ordenador, televisión y ordenador... Ni siquiera me tocaba gimnasio así que no salí para nada, aunque hubiera estado bien que lo hiciera aunque sólo fuera para ir a la esquina a un par de portafotos para poner las fotos que me han dado. Pero como no era urgente lo dejé correr. Como dejé correr todo lo demás...

 

 Y al final acostarme demasiado tarde y ahora ando con sueño en el trabajo...

 

 Pierdo buenas costumbres, como la que tenía al principio de trabajar de acostarme a una hora adecuada y concreta estuviera haciendo lo que estuviera haciendo, con un desfase de cinco minutos a lo sumo... no de una hora, como ayer. También pierdo la buena costumbre que tenía hace un par de años, cuando empecé a ir al gimnasio, de hacer las cosas pequeñas en cuanto surgían... recoger la ropa planchada en cuanto mi madre me decía que estaba (ahora la dejo reposando en la silla de mi habitación durante una semana hasta que forma pila...), si sentía la necesidad de comprar algo que pudiera comprar cerca hacerlo al instante para quitarlo de delante, limpiar la habitación todos los domingos (ahora domingo si domingo no cuando no se me pasa y la dejo dos domingos sin pasar aunque sea el trapo de los polvos...), escribir cuando sentía que tenía que hacerlo (ahora aunque el ordenador esté libre lo dejo pasar..) y más cosas...

 

 En fin, que siento una relajación en mis costumbres. En las buenas además. No es cuestión de mantener una disciplina draconiana digna de un campamento militar, pero si es hacer esas cosas que parecían correctas para no pensar "vale, no ha sido el día más útil de tu vida, pero al menos no lo has desaprovechado". Sobre todo ahora que pienso que cada día tiene que tener su cosa especial, aunque sea "cosita", que hay que vivir el presente, no hacer planes futuros porque el futuro no está creado.

 

 Hubo un tiempo que me sentía bastante inútil, antes de empezar a curar. Y ahora que se me acaba el trabajo, que el miércoles es el último día, no quiero volver a lo que era antes. No quiero levantarme a la una y pasar el día vegetando en casa, horas con el ordenador sólo mirando y jugando, no creando. No quiero dejar a un lado los dibujos y los escritos que siempre parecen más interesantes y urgentes cuando estoy enmedio del trabajo o de algún curso (porque siempre parece que me motiva más no tener tiempo para desarrollar mi ocio, nunca dibujo o escribo o leo tanto que cuando estoy trabajando o estudiando y no tengo tiempo o no debería tener tiempo para "ociar"...).

 

 Tengo que recuperar esas pequeñas victorias de la voluntad, ese hacer cosas que hay que hacer, nimiedades pero necesarias, cuando haya que hacerlas y casi sin pensarlo, hacerlas y dejarlas de lado ya, completas, sin que ya preocupen.

 Tengo que volver a dejar las cosas de ocio cuando otras cosas requieran mi atención, porque el ocio me estará esperando, mi mente seguirá siendo la misma cuando las retome un rato o un día después, no voy a cambiar tanto en unas horas, y si resulta que todo acaba y no vuelvo a poder escribir o dibujar nunca, pues tampoco es tan importante la cosa, porque haga lo que haga, trabaje lo que trabaje, nunca podré hacer tanto como quiero ni sacar de mi mente tanto como hay, porque cada día surgen cosas nuevas, pensamientos nuevos, ideas nuevas... El escribir o dibujar es una continua renovación, un continuo crear. Y no creo que ningún artista de ninguna rama del arte haya pensado en su último suspiro "dí todo lo que había en mí"...

 La muerte nos corta la linea. Siempre quedan cosas por hacer. Lo que hay que hacer es hacer todas las que se puedan. Y bien hechas, no atropelladamente.

 

 Y debo recuperar ese ritmo que me gustaba de hace tiempo.

 

 Mira, ya tengo algo que hacer hoy, sintonizar cuerpo y mente y voluntad para dar esos pasos :)

La oscuridad dura muchas horas

La oscuridad dura muchas horas

Es curioso esto de no dormir por algo que no te está pasando a ti.

 

Es curioso sentir que realmente no está uno pensando en sí mismo. Y más curioso cuando no es lo habitual. Todo salpica, eso no lo pongo en duda, lo que no conocemos no nos duele. Pero es que en este caso…

 

 No estoy sufriendo, estoy triste.

 No estoy hundido, estoy a disgusto.

 

 No estoy deprimido, estoy muy preocupado.

 

 

 Sentir que alguien se autodestruye y no puedes ayudarle es lo que tiene. Que tú no te mueres, pero que te da la impresión de que hay algo que no encaja en el mundo.

 

 

 Tres horas solamente de sueño y un montón de pensar a oscuras y darse cuenta de una cosa muy importante… pero no duele.

 

 Qué curioso.

El otro

Image Hosted by ImageShack.us

"El hielo glaciar se forma a partir de la acumulación de sucesivas capas de nieve. El proceso de transformación de la nieve depositada, denominado diagénesis, implica los cambios producidos por apisonamiento de la misma, por sucesivos estratos de acumulación, que por mayor peso, favorecen las modificaciones físicas de los cristales de nieve, agrupándolos, aumentando la densidad de los granos constituyentes, pasando de una textura suave y esponjosa, propia de la nieve fresca, a una granular y cada vez más dura. Este apisonamiento, se traduce en la pérdida de burbujas de aire insertas en la nieve, lo que favorece su compactación y transformación en neviza.



El tiempo que requiere el proceso de transformación de nieve fresca a hielo glaciar varía en función de las condiciones de temperatura y tasa de acumulación de nieve, propias de cada masa glaciar. La presencia de agua de fusión, favorece la transformación y acorta, tanto el tiempo necesario para que se complete, como el espesor de nieve y hielo necesario.

En glaciares “fríos” o polares, con poca o nula agua líquida, pueden ser necesarios cerca de 100 metros de espesor y alrededor de un siglo para formar hielo azul."

 

Sacado de este blog, interesante que esto pudiera aplicarse también a la gente, ¿verdad?

 

Ser tan frío que adquiera un color blanco-azul.

 

Hoy estoy furioso.

 

 Hay alguien blanco-azul aquí. Y él no está furioso. Pero me ha tocado dentro.

 

 No es violeta. Es blanco azulado. Como un hielo de más de cien años tan compactado y tan helado que es más duro que nada...

Tocado y...

Image Hosted by ImageShack.us

 

El angelito en mi hombro derecho se cruza de brazos.

“¿Por qué te sientes así de mal? No has perdido algo que tuvieras. De hecho no has perdido nada. Tampoco has ganado, pero eso era lo que había ya.

 

A ver, vale. Está saliendo con otro. Te has enterado ayer y estás jodido claro, normal vale. Eso es lo que hay, es la realidad y lo tienes asumido, correcto. Ahora vamos a analizar si tienes motivos para considerarlo una tragedia y sentirte como si te hubieran cortado el corazón.

 

A ver muchacho. Algo te olías. Reconócelo. Ya desde aquella noche en Gijón sabías que ese chico iba tras ella. Y luego cuando ella vino a buscar aquello a tu casa y él estaba con ella y habían comido juntos te dio un ligero vuelco el alma porque empezaste a temer lo que iba a pasar. Él es insistente, como todos los latinos, mucho más parecido a ella que tú en gustos y aficiones nocturnas, lo que iba a hacer que siempre que fuera a Gijón por lo de aprovechar para dormir en casa de su prima (y así no coger el coche en estado etílico, cosa que aplaudo) y saliera se cruzara con él.

Y alguna otra vez se mencionó su nombre y ya te temías que seguía viéndole a veces. La constatación del hecho ayer, cuando quedasteis con su amiga I. Tras estar hablando por el móvil con él ya te pusiste en alerta por una frase que dijo ella, sobre si se iban a ver hoy, en un tono como muy coloquial, como si fuera algo habitual verse todos o casi todos los días. Y entonces al colgar su amiga se lo preguntó, si era su churri y la respuesta de que si, algo así te sentó como tragar agua hirviendo por un agujero entre las costillas, quemando todo el camino desde el corazón al perineo. Luego se lo preguntaste directamente y te lo confirmó. Además salen desde hace un tiempo.

¿Qué te fastidió más? ¿Qué esté con él, que lleve un tiempo y no te lo dijera aunque entiendas perfectamente por qué no te lo comentó, que te lo vieras venir y se confirmaran tus temores?

Ya, es todo en conjunto. Entiendo.

Pero a ver, chico. ¿Qué cambia? ¿Qué no os vais a enrollar, que no vas a volver a probar sus labios? ¿Qué no va a desvirgarte la chica que amas? ¿Qué ahora te sentirías mal por ti y por ella y por la situación si quisieras seguir con el frecuente contacto físico mimoso-cariñoso-sensual que tenéis?

Pues mira. Ya te tenías que contener normalmente. Si por ti fuera la abrazarías mucho más, la besarías más, tendrías mucho más contacto físico. No lo hacías porque sabes que no es cuestión de ser agobiante. Sobre todo con alguien que si, acepta y le gustan los mimos, pero tampoco en exceso y tampoco en plan sexual contigo. Así que contente un poco más. Ya sé que va a ser difícil, que va a doler. Pero chico, es lo que hay. La vida. La realidad. Su libre opción y decisión.

 

Y lo dicho. ¿Qué cambia? ¿Deja de ser tu amiga? No. ¿Dejas de quererla? No. ¿Dejas de desearla? No. ¿Dejas de amarla? No.

Ahora no, al menos lo de las dos últimas preguntas. Las dos primeras no van a cambiar, pero las dos últimas si, claro que pueden cambiar. El deseo puede marchitarse y el amor… no corresponderse y por ende, al no recibir nunca respuesta, convertirse en algo distinto o desvanecerse por vejez.

Pero lo más importante no cambia. Es tu amiga. Hace que tus días sean valiosos. Te sientes en tu hogar cuando estás con ella. A veces te mojas simplemente con acercarte a ella (porque sí, chicas, algunos hombres también se humedecen). Y no quieres dejar de quedar con ella para tomar algo, para ver pelis, para comprar, para acompañarla a entrevistas. ¿Masoquismo? Tal vez. No te consideras mejor ni peor por aguantar cuando lo normal sería abandonar. No es ni mejor ni peor. Simplemente es distinto, eres tú, es lo que haces.

 

Joder tío, no te pongas así. Que duele, lo sé, pero no estás roto. No es una herida mortal, como otras que te dieron antaño. Al menos no la sientes así. Sigue habiendo cosas buenas. Sigues con trabajo y sigues bien en él y con la gente. Sigue haciendo sol cuando lo hace y el día puede ser bonito y te parece bonito incluso cuando llueve. Sigues con las mismas inquietudes, escribir, dibujar, el ordenador, las series… Sigues viviendo los días más y mejor que antes, levantándote sin esa sensación de para qué hacerlo. Te acuestas y al dormir duermes sin angustias.

Sigues vivo, respirando, teniendo amigos cercanos y lejanos, colegas, compañeros, familia. ¿Qué hay tristeza? Eso también es vivir. No todo son juergas y fuegos artificiales muchacho. Eso ya lo tienes claro desde hace tiempo. Así que si ella te sigue aportando cosas preciosas e importantes a tu vida, sólo hay que redefinir la relación. Lo que sé que es chungo, pero puede hacerse. Duele, pero puede hacerse. Es duro, pero puede hacerse.

 

Y no es que te sientas como si la vida se hubiera acabado. Y no es porque pienses que no va a durar mucho esa relación, porque eres consciente de que nunca se sabe. Que otras relaciones suyas o tuyas no hayan durado no quiere decir nada. Cada nueva relación puede ser definitiva o no serlo. Eso sólo se sabe viviéndolas lo mejor que se pueda. No, no piensas que va a durar ni que no vaya a durar. Sólo sabes que ahora, existe, es.

No te debe nada, no debe guardarte supuesta fidelidad de ninguna manera. No es tu novia. No es tu prometida. No tenéis un pacto de no-coito ajeno. Sois amigos. Y los amigos se ponen pocos cotos y en cuestión de sentimientos ninguno.

 

Ayer estabas con el estómago revuelto. Ayer tus manos se enfriaron aún cuando siempre que estás cerca de ella están calientes (fenómeno curioso y comprobable). Ayer tenías un nudo en la garganta y bajo el esternón.

Hoy queda un poco de nudo. Pero has dormido bien. No has llorado. Has pensado en esto y no estás depre, sólo triste, lo cual es normal.

 

Así que no pongas esa cara.”

 

Y entonces me giro hacia el otro hombro.

 

-¿Y tú? ¿No tienes nada que decirme?- pregunto.

 

Pero el diablillo en mi hombro izquierdo no dice nada. Solo está sentado con las piernas colgando en el vacío, las manos entrelazadas entre sus rodillas y la cabeza baja. Y no deja de llorar desconsolado.

1886 1887

Image Hosted by ImageShack.us

 

Lo mio no es una historia de amor.

 

No hay grandes momentos de frases profundas que quedan colgando en el aire como luz de estrellas que se disipa. No hay peligrosas aventuras que van uniendo a los protagonistas que en un principio se caían incluso mal. No hay momentos de subir la música de la orquesta mientras un tropezon hace caer a ella en brazos de él y las miradas se quedan encadenadas a los ojos ajenos.

No hay besos apasionados enmedio de la calle con la gente pasando y quedándose mirando entre envidiosa y maravillada.

No hay cenas lujosas ni alfombras rojas. No hay portadas en las revistas de espionaje de la vida íntima ajena.

No hay dilemas en los que entregar la vida por el ser amado ni formas sacrificiales de demostrar lo que se siente. No hay poemas improvisados ni roces electrizantes de manos. No hay pieles compartidas ni maratonianas sesiones de sexo en penumbra.

 No hay reencarnaciones ni encuentros a través del tiempo de los siglos. No hay comuniones místicas ni edenes encontrados.

Ni siquiera hay una correspondencia igual a lo que siento. No hay una promesa de futuro compartido. Ni siquiera una promesa de un "ahora" mutuo.

 

Solo hay un "te quiero" en mis labios, que es el de mi corazón.

 

Sólo eso.

 

 

El lunes concierto de Amaral en las pistas de San Lázaro en Oviedo. Más o menos 8000 entradas vendidas por la organización. No lo sé. Ni podía ni quise ponerme a contar.

Dragón rojo y gato negro, ibamos ambos de rojo y negro. Ilusionados por compartir el concierto. Yo hacía siglos que no iba a un concierto. Ella tal vez nunca había ido a un concierto que realmente quisiera con todas las ganas ver.

Solo un ratito de espera y empezó.

 

Siempre he desconfiado de los conciertos. Me parece que muchas veces realizan idas de olla sobre un tema grabado que de por sí ya está correcto y las improvisaciones lo deforman casi siempre. Además no todo el mundo canta igual en directo que en estudio, incluso aunque sean igual de buenos en ambos lugares, son un par de horas de desgañitarse sobre el escenario y eso puede cansar a la voz más templada.

Pero Eva Amaral canta sobre las tablas como la oyes grabada. Juan Aguirre toca mejor aún. Y sobre todo... la sensación. La sensación de que disfrutan profundamente con los directos, con la gente, con moverse, bailar, improvisar. La sensación de que cada vez que coreas una de sus canciones se está estableciendo un lazo, tu cantas su canción y ellos te dejan entrar en su espacio. No conocen tu nombre, pero te conviertes en su colega. Durante ese ratito de concierto solamente, es cierto, pero te hacen sentir... aceptado. Como si cantaran para un grupo de amigos.

En un concierto hay que ir a divertirse. Aunque cantaron canciones que tampoco me dijeran mucho, las coree todas. Porque en directo hacen que parezcan diferentes. En el mp3 será fácil pasarlas apretando un botón, o borrarlas y no oirlas si no te llaman. Pero en directo estás ahí, las están cantando para tí. Y tienes al lado a la chica que quieres, la gente se une a la marea y canta y ellos se están esforzando. Y las cantas. Las disfrutas. Las vives.

Habrá más gente que consiga esa sensación. Por ahora yo sé que ellos, Eva y Juan, lo consiguen.

¿Cómo no desear a la señorita Rockandroll?

 

Y luego da igual que tenga que madrugar para ir a currar. Da igual. Es San Mateo tras un concierto en el que se ha disfrutado intensamente. Hay bares abiertos donde tomar "la última". Y donde ensordecer y enronquecer más que en el concierto (cosa curiosa, pero cierta, me quedo mucho peor de estar una hora en una discoteca ensordecedora que de dos horas y media de concierto a todo trapo) mientras se habla de amor y deseo y me gano un beso al poker...

 

Sobrevivo al día siguiente y su ritmo cada vez menos relajado (se acabó la época de vacaciones hasta en la ganadería) y de capearlo sólo (la "jefa" de vacaciones dos semanas). Sobrevivo a la desaprobación de mi madre (a la que nunca le parecerá bien NADA de lo que haga con N., incluso aunque no imagine lo peor) y al cansancio y al cabreo que me produce mi hermano y mi cuñada y a la preocupación que se va desvaneciendo (gracias a la mejora paulatina) por la salud de mi hermano .

Sobrevivo porque estoy vivo. Y el lunes noche... viví. Como vivo hoy, pero aún mejor.

 

Quedan muchos muchos días. Sin promesas ni recuerdos traumáticos. Simplemente viviendo.

 

Guay.

¿Indiferencia?

¿Indiferencia?

Pues na. Ni chicha ni limoná. Ni tanto ni tan poco.

 

Ni lluvia de estrellas ni meteorito arrasador.

 

No niego que volver a verla por motivos del curro me supuso un pequeño-gran jarro de agua fría. Sobre todo porque la tónica va a ser verla una o dos veces a la semana durante todo el tiempo que esté currando...

Es malo remover aguas empantanadas. Así se forman las arenas movedizas que le atrapan a uno. O en el menos malo de los casos se forma el barro que te mancha lo que hasta ese momento estaba bastante bien.

No niego que me ha afectado un poco. Sobre todo por el pasado, porque en el presente no es, como le dije, "prioritaria" (suena fatal que alguien te diga eso, ¿verdad? También es bastante malo descubrir que has pasado a serlo, que han elegido a otra persona, que ya eres sólo un secundario... y también es bastante malo descubrir que ese dolor que te han causado con el tiempo también convirtió a secundario al que te despeñó. Que ni siquiera fué por algo duradero y bonito. En fin...)

Pero sigo bien. Tranquilo. Y seguro de lo que quiero. E incluso me lo reafirmó. Sin odios ni malos rollos. Bueno, al menos mi mal rollo no aumentó por la constatación de que nada había cambiado en el fondo. Era lo que me suponía y temía. A veces pensar menos bien provoca aciertos.

 

Y me he reido mucho con tu mensaje Amiga :) ¿pero sabes? Aparte de que las circunstancias no son las ideales... pues como que ya no atrae mucho en ese sentido... no más que cualquier desconocida con la que me cruzo... Y ya sabes que yo sin un lazo más fuerte... pues como que no :)

 

Pero me moló tu sms. Mucho más que toda la conversación con ella :)

 

Esa es la diferencia.

Síndrome del superviviente

Image Hosted by ImageShack.us

 

Eso es lo que creo que tengo...

 

Estos días me estoy sintiendo un poco culpable de estar bien. A mi alrededor veo a la gente sufrir y pasarlo mal.

 

Mi hermano con su sueldo. Una amiga sufriendo emocionalmente. Otra sufriendo fisicamente.

Un recuerdo del cielo del pasado vuelve a asomar en el horizonte por mi trabajo y ella también ha sufrido una pérdida.

N. se queda en paro.

La vida sigue siendo cruel a mi alrededor. Y yo en el fondo sé que lo que me pasa es sólo temporal, pero aun así...

 

Aun así estoy bien.

A ratos me siento algo culpable, por yo estar bien y otros no, pero son chispazos. Y no es por egoismo o falta de empatía. Es porque sé que no estoy acostumbrado a decir que estoy pasando una época buena, no estoy acostumbrado a tener suerte, a que me pasen cosas felices. Y por eso reacciono así, con estupor, con dudas. Pero luego lo aparto todo y simplemente... vivo el día.

 

No puedo dejar de vivir el momento, sobre todo porque no puedo arreglar lo de los demás. Como ya dije hace un tiempo, no soy el salvador de nadie. Si alguna vez lo soy, será por las circunstancias. Pero no puedo curar el dolor de todos los tipos que me rodea.

 

Son tres meses. Quiero vivirlos incluso sin darme cuenta de que pasan los días.

 

Quiero poder sonreir.

 

Por eso... debo dejar de sentir esos chispazos de culpabilidad por sobrevivir mientras otros, a mi alrededor, conocidos y desconocidos... no lo hacen.

 

 

Y mañana amenaza con pasar una estrella fugaz por mi cielo.

 

Veremos.

Feliz

Feliz

Asi de simple.

 

Feliz.

 

Llevo dos días abriendo los labios con el viento de frente. Besándo el viento. Y m e gusta su beso. No es como el beso de las mujeres que me han besado, que suelen ser como agua en mis labios (y una vez uno fue fuego y cómo culparme de querer volver a saborear ese fuego, de seguir buscándolo aunque no se corresponda mi amor...). Y el beso del fracaso ha sido normalmente como la tierra, dejando los labios doloridos, el gusto torcido, la sensación de amargura...

Sí. He probado los cuatro elementos en los besos. Y ayer y hoy he besado el viento. Así que si alguien ha lanzado sus besos, sus esperanzas, su voz... al viento, yo lo he recogido en mis labios.

 

Y me ha gustado.

 

Besando vientos y sabiendo que por tres meses tengo un trabajo en el que no me siento ridículo y torpe, un trabajo en que puedo ser de utilidad a las personas que vienen a que les ayudemos y registremos sus ganados, si, un trabajo en que me siento útil (no salvador, ni héroe, ni innovador, ni único... pero útil, al fin y al cabo y eso es mucho) y cómodo con la gente con la que estoy.

Ayer fué un día trabajoso, mucha gente, muchas horas, muchas veces de repetir lo mismo a gente que no entiende, sin para ni para comer a media mañana ni casi para ir al baño... cansado pero bien, más cansado cuando sigo yendo al gimnasio y ayer tocaba, más cansado cuando he adelantado media hora la hora de entrada para salir un poco antes y comer con mi padre ahora que estamos de "rodríguez" con mi madre en sus "vacaciones de familia" en Santander hasta el lunes que viene y salir antes para que mi madre no tenga que hacer cuatro comidas a cuatro horas distintas para sus hijos y estar acostumbrado al horario cuando vuelva. Si, cansado pero bien.

Sin saber ya ni construir frases gramaticalmente correctas, como se notará :)

 

Pero lo dicho. Ayer cansado, hoy saliendo del trabajo... y pensando "feliz"

 

Soy feliz. Unos instantes sin dudas, unos instantes, pero soy feliz estos días algunos momentos.

 

Estoy bien.

 

Y sé de gente que está mal, sé de alguien de mi lista de lugares que acaba de cerrar su lugar que me gustaba visitar aunque hiciera tiempo que hubiera perdido el contacto regular.

Sé de alguien que hace un tiempo estaba de dudas y con algúna incertidumbre, alguien muy querido, una guardiana de ojos de dragón. Y puede que siga en ese estado. No lo sé.

 

Sé de cosas malas que siguen pasando. Sé del tiempo que pasa y pasa y de las noches que me acuesto pensando que muero por dentro porque el tiempo se escapa y nunca sabes cuánto hay.

Sé que son sólo tres meses, que no tengo nada fijo. Sé del amor que no despierto por mucho que el mio cambie, Evolucione, se afianze y se sepa existente por ver defectos y por pasar ya enfados que lo hacen más real y más bonito... pero no tan bonito como si fuera un canal de intercambio.

 

Sé de los días que han de llegar a mi bipolaridad. Del tiempo que empeorará. De los segundos que pesarán. Sé de las pruebas que pasarán y no pasaré.

 

Sé de todo eso. No tengo venda.

 

Y encima el último disco de Amaral no me ha gustado mucho y eso ha sido una pequeña decepción por lo esperado que era para mí...

 

Pero a pesar de todo...

 

Escribiendo esto, durante unos momentos... soy feliz.

 

:)

El señor de los anillos orejeros vacunos(también llamados crotales)

Image Hosted by ImageShack.us

 

Y hasta hace unos días si me preguntan qué es un "crotal" lo hubiera asociado a "crótalo" y hubiera dicho que era una serpiente...

 

Pero no. El crotal es lo que se pone en las orejas a las vacas y toros para identificarlos.

 

Y a eso me dedico principalmente en el trabajo de interino, a registrar los nacimientos, muertes, ventas y compras de piezas de ganado (de todo tipo, pero principalmente vacuno) en la base de datos de la administración.

Estoy en el mostrador, de cara al público, lo cual me intranquiliza un poco porque me sé de trato difícil de buenas a primeras, me cuesta entrar en confianza y con alguien que viene a una cosa de quince minutos no se crea esa confianza, pero bueno, ahí estamos, al fin y al cabo no voy a hacer amigos con la gente que viene sino a prestarles un servicio y hacérselo lo menos pesado y largo posible.

Hay mil cosas que aprender, sobre tributos, registros, enfermedades del ganado (aunque no seamos nosotros los que tenemos que informarles de eso, algo tenemos que saber para saber a donde mandarles) subvenciones, papeleos para comprar ganado, papeleos para solicitar servicios, papeleos para registrar explotaciones ganaderas... Y como me dicen las compañeras (si, casi todas por no decir todas con las que tengo trato directo son mujeres) a veces saben más ellos que nosotros porque en la excelentísima Administración (redoble de clarines) los que informan al público a veces son los últimos en ser informados...

 

Pero ahí estamos. Aprendiendo poco a poco y con suerte porque estos meses de verano el ritmo de trabajo es más relajado, los meses duros son Diciembre y primavera. Así que tengo posibilidad de ir con un ritmo lento pero seguro. Y la gente es muy maja, están muy acostumbrado a que pasen por ahí interinos recién llegados y prestan toda la ayuda del mundo y no les importa explicar las cosas tres veces.

Así que el miedo se disipó, aunque inquietud siempre queda cuando viene alguien con algo que no sé, pero cada día un poco más relajado y seguro. Y a trabajar, que ya tocaba.

¿Y qué es de tu vida, Androgen?

¿Y qué es de tu vida, Androgen?

Hace un mes empezé un curso del paro. Uno que por una vez pedí yo, tras dos años de andar tras él: "Diseño y modificación de planos 2D y 3D".

Básicamente, Autocad, un programa de diseño lineal por ordenador con algunas posibilidades (pocas, pero algunas) artísticas. Y una herramienta de modelizado 3D, que es algo que llevo AÑOS buscando, queriendo aprender. En cierto sentido, es como un sueño cumplido. Algo que quería hacer, algo que me has gustado mucho aprender y algo que quiero seguir aprendiendo.

 

Y hablo en pasado, porque no puedo seguir con el curso. El curso duraba mes y medio, solo he ido un mes y ya tengo que dejarlo. Justo en lo mejor, en las cosas más interesantes del 3D.

Lo dejo... porque me han llamado de la inclita administración de "esta nuestra comunidad" para trabajar de interino. Hace meses participé en un proceso de creación de una bolsa de empleo para auxiliares administrativos, una "selección" de futuros interinos para sustituir bajas. Nos irían llamando según fueran necesitando gente. Y ahí estuve estos meses, sin preocuparme mucho, hasta que mi cuñada (que sacó mejor nota que yo y por tanto estaba más adelante en la lista) fue requerida hace un mes para trabajar. Eso fue como activar el contador que marcaba el momento en que me llamarían a mí. Pero como estaba casi cien puestos por delante, tampoco me agobié. Sabía que me llamarían antes o después así que viví tranquilo en ese aspecto.

Pero hace poco me informó uno de mis hermanos mirando las listas (que están publicadas en internet) que estaba el primero sin destino. O sea que me llamarían el lunes, o el martes a más tardar.

Empezó el agobio. Porque podían mandarme a muchos sitios... muchos lejanos, muchos cercanos. Sitios que me costarían dinero de traslado, o menos horas de sueño, o sentirme desapegado. Y también estaba el agobio de, después de un año, volver a trabajar. Reconozco que me daba ( y me da ) un poco de miedo, porque me pongo muy nervioso, temo hacerlo mal, temo equivocarme, quedar como un tonto, ser una carga más que una ayuda, no saber hacer las cosas...

 

Y el lunes me llamaron, en mitad de la clase de Autocad. Por suerte había cuatro destinos posibles que me dieron a elegir y dos eran en Oviedo.

 

Así que aunque me de tanta rabia tener que dejar el curso... soy el nuevo interino del mostrador del Registro de Ganadería de la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Principado de Asturias.

 

Empiezo mañana.

 

Termino cuando se reincorpore la funcionaria que tiene baja por maternidad. Tres meses.

 

Una aventura más.